Roma.— El gobierno italiano decretó ayer el estado de emergencia en Venecia tras las excepcionales mareas altas que causaron hace dos días incalculables daños al patrimonio artístico e inmueble de una de las joyas arquitectónicas del viejo continente. “El gobierno aprobó el estado de emergencia de Venecia”, escribió el primer ministro Giuse-ppe Conte en un tuit en el que anunció un fondo inicial de 20 millones de euros para las intervenciones urgentes.

El alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, estimó que los daños sufridos ascienden a “cientos de millones de euros”. El funcionario culpó al cambio climático de la “situación dramática” en la histórica ciudad y pidió una rápida conclusión del proyecto de protección a inundaciones llamado Moisés, que se ha demorado mucho.

Con esa medida se pueden reactivar los servicios públicos y privados hasta ahora casi paralizados ante la catástrofe.

Venecia sigue colapsada y se prepara para otros episodios de marea alta, lo que convenció al gobierno de decretar el estado de emergencia. Las previsiones del centro de mareas local anticipan para el viernes un pico importante, de 145 centímetros con lluvias y vientos fuertes.

Pese a que los 50 mil habitantes del casco histórico iniciaron la jornada con las sirenas de alarma que avisa el acqua alta, el nivel se mantuvo cerca de 113 centímetros sobre la normal, relativamente menos peligroso.

Los venecianos intentaban recuperarse después de la dramática marea alta del martes por la noche, el segundo récord histórico detrás del 4 de noviembre de 1966 (194 centímetros), que inundó 80% de la ciudad.

Una ola de solidaridad se desató en toda la península con donaciones y contribuciones para ayudar a los residentes y propietarios de actividades comerciales a recuperar buena parte de sus bienes perdidos.

La situación este jueves en la Plaza de San Marcos resultaba mucho menos tensa y algunos turistas se divirtieron paseando con botas altas de plástico, una experiencia para muchos inolvidable. La ciudad, meta de un controvertido turismo de masas, recibe 36 millones de personas al año, 90% de ellos extranjeros.

Venecia debate desde hace años sobre los sistemas más adecuados para protegerse de las mareas altas, por lo que algunos han llegado incluso a proponer que sea transformada en un gigante museo, inhabitada, para evitar su desaparición.

Varios hoteles han recibido cancelaciones y temen por la temporada de invierno.

El gobierno convocó para el 26 de noviembre una reunión del comité especial sobre Venecia para analizar a fondo sus problemas de infraestructuras. El ministro italiano de Medioambiente, Sergio Costa, reconoció la víspera que las causas del desastre son la “consecuencia directa del cambio climático”.

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