Washington.— El proyecto de seguidores del presidente Donald Trump de construir el muro en la frontera entre Estados Unidos y México tendrá que esperar, después de que un juez estatal del Texas les prohibiera hacerlo. La organización We Build the Wall (Nosotros construimos el muro), que había anunciado a través de las redes sociales que iba a empezar la obra el mes pasado, vio cómo la justicia le ordenaba frenar su idea y, por si fuera poco, citaba para una audiencia judicial en dos semanas.

El juez Keno Vasquez respondió así a la demanda interpuesta por la organización National Butterfly Center, al dar la razón a los demandantes de que el proyecto podría potencialmente causar un “daño inminente e irreparable al santuario de mariposas”, situado cerca del cruce McAllen-Reynosa, al afectar los acuíferos y fuentes de agua, y en consecuencia a la diversidad no sólo del santuario, sino también del parque natural estatal de la zona.

“La propiedad y derechos involucrados son únicos e irremplazables, así que sería imposible medir con exactitud, en términos económicos, los daños que causaría la conducta del demandado”, escribió el juez.

Su decisión frena los deseos de We Build the Wall, organización liderada por figuras de la derecha más conservadora del país como Ste- phen Bannon, ideólogo del trumpismo, o Kim Kobach, el que una vez lideró la fallida comisión de la Casa Blanca para encontrar si indocumentados votaron en las elecciones de 2016 y hubo fraude contra Trump. También ha contado, en los últimos meses, con el apoyo público de integrantes del gobierno.

En su campaña pública de recaudación de fondos consiguió más de 25 millones de dólares, según datos de la organización. The New York Times reportó en mayo que ya construyeron menos de 1.5 kilómetros, al sur de Nuevo México.

En su aventura en Texas, We Build the Wall no tenía los permisos ni hizo caso de una orden de freno previo de las autoridades para estudiar el impacto de la obra para erigir cerca de 5 km de barrera.

“Por mucha gente que trate de pararnos legalmente con sus intentos absurdos, al final prevaleceremos”, dijeron varios portavoces de We Build the Wall a medios estadounidenses.

Por otra parte, congresistas demócratas exigieron una investigación sobre la adjudicación de un contrato de 400 millones de dólares para la construcción del muro en Yuma, Arizona, a una empresa de Dakota del Norte acusada de incumplir con los requisitos establecidos y cuyo presidente, donante del Partido Republicano, se paseó por la cadena conservadora Fox News para hacer publicidad de su compañía y ganarse el beneplácito de la administración.

La campaña hizo efecto, con Trump presionando a las agencias encargadas de la construcción para que contratara a Fisher Sand and Gravel. El pasado lunes, la compañía ganó un concurso para edificar 50 kilómetros de valla, un precio muy por debajo de las otras competidoras, a pesar de no estar entre las empresas inicialmente seleccionadas por el gobierno como posibles constructoras.

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