San José.— Hostigada por un creciente desasosiego popular con inusitadas protestas callejeras de desencanto y cansancio que piden libertad, la Revolución cubana cumplirá hoy el 60 aniversario de la proclama de su carácter socialista y conmemorará una histórica derrota militar que asestó a las fuerzas anticastristas apoyadas por Estados Unidos que lanzaron una invasión armada en el sur de en 1961.

El Partido Comunista de Cuba (PCC), elevado en la Constitución de 2019 a rector de la sociedad y único movimiento partidista legal en la isla, empezará hoy su octavo congreso que concluirá el próximo lunes en un contexto de prolongadas penurias en una nación hundida en su peor crisis socioeconómica del siglo XXI.

“La cita partidista tendrá una importancia estratégica para el destino del archipiélago, la garantía de la continuidad del proceso revolucionario y la irreversibilidad del socialismo”, informó el periódico Granma, órgano oficial del Comité Central del PCC.

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El cónclave coincidirá con una fecha clave: el 16 de abril de 1961, el día después del inicio de las hostilidades bélicas de tropas contrarrevolucionarias con apoyo de EU a Cuba que remataron el 17 con la invasión a playa Girón, en la sureña bahía de Cochinos, la Revolución cubana proclamó su carácter socialista y desafió a Washington al reforzar nexos con la entonces Unión Soviética y sus naciones comunistas satélites.

Las fuerzas invasoras, entrenadas por EU con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Guatemala y Nicaragua, fueron finalmente derrotadas el 19, por lo que la clausura del congreso festejará el 60 aniversario de la victoria militar y registrará otro suceso crucial: cambio de mando.

El exmandatario y general Raúl Castro traspasará el cargo de Primer Secretario del PCC al presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, en lo que parece una histórica transición de forma, porque el timón real seguirá bajo control del militar y político como personaje principal de la dinastía del poderoso apellido que gobierna desde el triunfo de la Revolución en 1959.

La permuta significará en un hecho inédito en la cúpula comunista, fuerza omnipresente y monopólica. Fidel Castro, comandante en jefe de la Revolución, autor de la proclama socialista de hace 60 años en una calle de La Habana, máximo jerarca del PCC desde 1965 y fallecido en 2016, heredó el puesto máximo del PCC a su hermano en abril de 2011 en el sexto congreso para que lo ejerciera sólo por 10 años.

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Por enfermedad, el comandante transmitió la presidencia temporal de los consejos de Estado y de Ministros al general en julio de 2006 y definitiva a partir de 2008.

El heredero de los dos mandatos transfirió la presidencia de los consejos a Díaz-Canel en abril de 2018, pero preservó el del PCC, que domina todos los poderes estatales y prohíbe la existencia de democracia multipartidista, pluralismo, elecciones libres o libertad de expresión.

La arquitectura gubernamental se modificó en 2019, cuando la presidencia de los consejos pasó a ser la de la República, siempre bajo Díaz-Canel, y se restableció el título de Primer Ministro.

“Hay una crisis total de liderazgo en la dictadura”, dijo el cubano Luis Manuel Otero, artista plástico, opositor y líder del Movimiento San Isidro (MSI), grupo disidente ilegal de Cuba que surgió en La Habana en noviembre de 2020 con insólitas protestas y actos callejeros para exigir libertad, en hechos repetidos en otros lugares.

“Díaz-Canel carece de carisma y aceptación popular. Raúl Castro igual. No hay nadie que pueda darle frente a la dictadura como líder. El régimen tiene una mala y absurda gestión económica, sin medicinas ni alimentos”, relató Otero a EL UNIVERSAL.

El general dejará su silla en el PCC, “pero se sabe que él y su familia lo dirigirán por debajo. A nivel simbólico y físico saldrá del partido y la gobernanza. Eso deja un vacío de liderazgo y la gente en la calle cada día se compromete más con sus derechos, sabe que no hay salida dentro de la dictadura y que hay que salir a buscar un nuevo espacio que se llama democracia”, afirmó.

La revolución, que acusa a Otero y a los opositores de ser mercenarios pagados por EU y su “imperio”, alegó que los conflictos socioeconómicos son culpa del embargo que Washington impuso a La Habana en 1962 en represalia a la nacionalización de firmas estadounidenses y a su sistema comunista.

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El daño acumulado por las sanciones de EU de 1962 a 2020 ascendió a 144 mil 413 millones de dólares, según la cancillería cubana.

El escenario está “matizado por el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero” de Estados Unidos y el impacto del coronavirus, aseguró Díaz-Canel.

“Todos tenemos que hacer algo por el país en estos momentos, todos tenemos que entregarnos a defender la revolución”, alertó con inquietud ante la profunda, generalizada y agudizada escasez de alimentos.

El alud de pompa y propaganda por los acontecimientos de 1961 avanzó paralelo a una oleada de arrestos de opositores que se intensificó en 2021 en varias zonas de Cuba.