Un jurado de Nueva York declaró culpable al exmandatario de los 34 cargos que se le imputaban por ocultar el pago realizado a Stormy Daniels, exactriz porno para comprar su silencio.

El caso por Daniels juzgaba los pagos presuntamente irregulares para silenciar a la actriz porno durante la campaña presidencial de 2016.

El exmandatario estaba acusado de 34 delitos en relación con los 130 mil dólares que presuntamente pagó a Daniels durante la campaña presidencial de 2016 para ocultar la relación sexual que tuvieron 10 años antes.

En marzo de 2023, Trump fue imputado por un gran jurado de por 34 delitos graves de falsificación de documentos comerciales relacionados con el pago a Daniels.

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Trump: un maratón de alegatos finales

La última oportunidad de la Fiscalía y la defensa de llevar a su terreno al jurado fue durante sus alegatos finales el martes, jornada que duró más de 11 horas.

El trabajo de la defensa era convencer a al menos un miembro del jurado de que no hay indicios suficientes para incriminar a Trump, o de que el testigo estrella de la Fiscalía, Michael Cohen -que fue abogado y mano derecha del ex mandatario- es un mentiroso y que fue pagado por Trump por un trabajo legal y no para reembolsarle los 130 mil dólares que pagó a la estrella porno.

Mientras que el de la Fiscalía era mucho más arduo, pues necesita persuadir a todo el jurado de que Trump es “culpable”, razón por la que su representante, Joshua Steinglass, alargó más sus alegatos.

Sosiego, escándalo y lágrimas en los testimonios

Cohen, que no pudo evitar un rictus de desazón los cuatro días que estuvo en el estrado, fue sin duda el testigo clave de este caso, ya que apuntó con sus declaraciones a Trump como el que le había pedido que hiciera el pago a la actriz porno para que no dijera nada antes de las elecciones y cómo más tarde, ya asentado en el Despacho Oval, le reembolsó.

Durante su interrogatorio, la defensa intentó quebrarlo acusándola de mentiroso, mal abogado, ladrón y antitrumpista por despecho, pero Cohen consiguió mantener la calma, aun cuando reconocía los trapos más sucios de su currículo.

Llamó la atención el lujo de detalles con que la actriz, guionista y directora de cine adulto Daniels describió el encuentro sexual entre Trump y ella en un lujoso hotel de Nevada en 2006, hasta el punto de que los presentes en la sala escucharon cómo el político republicano se vestía con un pijama de satén y recibió azotes en el trasero con una revista.

Desde el estrado también hubo lágrimas de nerviosismo -de dos exempleadas de Trump-, y hasta una tensa discusión entre el juez y uno de los dos testigos de la defensa, Robert Costello -un exfiscal federal que fue asesor legal, y luego crítico, de Cohen- por replicar y retar con la mirada al magistrado.

Binoculares para ver si se duerme Trump

En la sala, coronada con un “en Dios confiamos”, los periodistas miran con binoculares cada gesto del exmandatario. Trump acudió a la corte con el ceño fruncido y rodeado de un séquito de políticos republicanos y sus hijos.

El magnate recalcó en sus redes, que no se quedaba dormido, sino que cierra sus “hermosos ojos azules” para escuchar “intensamente y asimilar todo”.

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mgm

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