El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) instó hoy a todos los estados del mundo a que, aunque el fenómeno migratorio “provoca temor y ansiedad en las sociedades”, aprueben el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular que será debatido la próxima semana en Marruecos.

Tras recordar que “el proceso de migración es tan antiguo como la sociedad humana y siempre persistirá”, el CICR aseguró en una declaración que emitió a propósito de las negociaciones en Marruecos que “creemos que el texto equilibrado y sólido que presenta el Pacto Mundial para la Migración aporta soluciones” a las crisis migratorias.

“Los migrantes son, ante todo, seres humanos. El sufrimiento padecido durante un viaje migratorio o en los países de destino puede ser inmenso y suscitar graves preocupaciones humanitarias. Muy a menudo, la separación familiar, el trauma de por vida, el abuso, la explotación, e incluso la muerte o la desaparición, forman parte del viaje”, añadió la declaración, enviada por el CICR a EL UNIVERSAL.

Una conferencia intergubernamental para adoptar el Pacto se realizará el 10 y el 11 de diciembre próximos en Marrakech, Marruecos, bajo los auspicios de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

La cita mundial se efectuará al amparo de una resolución adoptada el 19 de septiembre de 2016, denominada “Declaración de Nueva York para los Refugiados y Migrantes”, la cual decidió iniciar un proceso de negociaciones intergubernamentales que conduzca a la adopción del Pacto.

En los intensos flujos migratorios registrados en los últimos años en América, Europa, Asia y África, la Cruz Roja mantuvo presencia con el auxilio suministrado por sus socorristas a los viajeros, como los de las caravanas de miles de migrantes irregulares centroamericanos que, a partir del pasado 13 de octubre, emprendieron un recorrido a pie y sin visa de Centroamérica a Estados Unidos, tras pasar por Guatemala y México.

Esos y otros corrientes migratorios en el resto del mundo colocaron a la migración como uno de los conflictos de mayor impacto global.

Al respecto, el CICR recordó en su declaración de hoy que “el sufrimiento padecido durante un viaje migratorio o en los países de destino puede ser inmenso y suscitar graves preocupaciones humanitarias”.

Muy a menudo, la separación familiar, el trauma de por vida, el abuso, la explotación, e incluso la muerte o la desaparición, forman parte del viaje. Estas son algunas de las razones por las cuales” insta a los Estados “a adoptar e implementar” el Pacto.

El convenio “contribuirá a abordar la dimensión humanitaria de la migración mientras mantiene la capacidad de los Estados para gestionar la migración”, añadió.

“El CICR cree que, si se implementa, el Pacto Mundial para la Migración puede contribuir a fortalecer la protección de las personas migrantes, reducir sus vulnerabilidades y defender sus derechos”, agregó, al anunciar que “está dispuesto a trabajar con los Estados para lograr algunos de los objetivos humanitarios” del acuerdo.

“En particular, estamos dispuestos a ayudar a los Estados a evitar la separación familiar o aportar soluciones al respecto, a reducir el recurso a la detención de migrantes y a velar por que todas las políticas de migración sean respetuosas del derecho internacional”, subrayó.

Al reconocer que “deben preservarse los intereses de los Estados”, aclaró que “también deben preservarse la vida y la dignidad de millones de hombres, mujeres y niños que, año tras año, emprenden viajes peligrosos; los Estados siempre deben cumplir sus obligaciones existentes en virtud del derecho internacional”.

En el debate previo a la suscripción del Pacto, el CICR exhortó a los Estados de todo el mundo a “comprometerse a trabajar juntos para prevenir y abordar la difícil situación de los migrantes desaparecidos y sus familiares”.

También urgió a “evitar la detención de personas fundada únicamente en su condición migratoria, excepto como medida de último recurso, y asumir el compromiso pleno de poner fin a la detención de niños migrantes”.

Asimismo, pidió a los Estados “respetar sus obligaciones en virtud del derecho internacional, en particular el principio de no devolución. Ya sea en las fronteras, en tránsito o en los países de destino, solo puede emplearse la fuerza como medida de último recurso y en el respeto de las normas de derechos humanos”.

Al ser una vieja práctica humana, “es de sumo interés para los Estados una gestión eficaz y humana de la migración”, concluyó.

Una versión en inglés del Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular puede ser accedida en este enlace:

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