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La primera ministra de Finlandia, Sanna Marin , se ha visto envuelta en una gran polémica por la filtración de un video donde aparece bailando y cantando .
En el video, la mandataria de 36 años de edad posa para la cámara, abraza a sus amigos y visiblemente goza del momento.
La polémica fue tal que Marin se sometió a test de drogas para demostrar que no había consumido drogas, y aseguró que todo en lo que llamó una “fiesta salvaje” fue legal.
El video desató el debate sobre hasta qué punto es aceptable que dignatarios y dirigentes nacionales festejen despreocupadamente.
Más allá de lo anterior, pocos líderes mundiales, como Marin, han demostrado destreza a la hora de bailar. No pocos lo han intentado.
Boris Johnson , el primer ministro británico que tuvo que anunciar que dejará el cargo una vez se designe a su sucesor, envuelto en una serie de escándalos por las partygates realizadas en Downing Street en pleno confinamiento por la pandemia, así como por el nombramiento de un funcionario señalado por acoso, no ha temido a las pistas de baile, aunque no se destaca precisamente por ser un gran bailarín.
Incluso, recordando este baile, un tuitero lo puso a competir con Marin, con la siguiente leyenda: “No hay duda de quién recibiría mi voto”.
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La antecesora de Johnson, la primera ministra británica Theresa May , era conocida por su seriedad y su falta de carisma. Por eso sorprendió cuando, durante una conferencia del Partido Conservador, en 2018, comenzó a bailar, no con mucho ritmo, la canción de Dancing Queen.
Vladimir Putin , el presidente ruso que puso al mundo en vilo al iniciar la guerra en Ucrania , es otra de las figuras que raras veces se sale de su perfil de hombre duro. Pero lo hizo en la boda de la ministra austriaca de Exteriores, Karin Kneissl, en 2018. Apenas unos segundos de baile se hicieron públicos, suficientes para mostrar que tiene cierto ritmo, aunque no gracia.
Otro presidente ruso, Dmitri Medvedev , mostró tener aún menos sentido del baile, cuando en 2011 no pudo seguir el ritmo de la canción American Boy. Sin embargo, él se divirtió a su modo.
Emmanuel Macron , el presidente francés que ganó la reelección en abril de este año, se ha caracterizado por su carisma y en la actual crisis con Rusia ha sido uno de los interlocutores clave con Putin. Pero a la hora de bailar… mostró que es un buen presidente.
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Del otro lado de la barrera están los líderes que han mostrado don para bailar. Como el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky , quien antes de ganar la presidencia, ganó en una competencia de bailando por un sueño .
En Estados Unidos, Barack Obama mostró que no sólo es un gran orador, sino que el baile también se le da. Como cuando bailó con Ellen DeGeneres.
Finalmente, en Canadá, el primer ministro Justin Trudeau , además de ser considerado uno de los líderes más atractivos, ha mostrado que le apasiona el baile.
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