La advertencia fue explícita y contundente.
Mientras las manifestaciones en Hong Kong en contra de la injerencia de Pekín en esa región ya superan las 18 semanas continuas, el presidente chino Xi Jinping alertó este domingo que cualquier intento de dividir a su país terminará en "cuerpos aplastados y huesos rotos".
El mandatario hizo el comentario durante una visita de Estado a Nepal, según informó la televisora estatal china CCTV.
Este domingo, varias manifestaciones pacíficas en Hong Kong derivaron en choques entre la policía antimotines y los manifestantes.
Las estaciones de transporte público así como los comercios considerados como favorables a Pekín sufrieron daños.
Las protestas tuvieron lugar en diversos barrios de la ciudad y, por la tarde del domingo, al menos 27 estaciones del metro de Hong Kong estaban cerradas.
La policía afirmó que había utilizado una "fuerza mínima" para dispersar a los manifestantes; sin embargo, grabaciones de televisión mostraban cómo personas que habían salido de compras se vieron afectadas.
Algunas de ellas fueron filmadas gritando y aparentemente resultaron heridas cuando los agentes entraron en un centro comercial.
De acuerdo con la agencia Reuters, un grupo de policías antimotines fue obligado a abandonar el sitio por un grupo de compradores, partidarios de los manifestantes, que comenzaron a cantar consignas.
La estación de policía de Mong Kok fue atacada con bombas incendiarias y un agente sufrió heridas en el cuello, según dijeron las autoridades. El funcionario se encuentra en condición estable en el hospital, según informó el South China Morning Post.
Otro hombre fue presuntamente golpeado por un grupo de manifestantes que hallaron una porra en su bolso y pensaron que se trataba de un policía encubierto.
Infiltrarse en las protestas ha sido una táctica que le ha dado beneficios a la policía de Hong Kong, pero ha instaurado una suerte de paranoia entre los manifestantes, especialmente entre los más jóvenes.
Durante la noche del domingo, un grupo de manifestantes instaló una estatua de tres metros de altura en Lion Rock, un promontorio de unos 500 metros de altura con vista a la ciudad.
Conocida como Lady Liberty, la estatua representa a una manifestante, tiene una máscara antigás, gafas y un casco; y se ha convertido en un símbolo de las protestas.
Lleva consigo una pancarta negra con el mensaje: "Revolución de nuestro tiempo, liberen Hong Kong".
Las protestas en Hong Kong se iniciaron en junio en contra de una legislación propuesta para permitir la extradición de personas a la China continental, algo que hizo que muchos temieran que debilitaría la independencia judicial de la ciudad y pondría en peligro a los disidentes.
La norma fue retirada pero las manifestaciones se mantuvieron para exigir mayor democracia y una investigación sobre las denuncias sobre los presuntos excesos represivos de la policía.
A inicios de este mes, el gobierno de la ciudad apeló a una ley aprobada durante la etapa colonial para prohibir el uso de máscaras durante las protestas pero los manifestantes han desafiado la norma.
Más de 2 mil 300 personas han sido arrestadas desde que se inició la ola de desobediencia civil.
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