Ginebra.— La guerra, la violencia, la persecución y las violaciones de derechos humanos hicieron que cerca de 3 millones de personas huyeran de sus hogares el año pasado, a pesar de que la crisis provocada por la pandemia del coronavirus restringió el movimiento en todo el mundo por el cierre de fronteras y los confinamientos, dijo ayer la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

En su último informe de tendencias globales de desplazamientos forzados, ACNUR dijo que la cifra total de desplazados en el mundo aumentó por noveno año consecutivo hasta alcanzar los 82.4 millones de personas, un 4% más que los 79.5 millones registrados en 2019, que ya constituían un récord.

En la actualidad, 1% de la humanidad está desplazada y hay el doble de “personas desarraigadas” que hace 10 años, cuando el número total rondaba los 40 millones, advirtió ACNUR.

Filippo Grandi, el alto comisionado de la ONU para los refugiados, explicó que los conflictos y el impacto del cambio climático en lugares como Mozambique, la región etíope de Tigray y la zona del Sahel, en África, fueron algunos de los focos de los nuevos movimientos de refugiados y desplazados internos en 2020. Éstos sumaron cientos de miles de personas más a un conteo que, durante años, ha estado dominado por los millones que huyeron de países como Siria y Afganistán debido a las prolongadas guerras y combates.

“El gran salto concierne la cifra de las personas desplazadas dentro de su propio país”, que ya se eleva a 48 millones, “un número sin precedentes”, subrayó.

“Es revelador que en un año en el que todos estuvimos confinados, encerrados en nuestras casas, en nuestras comunidades, en nuestras ciudades, casi 3 millones de personas tuvieron que dejar atrás realmente todo lo que tenían porque no tuvieron otra opción”, apuntó Grandi.

“El Covid-19 parece no haber tenido impacto alguno en algunas de las causas fundamentales que empujan a la gente a huir”, agregó. “La guerra, la violencia, la discriminación han continuado, pase lo que pase, durante la pandemia”. Además, abogó durante una visita a Colombia por la inclusión social de los migrantes.

El informe también apuntó que, durante el pico de la pandemia de Covid-19, en 2020, más de 160 países habían cerrado sus fronteras y que 99 de ellos no hicieron excepción alguna para atender a personas que buscaban protección. Se detalló que aproximadamente, 42% tienen menos de 18 años y casi un millón de bebés nacieron siendo refugiados entre 2018 y 2020.

“La tragedia de tantos niños y niñas nacidos en el exilio debería ser razón suficiente para maximizar los esfuerzos para prevenir y acabar con los conflictos y la violencia”, sostuvo Grandi. La reubicación de refugiados también registró una bajada drástica. Sólo 34 mil 400 refugiados fueron reinstalados el año pasado, un nivel mínimo en 20 años, a causa del número limitado de plazas y de la pandemia, según ACNUR.

Grandi reconoció la posibilidad de que muchos desplazados internos que no han podido abandonar sus países quieran huir al extranjero una vez que empiecen a abrirse las fronteras: “Un buen ejemplo es EU, donde ya hemos visto un incremento en el número de llegadas en los últimos meses”. Si se tienen en cuenta las situaciones de desplazamiento internacional, Venezuela ocupa el segundo puesto a nivel mundial con 4 millones (3.9 millones sin estatus de refugiados y unos 170 mil con ese estatus), superado por Siria y los 6.7 millones de ciudadanos que tuvieron que abandonar sus hogares, según el reporte.

David Miliband, presidente y director General del Comité Internacional de Rescate, apuntó que el conteo de ACNUR debería ser “una llamada de atención para la comunidad internacional” y apeló en concreto a la Unión Europea. El secretario General del Consejo Noruego para los Refugiados, Jan Egeland, señaló que hay más gente huyendo ahora que en cualquier momento durante la Segunda Guerra Mundial.

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