San José.— El 1 de enero de 2021 se diferenció de las fechas similares previas en 61 años desde 1959 en Cuba.
Aunque la incansable propaganda del régimen comunista repitió un abanico de autoalabanzas para festejar que ayer se cumplió el 62 aniversario del triunfo de la revolución, el primer día de 2021 puso en práctica un paquete económico oficialista que enterró los añejos subsidios estatales en múltiples sectores y generó nuevas angustias de sobrevivencia para los 11.3 millones de habitantes de la mayor de las Antillas.
Cercado por la más grave crisis económica en el siglo XXI y una de las más agudas desde 1959, el Partido Comunista de Cuba (PCC) comenzó a aplicar un severo programa de ajuste sin precedentes en la isla desde su poder total de capitalismo estatal blindado en una economía socialista.
Con pronósticos de que la inflación y la devaluación se dispararán, los cubanos enfrentan, precisamente a partir del día de la efeméride, un encarecimiento de la canasta alimentaria y de las tarifas de los servicios de gas, agua, electricidad y telefonía, con una unificación monetaria en torno al dólar y un aumento salarial.
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“Es imponer el neoliberalismo puro en un sistema de capitalismo monopolista estatal. Las peores consecuencias serán para los más vulnerables: la inmensa mayoría”, dijo el disidente Dagoberto Valdés, religioso, ingeniero agrónomo, científico social y director de Convivencia, revista digital cubana.
“Se aplica en Cuba lo mismo que este gobierno criticó a países de América Latina y el Caribe de que este tipo de ajuste aumenta la brecha, el abismo, entre los muy pocos que disfrutan de la piñata del monopolio estatal y la inmensa mayoría del pueblo, que se hará más pobre”, afirmó Valdés, exmiembro del Pontificio Consejo Justicia y Paz del Vaticano, a EL UNIVERSAL. “Es un ajuste de cinturón a una economía ya de por sí depauperada”, alegó.
Desde el bando contrario, el viceprimer ministro y ministro de Economía de Cuba, Alejandro Fernández, aseguró que “la estrategia no es dolarizar la economía”.
La constante apertura de comercios estatales en dólares en un país con sueldos en moneda cubana se debe al recrudecimiento del “bloqueo” económico que Washington impuso a La Habana en 1962, al desabasto del mercado minorista, a la falta de combustibles y al impacto colateral del coronavirus, subrayó.
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El gobierno garantizó que impedirá la especulación con artículos esenciales y el dólar.
En un mensaje por el 62 aniversario, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, proclamó que “juntos vamos a vencer” en 2021. El primer ministro cubano, Manuel Marrero, destacó la “resistencia” popular frente al acoso de Estados Unidos y tuiteó: “Sí se pudo, sí se puede y siempre se podrá”.
El daño acumulado por las sanciones de Estados Unidos en más de 58 años ascendió a 144 mil 413 millones de dólares, precisó la cancillería cubana.
Cuba navegó hasta la última noche de 2020 en una dualidad monetaria y cambiaria que creó en 1994, con pesos en dos denominaciones —cubano y convertible— y diferente cotización ante el dólar. El convertible fue sepultado y para 2021 solo quedó el cubano, en medio de una carencia de bienes prioritarios que se ahondó desde 2018.
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El régimen paga a sus empleados en pesos, pero abrió tiendas en dólares con productos que, en la jerga popular, “están perdidos” en las de moneda local.
El PCC, única fuerza política en un país sin multipartidismo, pasó el salario mínimo de 400 pesos (unos 16 dólares) de 2019 a 2 mil 100 (unos 87 dólares), pero subió el costo de la vida.
Para la periodista opositora Yoani Sánchez, directora del diario digital 14ymedio.com que opera ilegalmente en Cuba, el aumento de los precios y tarifas y el final de los subsidios servirían para bautizar a 2021: “El año de decir adiós a la máscara revolucionaria”.