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El miércoles amanecía con una exclusiva de la revista Lecturas en cuya portada se puede ver a Iñaki Urdangarin paseando de la mano con una mujer que no es la infanta Cristina, que se encuentra en Suiza, donde reside.
Las fotos, según explica la revista, fueron tomadas el pasado 11 de enero en la localidad vascofrancesa de Bidart, donde pasa los veranos la familia Urdangarin. No parece que el marido de la infanta Cristina quiera esconderse ya que la imagen fue tomada en un lugar público frecuentado por su mujer y sus hijos y la prensa. Aunque ha sorprendido a muchos, esta misma mañana su hijo Pablo Urdangarin contestaba a las preguntas de un periodista de Europa Press quitándole hierro al asunto y normalizando por completo la situación.
“Prefiero no decir nada porque es un tema familiar. Son cosas que pasan y lo hablaremos entre nosotros y ya está”, ha dicho el joven, de 21 años. A la pregunta sobre si había tenido oportunidad de hablar con su padre, con mucha calma, el segundo hijo de la infanta Cristina ha sentenciado: “Sí, todo bien, la verdad. Todos estamos tranquilos y todos nos vamos a querer igual. No hace falta nada más”. Además, añadió que aunque no había hablado con su madre, que “la llamaría” y que todos están “contentos y nada va a cambiar”.
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Según publica la revista ¡Hola!, no solo los hijos de Iñaki Urdangarin sabían los detalles de esta información, sino que la propia infanta Cristina era conocedora de estos hechos que habría comunicado a su padre, el rey emérito, por teléfono.
El anticuentos de hadas de la infanta Cristina
La misma revista asegura que varias fuentes próximas a la segunda hija de Juan Carlos I dicen que “aunque no responde a la mayoría de las llamadas” algunos amigos muy cercanos han podido comprobar que se encuentra tranquila y que “solo le preocupan sus hijos”.
La relación de Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin comenzó en julio de 1996, durante la celebración de los Juegos Olímpicos de Atlanta, donde él participaba como jugador de handball de la selección española. Un año más tarde se casaron en la catedral de Barcelona ante 1.500 invitados.
La pareja tuvo cuatro hijos: tres chicos (Juan, Pablo y Miguel) y una chica, Irene. Durante años fueron el aparente ejemplo de una pareja ejemplar: ella trabajaba en la Fundación La Caixa, él había fundado junto a Diego Torres el instituto Nóos, empresa dedicada a organizar eventos deportivos y a prestar consultoría a otras empresas.
En 2011 a raíz de la investigación del caso Palma Arena se inició otra al instituto Nóos. Dos años después, en plena investigación por tráfico de influencias, fraude fiscal, malversación y prevaricación, con el argumento de un traslado laboral de la infanta, pero con la intención de proteger a sus hijos del escándalo, la familia se mudó a vivir a Ginebra.
La infanta Cristina, a pesar de que fue imputada en 2014 en el caso Nóos, siempre declaró no saber nada de las actividades delictivas de su marido y se enfrentó a los supuestos consejos del entonces rey Juan Carlos I que pretendía desvincularla de Urdangarin para así proteger a la familia real. Urdangarin fue condenado a cinco años de prisión en 2017.
Durante este tiempo los entonces Duques de Palma (el ducado les fue retirado por el rey Felipe) siempre permanecieron muy unidos. Superaron la investigación, los juicios, la presión del rey emérito, la venta de su casa de Pedralbes, el borrado de Urdangarin de la página de la Casa Real, la cárcel y el distanciamiento de su hermano, que supuso también, y hasta ahora, la desaparición de Cristina de actos públicos y oficiales.
cg