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La Habana.— Cuba abrió ayer el proceso de consulta popular de su nueva Constitución con las primeras reuniones de ciudadanos que durante tres meses propondrán cambios en el texto previamente aprobado por el Parlamento.
“Cada opinión de los compañeros se va a recoger en un acta, y todas ellas van a contar”, anunció Suset Lameret, coordinadora de la reunión de trabajadores del Policlínico Vantroy 1, iniciada en el municipio de Centro Habana.
Como ésta, en la que participaron unas 50 personas y se prolongará hasta el miércoles, hay programadas hasta el 15 de noviembre 135 mil asambleas en las que mayores de 16 años están llamados a expresar sus opiniones y sugerir cambios en el texto de la próxima Carta Magna.
Las asambleas, coordinadas por más de 7 mil 600 dúos de ciudadanos seleccionados por el gobierno, comenzaron a trabajar el mismo día en que se cumple el 92 aniversario del nacimiento de Fidel Castro.
La Asamblea Nacional de Cuba aprobó el mes pasado un borrador de cambios a la Constitución de 1976, que incluye enmiendas que allanarían el camino para el reconocimiento de las pequeñas empresas privadas y los derechos de la comunidad LGBT.
La reforma propuesta por el Partido Comunista se debatirá en 35 mil lugares de trabajo y en reuniones comunitarias en noviembre. Después, la legislatura aprobará un nuevo borrador y lo someterá a una votación a nivel nacional en febrero.
Si bien los medios estatales elogiaron la naturaleza participativa y democrática de las consultas, los disidentes dicen que en las reuniones simplemente se dará consentimiento a los cambios propuestos por los líderes del partido.
El borrador omite una cláusula de la Constitución actual sobre construir una “sociedad comunista” en Cuba. Sin embargo, no cambia la “irrevocabilidad” del sistema de partido único y la economía socialista.