Santiago/Brasilia.— Mientras más de 1.3 millones de habitantes de siete de las principales comunas de Santiago, Chile, entrarán en cuarentena total por una semana, en Brasil la vehemente oposición del presidente Jair Bolsonaro a este tipo de medidas provocó cacerolazos populares y críticas de políticos y médicos.
En Chile, donde la cifra de contagios superó los mil, el aislamiento, que inicia este jueves, regirá en zonas de Santiago que acogen gran parte de las oficinas públicas y del comercio de la capital y donde viven un millón 341 mil de sus cerca de 8 millones de habitantes. Las comunas afectadas son Las Condes, Lo Barnechea, Providencia y Vitacura, además de Santiago centro, Ñuñoa e Independencia.
Sólo podrán salir a trabajar quienes desempeñen actividades consideradas esenciales para el país como la salud, los servicios básicos, las telecomunicaciones o el abastecimiento, pero deberán sacar un permiso en comisaría de manera presencial o virtual.
También deberán solicitar ese documento, válido durante tres horas, quienes deseen ir al supermercado, a farmacias o a citas médicas concertadas.
En Brasil, un comunicado de una veintena de asociaciones de profesionales de la salud juzgó “intolerable e irresponsable” la actitud de Bolsonaro, que calificó el martes las medidas adoptadas por estados como Sao Paulo y Río de Janeiro contra el coronavirus de política de “tierra arrasada”, con potencial de arruinar la economía del país.
En Colombia se aproximaban a los 500 casos y confirmaban su cuarta muerte. En Panamá, las autoridades registraron 115 nuevos contagios. “Tenemos 558 casos positivos”, dijo la ministra de Salud, Rosario Turner. Argentina confirmó 117 nuevos contagios, el mayor salto diario registrado, lo que resulta en 502 personas infectadas, ocho de las cuales fallecieron. En Bolivia se declaró el estado de emergencia sanitaria y se extendió el cierre total de fronteras.