San José.— Damián nació ayer en República Dominicana, se convirtió en el ciudadano 8 mil millones del mundo y, por ahora, tiene una expectativa de vida de 72 años como dominicano. En un planeta sacudido por la muerte, el hambre, la pobreza, la guerra, la violencia y la criminalidad, con su flora y fauna devastada, sus mares, ríos, playas, bosques y montañas destruidos y sus ciudades contaminadas, ¿quién es Damián? ¿Cuál es su futuro? ¿Qué le espera?
“Damián es la esperanza de la humanidad”, afirmó el relacionista internacional costarricense Juan Luis Bermúdez, jefe de la oficina en Costa Rica del Fondo de Población de las Naciones Unidas [UNFPA, por sus siglas en inglés], especialista en Derechos Humanos, Cooperación y Economía del Desarrollo. “Como cualquier ser humano que llegue a este mundo, Damián representa un compromiso intergeneracional”, dijo Bermúdez a EL UNIVERSAL; la humanidad comenzó a avanzar a los 9 mil millones en 2037 y a los 9 mil 500 millones en 2050.
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El compromiso “es para quienes hoy podamos tomar decisiones para garantizar que tenga las condiciones necesarias para que pueda ser una más de esas personas que tienen una alta esperanza de vida, como ha sucedido en los últimos años a partir del avance en los sistemas de salud, de las intervenciones clínicas, de los procesos preventivos”, destacó.
Ayer en la mañana en la maternidad Nuestra Señora de la Altagracia, en Santo Domingo, la dominicana Damaris Ferrer, de 35 años, dio a luz a Damián en un parto sin complicaciones y registró una etapa estelar mundial en el crecimiento demográfico.
Damián pesó 2 mil 770 gramos y midió 52 centímetros y su nacimiento finalmente cerró con una paciente cuenta regresiva global para ser el rostro privilegiado y esperado con ansiedad del “8 Mil Millones Más Fuertes”, una campaña del UNFPA sobre un instante excepcional para los seres humanos.
“Vivimos un momento difícil, pero no exento de esperanza”, proclamó el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el portugués Antonio Guterres, en un mensaje para evaluar el tránsito por un umbral del número de habitantes.
Alcanzar los 8 mil millones de pobladores “da testimonio de los avances científicos y las mejoras que se consiguieron en (…) nutrición, salud pública y saneamiento. Sin embargo, a medida que aumenta la familia humana, también se vuelve más dividida”, lamentó.
En esa realidad de sociedades fragmentadas, Bermúdez recordó que hay 230.9 millones de latinoamericanos y caribeños en pobreza moderada y extrema y que, del total, 76 millones son menores en una zona con 661 millones de habitantes.
Por eso, el reto universal es que Damián nunca será otra cifra del deterioro social.
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ratificó este año que la cifra mundial de humanos azotados por el hambre subió y llegó en 2021 a 828 millones de víctimas.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reveló hace un año que el hambre en América Latina y el Caribe llegó en 2021 a su punto más alto desde 2000: 59,7 millones de latinoamericanos y caribeños golpeados por ese fenómeno.
Y esa es la dramática realidad de América Latina y el Caribe que rodea a Damián.
“Con los menores en pobreza estamos hipotecando el futuro. Hay que garantizar que esa generación tenga las condiciones necesarias no sólo para ser productiva (...) sino para que cumpla sus sueños. Hay que abordar los factores de riesgo de estos niños que nacen en hogares en situación de pobreza”, dijo Bermúdez.
Optimista en un vecindario mundial en llamas, Bermúdez alegó que el futuro del niño puede ser promisorio. Parafraseando a la irlandesa Mary Robinson, expresidenta de Irlanda, dijo: “El futuro es esperanzador si decidimos que así lo sea. Debemos lograr que el mundo al que apostamos tenga mejores condiciones que como lo recibimos (...) Que Damián también tenga las condiciones necesarias para que, desde su primera infancia y sus primeros mil días de nacido, tenga la adecuada nutrición y estimulación, los procesos de socialización que le permitan ser una persona de bien y pueda realizarse plenamente. Damián representa eso.
Frente a un panorama internacional cada vez más complicado, machacó en su optimismo.
“Damián nació en una gran familia que es la humanidad y debemos compartir, no únicamente esta casa [la Tierra] con espacio limitado y recursos limitados, sino la solidaridad. Nuestro planeta tiene recursos suficientes para garantizarle a toda la población las condiciones básicas, elementales, de nutrición, de calorías que necesita al día”, explicó.
Como estructura de la ONU con ojos y oídos que evalúa tendencias de fecundidad, instó a garantizar con urgencia que “todo embarazo sea deseado e intencionado y que todo nacimiento sea seguro. Hay una alta prevalencia de embarazos no deseados, que es de alrededor del 50% en toda la región (latinoamericana y caribeña”.
“Hay falta de acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva. Esto genera una brecha entre quienes sí pueden pagarlos y quienes no los tienen en los sistemas públicos de salud. Y deben cerrarse esas desigualdades injustas y dolorosas que afectan todavía la decisión de las mujeres de ejercer su autonomía corporal”, puntualizó.
Instó a garantizar con urgencia que “todo embarazo sea deseado e intencionado y que todo nacimiento sea seguro. Hay una alta prevalencia de embarazos no deseados, que es de alrededor de 50% en toda la región [latinoamericana y caribeña] (...) Hay falta de acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva. Esto genera una brecha entre quienes sí pueden pagarlos y quienes no los tienen en los sistemas públicos de salud. Y deben cerrarse esas desigualdades injustas y dolorosas que afectan todavía la decisión de las mujeres de ejercer su autonomía corporal”. La decisión femenina marcará el crecimiento poblacional.
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