Davos.— El Foro Económico Mundial de Davos fue el escenario de argumentos ayer entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y la joven activista sueca Greta Thunberg a cuenta de la crisis climática. La activista hizo énfasis en el poco interés que tienen las naciones por detener el cambio climático —y no ya sólo reducir— y el uso de combustibles fósiles.
El presidente estadounidense ocupó un discurso triunfalista repleto de cifras económicas y centrado en el mensaje de que con él la Casa Blanca volvió al “sueño americano”, en el que además presumió de la independencia energética que está a punto de lograr su país, que ya no tiene que importar combustibles a países “hostiles”. En su opinión, quienes denuncian el calentamiento global son los “alarmistas” que siempre buscan “lo mismo”, tener el “poder absoluto” y controlar “cada aspecto” de la vida de los demás.
De igual forma, el mandatario republicano destacó su posición negacionista sobre el calentamiento de la Tierra y arremetió contra los “profetas de la fatalidad”.
“Nunca dejaremos a los radicales socialistas destruir nuestra economía o erradicar nuestra libertad”, dijo Trump en un discurso en el que también precisó que su país tiene en este momento el “aire más limpio de los últimos 40 años”.
Tras asegurar que está comprometido con conservar la “majestuosidad de la obra de Dios”, el presidente Trump anunció que su país se unía a la iniciativa de Davos de plantar un billón de árboles en el planeta, mientras insistía en que “este no es un tiempo para el pesimismo, sino para el optimismo”.
La medioambientalista Greta Thunberg respondió a los comentarios del mandatario. “Plantar árboles está bien, pero ni de lejos se acerca a lo que es necesario hacer”, aseveró la medioambientalista sueca.
Un año después de haber advertido en este mismo foro que nuestra casa, el planeta Tierra, está “en llamas”, la activista de 16 años subrayó que el incendio continúa y la “inacción” de todos lo está avivando.
Thunberg lamentó además que los adultos llamen a los niños como ella pesimistas y les pidan que no se preocupen por estos asuntos, aunque después no hagan nada ellos para solucionarlos.
Greenpeace a su vez expresó su desacuerdo con que el presidente estadounidense se centre en el comercio y la economía, olvidando que “no se puede hacer ningún dinero en un planeta muerto”, mientras Oxfam criticó que haya hablado sólo en pro del poder económico en lugar de afrontar los retos de la emergencia climática.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) aseguró que los países deben “estar preparados para una gran oleada de personas que se mueven contra su voluntad” por el cambio climático (...) [es] un desafío global que no puede limitarse a unos pocos países , sino de millones.