El ganador de las elecciones presidenciales, Donald Trump, confirmó hoy que eligió al senador Marco Rubio como próximo secretario de Estado de Estados Unidos, convirtiéndose en el primer latino en ocupar ese puesto.
Rubio, de 53 años, es hijo de migrantes cubanos -él camarero y ella cajera- y quien subió rápidamente los peldaños de la política. A los 34 años era presidente de la Cámara de Representantes de Florida.
Enemigo declarado de Cuba, Venezuela y Nicaragua, partidario de ejercer máxima presión sobre China; defensor vehemente de Israel, crítico de Irán y partidario de acabar con la guerra en Ucrania, esas son las posturas más claras de Rubio.
También en el caso de México ha sido claro en temas clave, como la migración, el tráfico de drogas, la reforma judicial y el T-MEC.
En el asunto migratorio, que Trump convirtió en el centro de su campaña, Rubio es un claro ejemplo de cómo las posturas políticas se han endurecido en Estados Unidos.
En diciembre de 2012, Rubio fue parte del llamado Grupo de los Ocho, formado por senadores bipartidistas, que intentaron alcanzar un acuerdo para una reforma integral de la inmigración.
Un año después, presionó para que la ley llegara al Congreso, subrayando que no creía que se debiera deportar a millones de personas, o hacer sus vidas miserables, y se declaró “100% comprometido” con la reforma migratoria.
Para 2015, Rubio había cambiado de parecer, advirtiendo que Estados Unidos debía asegurar sus fronteras antes de pensar en una reforma migratoria.
En la campaña 2024, se expresó a favor de la política de deportación planteada por Trump, subrayando que la prioridad serán aquellos indocumentadoe en Estados Unidos implicados en actividades criminales. “La administración entrante de Trump hará cumplir las leyes de inmigración existentes y expulsará a criminales ilegales violentos, como los miembros del Tren de Aragua en este pais".
También dijo que, bajo las leyes en Estados Unidos, “si estás de aquí de forma ilegal, debes ser detenido hasta tu deportación. Esa es la ley de este país".
Rubio ha sido muy claro en este sentido y expresado su preocupación por la violencia del narcotráfico en México.
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Durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, Rubio se enfrentó directamente a éste, acusándolo de “entregar secciones de su país a los cárteles de la droga" y de ser “un apologista de la tiranía en Cuba, un dictador en Nicaragua y de un narcotraficante en Venezuela".
López Obrador le exigió pruebas.
Durante la Convención Republicana, Rubio insistió en que los cárteles de la droga son “una amenaza a la soberanía de México. Una amenaza al Estado allá y también está amenazando acá al pueblo".
En ese sentido, abogó por “enfrentarse a esa amenaza de manera conjunta y positiva. Se trata de dos cosas, enfrentarse a esos grupos dentro de México y también lidiar con el problema que tenemos de esta parte del mundo en nuestro país el consumo, porque sin el consumo no existe mercado para esta droga y hay que hacer las dos cosas”.
Ante los señalamientos de Trump de que podría usar al ejército de Estados Unidos para atacar al narco mexicano, sugiriendo incluso la posibilidad de bombardear a los cárteles, Rubio ha dicho que “estaría dispuesto" a apoyar una medida como el uso del ejército contra el narco, siempre y cuando sea “en coordinación con las Fuerzas Armadas y las fuerzas policíacas de México. De lo contrario, no sería posible hacerlo“.
Subrayó que la relación de Trump con México, país al que calificó de “socio importante”, se basará “en el respeto mutuo”.
Apenas en agosto pasado, Rubio, presidente y miembro de mayor rango del Subcomité para el Hemisferio Occidental, fue uno de cuatro senadores estadounidenses (dos demócratas y dos republicanos, incluyendo Rubio) que expresaron su preocupación por la reforma judicial en México y otras que, advirtieron, amenazan con “violar los términos del Acuerdo Comercial entre Estados Unidos, México y Canadá“, el T-MEC.
Los senadores subrayaron que “un poder judicial independiente y transparente es un sello distintivo de cualquier país democrático. Nos preocupa profundamente que las reformas judiciales propuestas en México socaven la independencia y la transparencia del Poder Judicial del país, poniendo en peligro intereses económicos y de seguridad críticos que comparten nuestras dos naciones".
Expresaron, asimismo, su alarma respecto de “varias otras reformas constitucionales que se están discutiendo actualmente" y que, señalaron, “pueden contradecir los compromisos entre Estados Unidos, México y Canadá, cuya revisión está programada para 2026″.
Por ello, instaron al entonces gobierno de Andrés Manuel López Obrador a que “sólo implementen reformas que mejoren las cualificaciones profesionales, combatan la corrupción, protejan la autonomía judicial y fortalezcan la confianza de los inversionistas. Estas consideraciones son esenciales para preservar los valores democráticos y la prosperidad mutua que unen a nuestras naciones".
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En febrero de 2020, tras la aprobación del T-MEC, Rubio emitió un comunicado elogiando el acuerdo, al señalar que “hace cambios importantes que fortalecerán a los trabajadores estadounidenses y profundizará los lazos con nuestros vecinos, todo mientras defiende y amplía las oportunidades para un trabajo digno en nuestro país”.
Sin embargo, lamentó que “ningún acuerdo comercial es perfecto, y mientras muchos agricultores y ganaderos estadounidenses están celebrando, los productores de frutas y verduras de la Florida tuvieron que defenderse ellos mismos. Los productores de la Florida merecen una solución efectiva y duradera a los problemas que el TLCAN impuso. Si bien, el T-MEC no mejorará su situación, sigo confiado en que esta administración continuará buscando formas de abordar las distorsiones de precios en el mercado nacional de productos de temporada y productos perecederos causados por la creciente de competencia desleal en temas de importación“.
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En abril de 2022, Rubio y otros senadores denunciaron que el gobierno de México incurrió en trata de personas al recibir de Cuba a médicos durante la pandemia y dijeron que esta acción era una violación al Capítulo 23 del T-MEC, que señala que los países firmantes se comprometen a la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio.
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