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El asalto a la embajada de México en Quito el viernes por la noche despertó una conmoción regional por una postal poco usual en América Latina. Sin embargo, hay antecedentes en los que delegaciones diplomáticas fueron violentadas, y una incursión similar a la que se vivió este fin de semana tuvo como sede, paradójicamente, la embajada de Ecuador en La Habana.
El hecho ocurrió hace 23 años, cuando el gobierno de Fidel Castro ordenó una incursión en la sede diplomática ecuatoriana en La Habana.
El 13 de febrero de 1981, unos 30 cubanos entraron a la embajada de Ecuador en La Habana y tomaron de rehén al embajador, Jorge Pérez Concha, al consejero Francisco Proaño, y a otros dos empleados de la sede con el objetivo de conseguir asilo político.
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Entonces comenzaron unos días de tensión con fuerzas de seguridad apostadas alrededor de la embajada en La Habana hasta que, durante la madrugada del 21 de febrero, las tropas especiales del gobierno entraron por la fuerza para desalojar a los cubanos refugiados allí. Según el medio cubano Martí noticias, el propio Fidel Castro, presidente hacía cinco años, se apersonó en el lugar 20 minutos antes de la intervención para dar las últimas instrucciones.
A pesar de que Cuba dijo tener la autorización del gobierno ecuatoriano para entrar –condición que se había comprometido a respetar-, el presidente de Ecuador, Jaime Roldós, lo desmintió públicamente.
“Ecuador no autorizó ni podía autorizar jamás que la sede de su Embajada haya sido objeto de tal acción”, dijo entonces Roldón, y tildó de “intolerable” el asalto.
La Convención de Viena de 1961 establece que las sedes diplomáticas son inviolables y que los países receptores deben garantizar su protección, por lo cual la violación a ese acuerdo internacionales tiene graves repercusiones en las relaciones entre países.
La tensión diplomática llevó al gobierno de Roldós a convocar al embajador Pérez Concha a consultas aunque finalmente, y pese a una fuerte presión, no rompió las relaciones bilaterales.
El 11 de diciembre de 1961, había sucedió algo similar en la misma embajada. Según recuerda el libro Un ciclón llamado Fidel, citado por el diario El Universo, un grupo de disidentes cubanos ingresó a la embajada de Ecuador en La Habana buscando protección.
Como respuesta, la guardia del gobierno que custodiaba la sede diplomática disparó sobre esas personas, aunque en este caso, sin ingresar al edificio. Murieron tres personas y cuatro resultaron heridas, según decía el informe del entonces ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Francisco Acosta.
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En Argentina sucedió un hecho similar décadas atrás. El 14 de junio de 1956, unos 20 hombres armados irrumpieron a la embajada de Haití en Buenos Aires, donde un grupo de siete personas –militares y civiles- que habían participado de una revuelta contra el gobierno de Pedro Eugenio Aramburu encabezada por el general Juan José Valle unos días antes estaban refugiados y habían recibido asilo. Los siete fueron capturados y trasladados, pero el embajador haitiano, Jean Brierre, logró rescatarlos y llevarlos nuevamente a la sede diplomática.
Violencia en las embajadas
Otros dos episodios de violencia tuvieron como escenario embajadas de la región hacia finales del siglo pasado. El 31 de enero de 1980, en medio de la guerra civil de Guatemala, un grupo de campesinos ingresó a la embajada de España en ese país para interrumpir una reunión del embajador español con ciudadanos locales y protestar contra la represión militar.
Las fuerzas de seguridad del régimen guatemalteco, dirigidas por el general Fernando Romeo Lucas García, ingresaron sin autorización de España para neutralizar las protestas y los incidentes terminaron con un incendio que dejó de 38 muertos, entre ellos, siete funcionarios. Como consecuencia, España rompió las relaciones diplomáticas con Guatemala hasta 1984.
Otro hecho histórico fue la toma de la residencia del embajador de Japón en Perú el 17 de diciembre de 1996, cuando en medio de las celebraciones por el cumpleaños del emperador Akihito, miembros del grupo terrorista Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) irrumpieron y tomaron de rehenes a cientos de diplomáticos y funcionarios por más de 100 días. En total, murieron 14 miembros de ese grupo, un rehén y dos fuerzas de seguridad.
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mgm