Luis Zelaya, precandidato presidencial del Partido Liberal de Honduras, advierte en entrevista con EL UNIVERSAL que “si Honduras se pierde no cae sola, la región misma”; además plantea una “fuerza multinacional de colaboración o de inteligencia más efectiva para que tengamos esta fuerza transnacional para combatir a un crimen transnacional”, porque afirma que “no podemos creer que el narco se resuelve individualmente”, ya que “el crimen está estructurado, nosotros no”. Añade que se buscaría la colaboración con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum: “Es clara la coincidencia. México ha sido muy solidario. Hay una afinidad entre Honduras y México, son más las similitudes que las diferencias”.
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Después de que el gobierno de Xiomara Castro decidió retirarse del acuerdo de extradición con Estados Unidos, ¿por qué cree que realizó esta acción?
—Fue un error desde todo punto de vista, porque denunciar el tratado de extradición es un retroceso en la lucha contra el narcotráfico en el país, y no sólo del narcotráfico, han habido extradiciones meses atrás por casos emblemáticos de corrupción.
Ante la debilidad institucional (...) todos estos cárteles de drogas, los delitos los cometieron en Honduras. Las víctimas fueron en su gran mayoría hondureños y están siendo enjuiciados en Nueva York, no en Honduras, como debiese ser, pero ante esa falla institucional para combatir efectivamente el delito del narcotráfico que ha sobrepasado la capacidad del gobierno, el Estado mismo, entonces la extradición hacia Estados Unidos se había convertido como en el paliativo para detener un poco. Seamos claros, el reciente presidente saliente Juan Orlando Hernández, preso, condenado a 45 años por delitos de narcotráfico. Cuando se ve superada la institucionalidad del país, una herramienta como la extradición es fundamental. Denunciar el tratado es un retroceso, sin lugar a dudas, en esa lucha contra el narcotráfico.
¿Por qué en este momento en específico lanza su precandidatura?
—Porque es una lucha que sigue vigente. Cuando participé por primera vez a la candidatura de la primera magistratura del país hicimos una lucha constante en contra de Juan Hernández, no era fácil (...) Cuando estás en un entorno tan podrido, claramente ser oposición no sé si es un acto de locura o de valentía. Románticamente podría decir de patriotismo, pero no es fácil. Lo más triste es que vemos como una “virtud” o cualidad de un candidato el simple hecho de no estar involucrado. Yo puedo venir y decir con la frente en alto al pueblo hondureño: ‘Yo jamás voy a aparecer en un narcovideo’, y eso es una virtud, una cualidad del candidato, hemos llegado tan bajo, cuando debe ser la norma.
Les he pedido a los demás precandidatos del partido que depuremos las planillas, que no llevemos a personas mencionadas en los juicios en Nueva York (...) gente que no haya sido confesa y haya purgado condena en Estados Unidos por delitos de narcotráfico, gente que no aparezca en videos, pero hay candidatos en Honduras que los llevan en sus planillas, es inaudito. También es inaudito que haya medios de comunicación que no lo denuncian, hemos llegado a tal nivel de pudrición de la sociedad misma, del estamento del Estado de derecho que o lo salvamos, y por eso el movimiento se llama Recuperar Honduras o lo perdemos para siempre, pero aquí es donde hay que tomar atención si Honduras se pierde no cae sola, la región misma. Tenemos que entender que el cáncer te puede dar en un brazo, pero puede mutar y se va para otras partes de tu cuerpo. Todo está conectado.
¿Por eso es crucial esta renegociación del tratado de extradición con Estados Unidos?
—Crucial, es crucial porque el delito es transnacional. Los cárteles de la droga no sólo funcionan en México, tienen sus tentáculos en los países centroamericanos, en Honduras particularmente, y la droga va hacia Estadis Unidos, así de sencillo. Entonces, si el delito es transnacional la solución no puede ser sólo nacional.
¿Cuál es el planteamiento que hace para combatir este flagelo transnacional?, ¿qué fortalecería localmente, en su país, y cuál sería alguna solución para combatirlo transnacionalmente?
—Primero, localmente, irnos por el eslabón más débil, que es el Congreso nacional, el financiamiento de campañas políticas derivadas del crimen organizado, todo lo que ha surgido ahora de los narcovideos, lo que está en los juicios de Nueva York, son los cárteles de drogas mexicanos financiado candidaturas en Honduras de candidatos presidenciales, ¿cuál es el eslabón más débil?, es el Congreso nacional con los diputados, porque los diputados son los que escogen la Corte Suprema de Justicia, son los que escogen fiscal general, son los que determinan los ascensos de militares y de policías, son los que determinan estas comisiones de intervención de la policía (...) El eslabón más débil son los diputados. Tenemos que buscar los mecanismos para blindar y no permitir que el crimen organizado financie campañas políticas de diputados, alcaldes y obviamente a nivel presidencial. Una vez blindando eso va a ser más fácil implementar cualquier política pública de seguridad en el interior del país, y a lo externo, entender, de ahí de los países que estamos en este proceso, entender que la solución no es única, que si México va a combatir los cárteles de droga en México, tendrá que entender que hay derivaciones en Centroamérica y que Estados Unidos tendrá que entender que el crimen es transnacional, no podemos dejar de pensar, creer, que cada país va a resolver el problema.
¿Cuáles serían algunas acciones concretas que podría plantear a México o a EU para combatir el crimen transnacional?
—Un 80% de la droga que va hacia Estados Unidos pasa por Honduras, y eso viene vía aérea o marítima, para eso hay radares, nadie vuela solo. El tener esta fuerza multinacional de colaboración o de inteligencia más efectiva para que tengamos esta fuerza transacional para combatir a un crimen transancional, lo que hay son fuerzas indivuales combatiendo a alguien que sí está (...) El crimen así está, el que produce es uno, el que lo transporta es otro, ellos sí están estructurados, nosotros no. Tenemos que hacer una selección México-Centroamericana de una fuerza transnacional para esa lucha transnacional, porque ellos sí están estructurados transversalmente a través de los países, nosotros no. Hay evidencias de visitas de El Chapo Guzmán y de otros a Honduras. Te podría asegurar que hay más visitas en los últimos años de capos de las drogas a Honduras que presidentes o secretarios de Estado, de Defensa.
¿Actualmente sí hace falta esta colaboración transversal en la región?
—Sí, seguramente, y no sólo viendo el problema estrictamente de seguridad y de narcotráfico, de desarrollo económico, de desarrollo humano, somos la misma cultura. Somos mesoamericanos, de la cultura del maíz. Somos más cercanos de lo que creemos, pero por diferentes circunstancias, intereses, nos han querido mantener separados. Hacernos creer que somos distintos (...) Nosotros, con una misma cultura, idiosincracia, ancestral, hablando el mismo idioma, nos sentimos más diferentes, cuando no es así, pero es porque nos han querido ver diferentes y nos la hemos creído, cuando somos iguales. Hoy por hoy, casi 200 mil hondureños trabajan oficialmente aquí, producto de esa migración irregular, porque cuando las condiciones de tu país de origen son paupérrimas, ellos sueñan con llegar a Estados Unidos. Nadie piensa per se quedarse en México, pero cuando ven, cuando llegan a México y ven que las condiciones son mejores de las que estaban cuando partieron se quedan aquí, entonces, ¿cómo puedes pensar que el problema de migración ya hoy es sólo entre Honduras y Estados Unidos o entre El Salvador y Estados Unidos o Guatemala y Estados Unidos? México es parte de, debe brindar seguridad. La migración es un derecho humano, pero hay una realidad, de esos que van a Estados Unidos una gran cantidad se quedan en México.
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¿Cuál sería la propuesta en el tema migratorio para mejorar la colaboración?
—La migración es en gran parte derivado del tema del narcotráfico, huyen. La migración es un derecho humano (...) En Honduras la gente no migra por deseo, es una necesidad, no hay opción, huye. Hay territorios controlados por el crimen organizado, las maras. Me irrita cuando critican que van en las caravanas y va gente con niños y no se ponen en los zapatos de los padres de familia (...) Mientras no entendamos que si no mejoran las condiciones de origen de la migración nunca lo vas a parar, no es por el sueño americano, es por la pesadilla en tu país que te vas, nadie se quiere ir de su país.
En Estados Unidos están Kamala Harris y Donald Trump, ¿sin importar quién quede se buscaría un acercamiento con el gobierno estadounidense?
—Sin lugar a dudas, porque son problemas, la migración irregular, la lucha contra el narcotráfico, son problemas que trascienden liderazgos, ideologías, va más allá de Kamala Harris, de Donald Trump. Claramente cada gobierno norteamericano, sea republicano o demócrata, tiene una línea de pensamiento. En 2017 hubo un fraude descarado en Honduras y sería iluso pensar que el gobierno de aquel entonces en Estados Unidos no sabía de las actividades ilícitas de Juan Hernández, que fraguó el fraude en una reelección ilegal. En Honduras, la Constitución establece que los periodos son de cuatro años y hay reglas, y se sacan de la manga que se violan los derechos humanos y volvemos al tema: va una sala constitucional con la Corte y dice que se violan los derechos (...) Nadie le viola el derecho porque se establece una norma jurídica (...)
En este sentido de colaboración, ¿se buscaría con el gobierno que está empezando de Claudia Sheinbaum?
—Sí, serían dos gobiernos que inician. Es clara la coincidencia. México ha sido muy solidario con Honduras (...) Hay una afinidad, cercanía natural entre Honduras y México que no hemos sabido desarrollar, potenciar, entender que son más las similitudes que las diferencias.