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Crece cerco informativo en América Latina y el Caribe por Covid-19

Se incrementan las dificultades de los periodistas y de los medios en varios países de la zona para acceder a la verdad en medio de la crisis sanitaria por la pandemia

Foto: EFE
18/04/2020 |19:44José Meléndez / corresponsal |
Redacción El Universal
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San José.

- Por el secretismo en Nicaragua, la persecución en Cuba, la represión en Venezuela, la censura previa en Costa Rica, el monopolio informativo en Perú y por el asedio y el control en varios países, la libertad de prensa es otra de las víctimas del impacto de la pandemia del Covid-19 en América Latina y el Caribe .

Aunque la libre de expresión en la zona mostró graves signos de enfermedad y agonía desde antes del brote del coronavirus , el padecimiento se convirtió en un nuevo pretexto de los poderes políticos y económicos para hostigar a comunicadores y medios de comunicación interamericanos. “Informar no contagia”, advirtió la organización opositora venezolana Vente Venezuela, al denunciar el pasado 16 de abril que Arnaldo Sumoza, un periodista de ese país, fue detenido por policías al servicio del cuestionado presidente

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Nicolás Maduro mientras cubría una protesta en el central estado de Guárico por las fallas en el suministro de agua potable.

“Cada día incrementan los atropellos contra el periodismo venezolano. El régimen criminal le teme a la verdad y la información porque cada noticia real y honesta les perjudica gravemente. Sigamos informando. Exigimos la liberación inmediata de Arnaldo Sumoza”, aseguró la agrupación opositora. Fiel a su costumbre ante estos y otros hechos similares, el gobierno venezolano se abstuvo de referirse al caso de Sumoza, que su sumó al de otros comunicadores perseguidos por revelar los entretelones de la crisis sanitaria y humanitaria en Venezuela.

Medios periodísticos venezolanos e internacionales denunciaron desde finales de marzo que el gobierno de Venezuela “reprime” a los periodistas que reportan la verdadera situación del coronavirus en esa nación, hundida en una profunda crisis política, socioeconómica e institucional signada por carencias

generalizadas de medicinas, insumos médicos, alimentos y otros bienes básicos.

Prensa cubana

Un escenario similar de asedio a los periodistas “no oficialistas” se agudizó “en medio de la crisis” en Cuba por la crisis sanitaria que brotó a finales de 2019 en China, publicó 14ymedio.com, diario digital

independiente que funciona en la ilegalidad en la isla bajo la dirección de comunicadores disidentes al régimen comunista.

“Varios periodistas han sido citados para ser interrogados por la Seguridad del Estado, en una clara violación de las medidas que anunció el gobierno (cubano) y que pide a todos no salir a la calle para evitar el contagio”, agregó.

Por la vía de un controversial decreto, el gobierno cubano ejerce “un amplio control” sobre internet, para “regular el uso de las nuevas tecnologías, una mayor supervisión sobre las redes inalámbricas y estrictos límites para la publicación de contenido en línea” e imponer sanciones con multas y el decomiso de equipos, precisó.

Por su parte, la diplomática estadounidense Mara Tekach, responsable temporal de la embajada de Estados Unidos en Cuba, escribió en su cuenta de Twitter que mientras el pueblo cubano “hace esfuerzos por protegerse” del virus, “el régimen (de Cuba) dedica recursos a acosar a periodistas independientes”.

“Cuándo aprenderán” que informar “no es delito”, preguntó.

La embajada recalcó, en otro mensaje, que “el régimen” debería “centrarse en asegurar el bienestar del pueblo cubano” y que utiliza la crisis con el Covid-19 “como excusa” para “acosar” a periodistas que “solo están reportando los hechos”.

El gobierno de Cuba tampoco acostumbra responder a estas denuncias, que siempre atribuyó a sectores a los que reiteradamente calificó como fuerzas mercenarias y contrarrevolucionarias al servicio de Estados Unidos para atacar a la revolución comunista cubana. La prensa oficialista está bajo control estatal en Cuba.

Otro gobierno que mantiene silencio por los cuestionamientos en su contra por violar la libertad de prensa es el de Nicaragua.

“A pesar de la emergencia que estamos viviendo por la llegada del coronavirus a Nicaragua, el régimen de Daniel Ortega continúa impidiendo el libre acceso a la información pública y mantiene la censura contra los medios televisivos”, acusó confidencial.com.ni, periódico digital nicaragüense

independiente.

Confidencial, que integra un grupo de medios con los programas televisivos Esta Semana y Esta Noche y la Revista Niú, advirtió que despliega un “esfuerzo extraordinario” en las condiciones planteadas por el coronavirus para informar “con la verdad, en base a fuentes independientes calificadas”.

Pese a la hostilidad de la enfermedad, el gobierno nicaragüense rechazó adoptar medidas extremas, se negó a cerrar fronteras y centros turísticos en playas y lagos y continuó convocando a actividades públicas con aglomeraciones humanas, aunque garantizó que la situación sanitaria está bajo control.

Otros signos

Las trabas para el ejercicio periodístico tampoco son exclusivas en naciones con gobiernos izquierdistas. Periodistas y medios independientes en Perú, con un gobierno de centro—derecha, afrontan problemas

en el contexto de la pandemia, cuya información acaparó redes, horas de transmisión y páginas impresas y digitales.

El Colegio de Periodistas de Perú, que aglutina a comunicadores en esa nación, alertó que “no dudamos del interés del gobierno de entregar a la población información cierta y confiable”.

“Pero argumentar que solo la información oficial es la única y real (…) equivale a tergiversar los principios de la libertad de expresión”, ya que “la verdad tanto como la historia son una sola”, recalcó.

“Si la verdad es la coincidencia entre una afirmación y los hechos, ningún gobierno, poder del estado o tribunal puede introducir sus propios parámetros sobre ella”, añadió.

El Colegio lamentó que, “en busca de su propio protagonismo”, los jerarcas gubernamentales exponen versiones con las que “alarman e inquietan a la población con advertencias y premoniciones catastróficas”. El gobierno peruano todavía sigue sin contestar el reclamo del gremio. Las controversias con la prensa también emergieron en Costa Rica. Cuando los periodistas en ese país envían sus preguntas por correo electrónico y otras vías a las teleconferencias de prensa diarias en las que el

gobierno costarricense informa sobre el impacto del coronavirus, la zozobra cunde. Los comunicadores ignoran si las suyas pasarán el filtro de la censura oficialista en actos difundidos por televisión, pero sin presencia física de reporteros para evitar aglomeraciones.

Costa Rica siempre calificó como bastión interamericano de la libertad de expresión, aunque una profunda inquietud surgió desde que, a finales de marzo pasado, el gobierno costarricense decidió que, para prevenir contagios, las ruedas de prensa seguirán la regla del distanciamiento social y ahora son a control remoto.

De previo, sin la espontaneidad tradicional de ese tipo de actividades ni opción de repreguntar, los periodistas envían su cuestionamiento, pero desconocen si, finalmente, a los voceros oficiales se les plantearán solo los que son menos incómodos o difíciles y reveladores de asuntos complicados para que

los tampoco hay respuesta.

En redes sociales se acusó de mezquinos a periodistas y analistas por osar criticar al gobierno o buscar “el pelo en la sopa” en la actual emergencia sanitaria. El gobierno costarricense recalcó ser respetuoso de las libertades de prensa y de expresión.

agv

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