El socio más incómodo de la Unión Europea, el premier húngaro Viktor Orbán, finalmente se vio forzado a escuchar cuestionamientos por los graves abusos cometidos por su administración en detrimento de los valores fundamentales.
El Gobierno de Orbán ha silenciado a la prensa crítica, restringió el funcionamiento de las ONG que asisten a migrantes, socavado la autonomía del poder judicial, minado la libertad académica y fundado sistemas de pantalla que fomentan el nepotismo y la corrupción.
Estos fueron algunos de los señalamientos lanzados al mandatario húngaro desde la tribuna del hemiciclo del Parlamento Europeo en el marco de un debate sobre la situación en la nación del Este.
La discusión tuvo lugar en la antesala de la votación prevista para este miércoles sobre el informe de la eurodiputada Judith Sargentini, en el que pide al Consejo Europeo invocar el artículo 7 del tratado europeo por “la existencia de un riesgo claro de violación grave por parte de Hungría de los valores en los que se fundamenta la Unión”.
La activación del mecanismo comunitario abriría un proceso que podría culminar en la retirada a Budapest de su derecho de voto.
Actualmente hay un procedimiento abierto contra Polonia por vulneración del Estado de derecho . Para consolidarse, la medida requiere el reconocimiento unánime de todos los socios de la Unión de que hay un grave incumplimiento a los valores europeos.
El debate arrancó con la intervención de la ponente del informe, quien acusó a los socios de la Unión de hacerse de la vista gorda ante la erosión sistemática del Estado de derecho en Hungría .
“Esta cámara debe tirar el freno de emergencia ”, reclamó Sargentini en un llamado a activar el llamado “botón nuclear”; el artículo 7.
“¿Van a permitir que un Gobierno siga violando los valores de la Unión sin consecuencia alguna ?”, cuestionó.
En esa línea se manifestaron representantes de los grupos socialistas, liberales y verdes; en tanto que al Partido Popular Europeo, al cual está afiliado la Unión Cívica Húngara (FIDESZ) de Orbán, le faltó definición.
El nacionalista húngaro, quien llegó iniciado el debate, acusó a Estrasburgo de juzgar y condenar al pueblo húngaro con un informe que aplica doble racero y extralimita sus competencias.
“Quieren marcar a un pueblo. Quieren aislarlo de la toma de decisiones. Privarlo de la representación de sus intereses”, dijo desafiante.
Sostuvo que quieren vengarse del éxito alcanzado por FIDESZ, que ha dominado desde 2010, y por haber levantado vallas y detenido a miles de inmigrantes ilegales.
“Quieren condenar a sus propios guardianes. Quieren castigarnos por decir que nuestra patria no iba a ser un país de migrantes”, abundó.
En nombre de la Comisión Europea habló el vicepresidente Frans Timmermans, quien aseguró que el intento de desviar la atención de lo que hace un gobierno constituye “la estrategia del cobarde”.
El comisario holandés dijo compartir el contenido del informe Sargentini, al tiempo que precisó que la Comisión no tolerará actos de corrupción, ni dudará en tomar medidas para evitar que Europa vuelva a “los capítulos oscuros de su historia”.
lsm