Henry Kissinger, el diplomático estadounidense cuya promoción sin complejos del poder puro estadounidense moldeó el mundo posterior a la Segunda Guerra Mundial, murió el miércoles a los 100 años. La noticia desató reacciones divididas entre los líderes mundiales.
El Ministerio de Relaciones Exteriores chino elogió al difunto diplomático estadounidense por sus "contribuciones históricas" a las relaciones entre China y Estados Unidos, y lo describió como un "viejo y buen amigo del pueblo chino".
Kissinger "ha estado durante mucho tiempo preocupado y ha apoyado el desarrollo de las relaciones entre China y Estados Unidos, visitando China más de 100 veces y haciendo contribuciones históricas para promover la normalización de las relaciones entre China y Estados Unidos", dijo desde Beijing el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Wang Wenbin.
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El presidente ruso, Vladimir Putin, elogió a Kissinger por su contribución a las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética y lo describió como un "estadista sabio y visionario".
"El nombre de Henry Kissinger está indisolublemente ligado a su política exterior pragmática, que en su momento allanó el camino para una distensión de las tensiones internacionales y permitió alcanzar los acuerdos soviético-estadounidenses más importantes que contribuyeron al fortalecimiento de la seguridad global", dijo Putin según un comunicado difundido por el Kremlin.
En Francia, el presidente Emmanuel Macron señaló que Kissinger fue un "gigante de la historia", y ofreció las "condolencias de Francia al pueblo estadounidense".
El "siglo de ideas y diplomacia de Kissinger tuvo una influencia duradera en su época y en nuestro mundo", publicó Macron en su cuenta de la red X (antes Twitter).
Kissinger fue un "gran estadista" que será "muy extrañado en el escenario mundial", sostuvo por su lado el secretario de Asuntos Exteriores del Reino Unido, David Cameron.
"Me entristece mucho saber que Henry Kissinger ha fallecido", escribió Cameron en X. "Fue un gran estadista y un diplomático profundamente respetado al que extrañaremos mucho en el escenario mundial", remarcó.
El canciller alemán, Olaf Scholz, elogió al difunto diplomático estadounidense, que huyó de la Alemania nazi a Estados Unidos cuando era niño, por su "compromiso con la amistad transatlántica".
"Siempre estuvo cerca de su patria alemana. El mundo ha perdido a un gran diplomático", escribió Scholz también en X.
"Somos grandes admiradores de Henry Kissinger" quien, entre otros logros, "puso la piedra angular" del tratado de paz de Israel con Egipto de 1979, subrayó el presidente israelí, Isaac Herzog, durante una visita del jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, en Tel Aviv.
"En nuestra última conversación, finalizó la llamada diciendo: 'Señor presidente, sepa que siempre he amado, admirado y apoyado al Estado de Israel'", afirmó.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, posteó en X que la muerte de Kissinger marca "el fin de una era"; describió al exdiplomático como un pensador que "creía en el poder de las ideas y la importancia del capital intelectual en la vida pública” y aseguró que "su legado seguirá inspirando y guiando a las futuras generaciones de líderes”.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, elogió las "significativas contribuciones" de Kissinger a la paz y la estabilidad en Asia.
Kissinger "hizo contribuciones significativas a la paz y la estabilidad regionales, incluida la normalización de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y China", dijo Kishida a periodistas.
Para el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, Kissinger ha dejado un impacto duradero en la política internacional.
"El siglo de Henry Kissinger no fue fácil, pero sus grandes desafíos encajan con su mente grande y curiosa. Cambió su ritmo y el rostro de la diplomacia", indicó Kuleba en inglés en las redes sociales.
"Nítido en pensamientos, prolífico en escritos. Su legado intelectual seguirá influyendo en la comprensión de la diplomacia y el orden mundial", acotó.
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Las críticas más fuertes a Kissinger, galardonado con el premio Nobel de la Paz por su papel en la negociación de una tregua en Vietnam en 1973, fueron en las redes sociales, donde abundaron los videos que celebraron su muerte.
La revista Rolling Stone publicó el titular, “Henry Kissinger, un criminal de guerra amado por la clase dominante estadounidense, muere por fin”.
En Sudamérica se recuerda a Kissinger como una figura crucial para sostener dictaduras militares sangrientas con el argumento de que frenarían el avance del comunismo en la región. Varios documentos han revelado su apoyo y el de Nixon al golpe de Estado que depuso al presidente de Chile Salvador Allende en 1973.
La dictadura del general Augusto Pinochet violó derechos humanos, asesinó a opositores, canceló elecciones, amordazó la prensa, suprimió a los sindicatos y disolvió los partidos políticos.
“Ha muerto un hombre cuyo resplandor histórico nunca pudo ocultar su profunda miseria moral”, escribió el embajador chileno en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés, en X, antes Twitter. El presidente izquierdista chileno Gabriel Boric retuiteó el mensaje.
Kissinger “extendió y amplió irresponsablemente” la guerra en Vietnam, y el bombardeo de Camboya “se convirtió en símbolo de su implacable hipocresía cuando aseguraba defender la democracia estadounidense”, dijo Elizabeth Becker, quien fue periodista en Camboya antes de la toma del poder por el Jmer Rojo en 1975 y autora del libro “When the War was Over: Cambodia and the Khmer Rouge Revolution” (Cuando terminó la guerra: Camboya y la revolución del Jmer Rojo).
“¿Y con qué fin? En definitiva, no cayeron fichas a favor del comunismo. El único país invadido por el Vietnam comunista fue la Camboya comunista para derrocar a Pol Pot”, dijo Becker.
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