Pese a los reiterados cuestionamientos en su contra, Noboa insistió repetidamente en que siguió defendiendo los intereses del pueblo ecuatoriano y de Ecuador, en un panorama golpeado por las dificultades energéticas en las actividades cotidianas de sus 18 millones de habitantes.

Un apagón masivo o nacional de electricidad de tres horas se registró anteayer en la tarde en Ecuador, por lo que el gobierno explicó como falla técnica en una línea de transmisora del fluido que ocasionó una reacción en cadena y generó caos. Ecuador se precipitó en 2023 en una aguda crisis energética con severas y generalizadas carencias de agua y sequía.

A los líos energéticos, legislativos, diplomáticos y de inseguridad de Noboa, en un entorno con la edad como factor crucial, se sumó un pleito con su vicepresidenta para obligarla a renunciar.

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“Persecución política” con una “violencia política constante”, denunció Abad sobre el asedio de Noboa en su contra y que incluyó este mes el arresto de Francisco Barreiro, hijo de Abad, por presunto tráfico de influencias.

En su plan reeleccionista y bajo la ley, Noboa debería retirarse 45 días de su labor presidencial para poder ser candidato, por lo que se ahondó la duda acerca de la probabilidad de que Abad rechazará dimitir y tendría que sustituirlo temporalmente, pese al enfado del joven ocupante del Palacio de Carondelet, sede del Poder Ejecutivo de Ecuador.

San José.— El suministro de agua y de electricidad se convirtió en un cortocircuito político en los primeros siete meses de los 18 de gestión del presidente de Ecuador, el derechista Daniel Noboa, en un escenario energético de apagones, racionamiento y escasez que se complicó al mezclarse con la mayor crisis de inseguridad en la historia ecuatoriana ante la incesante penetración del crimen organizado transnacional.

Al novato mandatario se le armó una bronca diplomática internacional al difundirse esta semana una entrevista con un veterano de la prensa continental con opiniones en las que denigró a varios de sus colegas americanos.

Noboa se enfocó en reelegirse en los comicios generales de 2025 y con un lío con su vicepresidenta, Verónica Abad. Por pugnas internas desde antes de ganar los comicios, Noboa se despojó de Abad y la envió de embajadora a Tel Aviv con sólo un pedido: lograr la paz entre Israel y Palestina.

Para reelegirse y gobernar por cuatro años a partir de mayo de 2025, deberá dejar la presidencia y cederla provisionalmente a Abad para competir, en febrero del año próximo, en la primera ronda y, de ser necesario, en abril en la segundo.

De 37 años, casado dos veces y una hija —Lucía— de su primer matrimonio, y dos —Álvaro y Furio— del segundo, administrador y empresario de una poderosa familia de pujantes negocios privados, el joven gobernante quedó marcado por las peculiaridades.

Furio nació en enero de este año y su padre consumiría parte del tiempo entre pañales y biberones y también está ejerciendo con un periodo de transición.

En comicios anticipados, ganó en dos rondas en 2023 (agosto y octubre) con el mandato de completar, en mayo de 2025, el cuatrienio de su antecesor, el centroderechista Guillermo Laso, por dimitir en mayo de 2023 tras dos años de ejercicio. Noboa asumió el 23 de noviembre de 2023.

“Una de las piezas importantes en este armado es lo novato que es Noboa, en un contexto probablemente de los más complejos de Ecuador en [unos 200 años de] su historia republicana”, afirmó el politólogo Diego Pérez, decano de la Escuela de Seguridad y Defensa del (estatal) Instituto de Altos Estudios Nacionales, de Quito.

Tras recalcar que Ecuador cayó al escenario “más complejo desde el regreso a la democracia en 1979”, Pérez dijo a EL UNIVERSAL que “la inexperiencia del presidente, su falta de conocimiento sobre dinámicas estatales, le llevó a tomar decisiones que, en un contexto empresarial, podrían ser aceptables, como impulsar agendas [políticas] a la fuerza”.

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“Ha intentado proveer soluciones ejecutivas [empresariales] a problemas estructurales. Pero en el contexto político ecuatoriano eso es difícil y en el democrático se requiere de la capacidad de maniobra política que Noboa dilapidó muy rápidamente en esta fase” de siete meses de gestión, que cumplirá el próximo domingo, recalcó.

“El apoyo se diluyó” tras el respaldo unánime que consiguió a partir de que, el 9 de enero anterior y sofocado por la crisis de inseguridad ante el ataque del crimen organizado, proclamó el conflicto armado interno contra 22 bandas a las que definió como terroristas. “Luego todo se dilapidó por falta de transparencia”, subrayó.

En otro hecho que desnudó su actitud de principiante, Noboa se expandió en atacar a jefes de Estado en una entrevista con el periodista estadounidense Jon Lee Anderson, de la revista The New Yorker. Al colombiano Gustavo Petro lo catalogó de “esnob izquierdista”, al salvadoreño Nayib Bukele de “arrogante” y al argentino Javier Milei de “ensimismado”. Con el voto de 86 de sus 137 diputados, la Asamblea Nacional (Congreso) de Ecuador condenó ayer lo que calificó como “inoportunas, improcedentes, inapropiadas, inconvenientes y desafortunadas” declaraciones. La cancillería ecuatoriana argumentó anteayer que las citas atribuidas a Noboa en el magazine neo- yorquino “sin duda alguna se han sacado de contexto”.

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