Brasilia.— Miles de personas tomaron las calles de Brasil ayer para exigir la destitución del presidente Jair Bolsonaro, investigado por supuestas irregularidades con vacunas contra Covid-19, que ya mató a más de 520 mil personas en el país.
Los manifestantes se reunieron en cientos o miles en todos los estados del país y el DF para exigir un juicio político en contra del mandatario o para demandar un mayor acceso a las vacunas contra el Covid-19. Tuvieron como principal consigna el grito: “Fuera Bolsonaro”, que los últimos días ha unido a partidos del arco progresista y a grupos conservadores.
Las crecientes sospechas de corrupción en la compra de vacunas, que serán investigadas por la Fiscalía General, y el negacionismo de Bolsonaro ante una pandemia que ya mató a más de 520 mil brasileños, llevaron a la oposición de izquierda y derecha a oficializar ante la Cámara de Diputados un pedido de destitución del presidente.
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Las manifestaciones más multitudinarias ocurrieron en Sao Paulo, Río de Janeiro, Recife, Belo Horizonte y también en Brasilia. Las sospechas con las vacunas pasan sobre todo por la Covaxin, del laboratorio indio Bharat Biotech, y un contrato de intención de compra negociado con un “intermediario” local ya investigado desde 2017, por “venderle” al gobierno un lote de medicamentos que jamás entregó.
Además, se comprobó la existencia de un acuerdo paralelo, según el cual parte de los 320 millones de dólares que Brasil pagaría por esas vacunas sería dirigido a una empresa con sede en Singapur que no figuraba en el contrato.
Bolsonaro niega que haya ocurrido cualquier acto de corrupción en su gobierno y asegura que la comisión parlamentaria es una “payasada” para sacarlo del poder.
La oposición presentó en la semana un “superpedido de impeachment”, que condensa un centenar de pedidos de destitución ya presentados ante la Cámara de Diputados con más de 20 acusaciones diferentes contra el mandatario. De momento, Bolsonaro cuenta con apoyo suficiente en el Congreso para bloquear estas iniciativas de destituirlo, incluido del presidente de la Cámara de Diputados, que dio a entender esta semana que no dará curso por ahora a ninguno de los pedidos de impeachment presentados por la oposición.
La Corte Suprema autorizó a la Fiscalía General abrir una investigación penal contra Bolsonaro, que hasta pudiera costarle el poder si se comprueba que incurrió en delitos.
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La Fiscalía General de Brasil tendrá un plazo de 90 días para investigar las posibles irregularidades en que puede haber incurrido el presidente, informó la Corte Suprema.
Más allá de la Covaxin, esta semana surgió un cabo de la policía, admirador de Bolsonaro, que confesó haber intentado venderle al gobierno 400 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca, pero que finalmente suspendió el negocio cuando un director del Ministerio de Salud le pidió comisiones equivalentes a un dólar por unidad.
El funcionario acusado de exigir la coima fue destituido y la denuncia del rocambolesco negocio del cabo Luiz Dominguetti, que la propia AstraZeneca confirmó que era falso, pudiera ser anexada a las investigaciones sobre las vacunas anti-Covid, que hasta principios de este año, el gobierno se negaba a adquirir.