Miami.— Estados Unidos sufre con cada vez más intensidad el impacto del cambio climático. Desde Boston, Massachusetts, hasta Atlanta, Georgia; de California a Seattle, Washington, pasando por Nevada, Arizona, Texas, Oregon y Idaho, las inundaciones, las sequías golpean con toda la fuerza y los ciudadanos se preparan para lo peor.
Alrededor de 50 millones viven en las regiones donde se pronostican temperaturas superiores a los 44 grados centígrados, concentrados en la parte oeste, suroeste y centrosur. En la región este y noreste, la gente sufre por las fuertes tormentas e inundaciones poco o nunca antes vistas.
“Sobre las áreas de alta concentración de calor, debemos tomar en cuenta que ya suman dos décadas de sequía y sequía extrema en esta parte del país”, comenta a EL UNIVERSAL un vocero del Centro Nacional de Meteorología de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés). “La peor parte la lleva California, donde más ha escaseado el agua. Este pronóstico sólo viene a empeorar las cosas”.
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Residentes de California llevan décadas haciendo grandes sacrificios para no desperdiciar el agua, controlar su uso y aprovecharla al máximo. “Mira, como familia estamos cuidando mucho cuando nos lavamos las manos, usamos platos y vasos desechables, al bañarnos nos enjabonamos con la llave cerrada y cosas así”, dice a este diario Mary Carmen Gómez, mexicana, quien vive en Bakersfield, California, un área muy golpeada por la sequía e incendios forestales desde hace décadas.
Las autoridades, explica, han establecido horarios determinados para regar los jardines. “Si no cumplimos nos multan, pero si reincidimos hasta podrían detenernos. Incluso, hay semanas donde se prohíbe el riego público y privado a jardines, por eso también nosotros y creo que la mayoría tuvimos que poner plantas desérticas, que vivan con poca agua”, señala.
A esto se suman 40 millones de habitantes en la costa este que ya están sufriendo lluvias y tormentas, inundaciones históricas y el pronóstico es que va a empeorar. “Sin entrar en términos muy técnicos, diversas combinaciones de vientos por presiones altas y bajas, acompañados de cambios de temperaturas y una amplia humedad en la atmósfera sobre esa área, van a seguir provocando fuertes lluvias y con eso, inundaciones y desbordamientos, incluso en lugares donde antes no sucedía”, dice.
Habría que sumar otros 20 millones de personas de la Unión Americana que están y estarán sufriendo también estas consecuencias climáticas de manera indirecta, según señalan especialistas del NOAA.
Debido a las inundaciones, el gobernador de Georgia, Brian Kemp, declaró que las lluvias han afectado este año, particularmente, condados como Chattooga, Floyd y Sommerville.
“El cielo se cae cada vez que llueve, es inusual; pero ya lo dice todo mundo, todo lo climático está cambiando, no sé hasta dónde vaya a llegar”, dice Lidia Márquez, venezolana que vive en Chattooga, uno de los condados más afectados en Atlanta, Georgia.
Así las cosas: son alrededor de 110 millones de personas que se ven afectadas directa o indirectamente por el cambio climático severo que se vive en la Unión Americana. Pero esta realidad es a nivel global. En Europa, de acuerdo con la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA), desde 1980 el cambio climático ha afectado al continente.
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Siendo los últimos años parte de los más críticos especialmente en sequía y altas temperaturas; así como lluvias intensas con importantes inundaciones. En todos estos años, 1980 a 2020, la AEMA señala más de 500 mil millones de euros en pérdidas y alrededor de 142 mil muertos.
Al igual que en Georgia, gobernadores de algunos estados han hecho ya una declaración de emergencia para recibir fondos federales que les ayuden a apoyar a la población y les permitan ir resolviendo más rápidamente la emergencia.
Desafortunadamente, donde el exceso de lluvia está anegando también los cultivos, no hay casi nada que hacer. Pero en las regiones donde el calor es extremo, los campesinos siguen trabajando a pesar de todo; la gran mayoría de ellos mexicanos, hombres y mujeres.
Se han reportado algunos golpes de calor que han afectado a varios trabajadores del campo, pero la mayoría sigue. Una labor poco vista y poco reconocida.
“La calor [sic] está como nunca, pero tenemos que entrarle como sea”, comenta Reyna Ávalos, originaria de Chihuahua, y quien vive en California.
“Tenemos que trabajar y cobrar pa’ comer. Está bien dura, la calor, pero de donde vengo también estaba bien canija. Lo importante es parar cuando uno se sienta que le falta aire, descansar en la sombrita y tomar agua”.
Todo esto influye en términos de inflación, según especialistas que han seguido de cerca los fenómenos climáticos y cruzando estas variables con la oferta y la demanda de los productos de mayor impacto afectados.
Y más allá de lo obvio en este tipo de situaciones, donde por un lado, los incendios causan estragos al igual que las inundaciones; asociaciones protectoras de animales advierten de afectaciones a especies marinas y a la diversidad de la fauna en los territorios afectados.
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