Hasta hace poco, Marina Udgodskaya trabajaba limpiando la oficina del alcalde de Povalikhino, un pequeño pueblo ruso situado a unos 400 kilómetros al noreste de Moscú.
Pero su vida dio un vuelco cuando le pidieron que se presentara a las elecciones locales como "candidata técnica", para hacer que el voto "pareciera democrático".
Udgodskaya se presentaría solo para "inflar" el número de candidatos; por ley, en las elecciones rusas deben haber al menos dos contrincantes en la boleta electoral.
Contra todo pronóstico, no solo ganó, sino que obtuvo una aplastante mayoría y ahora se ha convertido en la alcaldesa de este pequeño distrito.
Petr Kozlov, del servicio ruso de la BBC, viajó a Povalikhino para averiguar cómo Udgodskaya pasó de limpiar el piso de la alcaldía a dirigirla.
El pueblo de Povalikhino no se siente realmente como un lugar de cambio político. Es el centro de un grupo de pequeñas poblaciones del óblast de Kostromá.
Algunas personas se ganan la vida en la industria maderera, otras con la agricultura o con los turistas que visitan el lago Chukhloma, que queda a unos pocos kilómetros. Es una zona muy tranquila y rural; mi teléfono móvil ni siquiera tenía señal.
Sin embargo, es un lugar en el que los pobladores le entregaron inesperadamente la alcaldía a una mujer que solo se había postulado porque el entonces alcalde se lo había pedido.
Udgodskaya se formó como asistente de ventas, pero le resultó imposible encontrar un trabajo en ese sector en Povalikhino, pues el pueblo solo tiene dos pequeñas tiendas.
Desde que se graduó, se ocupó de su familia, y también de su hogar, de su jardín y de su ganado: tiene patos, gansos, gallinas, conejos, así como perros y gatos.
Además, trabajaba como limpiadora de la oficina del alcalde y durante los meses de invierno se encargaba de que las estufas de leña del edificio funcionaran correctamente.
No hay gas en el distrito y todos utilizan leña para calentarse.
Su victoria fue un shock para el entonces alcalde, Nikolai Loktev, quien la había alentado para que se postulara.
El resultado también tomó por sorpresa a Udgodskaya, quien admitió que no había hecho campaña y no esperaba ganar.
Y fue una conmoción aún mayor para el resto de Rusia, pues la noticia viajó rápidamente por todo el país, y Marina pronto se convirtió en la líder local más conocida.
El líder opositor Dmitry Gudkov la felicitó por su victoria en su blog y aseguró que se trata de un indicio de que los votantes de las regiones están hartos de Rusia Unida, el partido del presidente Vladimir Putin.
Loktev, de 53 años, eligió a Udgodskaya como su oponente para cumplir con el requisito legal mientras se preparaba para presentarse a la reelección en septiembre.
Antiguo miembro de la policía, fue alcalde del distrito rural durante los últimos cinco años.
Es respetado por muchos en el pueblo y cree que está entregando el distrito en buena forma.
"Sí, le pedí a Marina Udgodskaya que se postulara", le dijo al servicio ruso de la BBC.
"De hecho, también les pregunté a otras personas, pero lo rechazaron. Si hubiera habido otras opciones, no se lo habría pedido. Pero no veo nada especial o inusual en su victoria. Bien hecho por ella. Estoy agradecido de que se haya postulado y si la gente la respaldó, que así sea".
Dice que planea dejar la aldea, mudarse a otro pueblo y buscar trabajo allá.
La "cenicienta" de la política rusa
Loktev evita hablar del aspecto político de la situación y descarta las sugerencias de que fue una pérdida para Rusia Unida, el partido de Putin.
"Ninguno de nosotros (ni Ugodskaya ni él mismo) somos miembros de ningún partido".
No obstante, él se postuló como representante de Rusia Unida, que domina el sistema político ruso.
Es un día soleado de octubre cuando Udgodskaya se inaugura como alcalde de Povalikhino y del distrito circundante. Los periodistas locales la saludan y también algunos reporteros de Moscú que han venido al pueblo para ver en carne y hueso a la "cenicienta" de la política rusa.
Mantiene la compostura, y responde con frases cortas y articuladas a las preguntas de los periodistas: "Me siento bien, normal. Al principio estaba un poco confundida, pero ahora estoy bien. Aquí está mi certificado de alcalde".
"No, rechazar el puesto no era una opción, nadie tuvo que persuadirme para que lo aceptara. Fue mi decisión. Si la gente me elige, trabajaré para ellos ", dijo.
Minutos después de la inauguración, se pone al volante de su automóvil y se va a visitar a una residente local.
Los periodistas la siguen y el patio de la ahora seguidora de Marina se convierte en otra sesión fotográfica.
Es evidente que esta partidaria de Udgodskaya espera que la nueva alcaldesa comience con sus deberes.
"Por supuesto, voté por Marina, todos confiamos en ella. ¡Es inteligente y hará que esto sea un éxito!", dijo.
Udgodskaya pronto recibirá una capacitación para líderes regionales, donde aprenderá todo sobre presupuestos locales y la gestión de un pequeño distrito como el suyo.
La oposición rusa se apresuró a reclamar la victoria de Udgodskaya como una derrota del partido de Putin, Rusia Unida.
Fue un revés para las relaciones públicas de la formación que se regara como la pólvora que una señora de limpieza de un pequeño distrito rural le había ganado a un alcalde en ejercicio que se presentó como candidato del partido de Putin, sin siquiera necesidad de hacer campaña.
Según supo el servicio ruso de la BBC, la administración local de Kostromá, la capital regional, hizo examen de conciencia y el gobernador quiso extraer lecciones de la derrota.
La historia viajó hasta Moscú y hasta fue comentada por el jefe de la Comisión Electoral Central de Rusia (CEC).
"Sí, ella (Udgodskaya) se postuló en las elecciones como candidata técnica", aceptó la presidenta de la CCA Ella Pamfilova.
"Pero no hay nada de malo en eso. Sus compañeros de la aldea votaron por ella y, siendo una señora de la limpieza, ella no se lo esperaba".
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