La ex presidenta argentina y actual senadora Cristina Fernández de Kirchner sumó ayer el tercer juicio oral y público en su contra, esta vez por el supuesto encubrimiento de los acusados iraníes por el atentado al centro comunitario judío AMIA de Buenos Aires en 1994, en el que murieron 85 personas.
El juez federal Claudio Bonadio cerró la instrucción y decidió elevar a juicio oral la causa en la que Fernández de Kirchner, su ex canciller Héctor Timerman y otras 10 personas fueron procesados por estorbo de un acto funcional, abuso de autoridad y encubrimiento agravado, indicó el Centro de Información Judicial (CIJ).
Los cargos se derivan de su participación con diferentes funciones en la firma de un memorándum de entendimiento con Irán en 2013. La resolución judicial señala que fueron imputados por “haber participado de una maniobra delictiva que lograría la impunidad de los ciudadanos de nacionalidad iraní que fueron imputados como responsables del atentado perpetrado el 18 de julio de 1994 contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) (...) en desmedro de los intereses de los afectados y del esclarecimiento del atentado, cuya finalidad era, entre otras cosas, normalizar las relaciones con la República Islámica de Irán”.
Fernández sufre una “injusticia supina” y una “clarísima persecución política”, dijo su abogado, quien afirmó que tratará de revertir esta situación. “Esta causa es una persecución basada o alimentada en el supuesto encubrimiento, que no lo hubo”, remarcó Roberto Boico, quien tras la renuncia de Aníbal Ibarra será el único letrado que defenderá a la ex jefa de Estado en el más mediático de los cuatro casos en los que está procesada.