San José.— La familia colombiana de los Riátiga arrastra una de las peores tragedias humanitarias de los últimos 12 meses en Colombia: ocho miembros —los hermanos Adelaida, Rosario, Idelfonso, Jorge, Emma y Naida, el tío paterno Santos y el primo Holmes— murieron de junio de 2020 a junio de 2021 por .

“Dolor, dolor. Con el alma partida”, dijo Edilberto, hermano, sobrino y primo de los ocho, al implorar ante la prensa colombiana para que sus compatriotas actúen con “mucho respeto” porque “esta es la guerra sin plomo”.

Colombia, situado por cifras oficiales entre los tres países latinoamericanos y caribeños más golpeados por la epidemia —superado por Brasil y Argentina— y en el sitio 10 a nivel mundial, es una muestra del cansancio de millones de personas desesperadas por dificultades coincidentes: vacunación irregular, más decesos y el colapso hospitalario.

También lee: 

La exasperación hincó a América Latina y el Caribe, con hospitales en riesgo de parálisis, inoculación lenta y con carencias y mientras persiste la duda de mantener o eliminar restricciones para contener el contagio, cuyo primer caso regional se confirmó en Brasil hace 16 meses: el 25 de febrero de 2020.

Brasil, Argentina, Colombia, México, Perú y Chile, las mayores economías entre las 33 naciones latinoamericanas y caribeñas, se consolidaron en el grupo de 25 países con mayor impacto del flagelo, junto con Estados Unidos, Rusia, India o Reino Unido.

La Universidad Johns Hopkins, de Estados Unidos, precisó que las 33 subieron de un acumulado de 2 millones 57 mil 338 enfermos y de 95 mil 688 defunciones al 22 de junio de 202o a 36 millones 324 mil 356 mil pacientes y un millón 14 mil 214 fallecidos al 22 de junio de 2021.

Uruguay pasó de modelo a deterioro: el 22 de junio de 2020 se colocó de 19 entre los 33, con 876 portadores y 25 que perecieron, pero avanzó al puesto 11 con 358 mil 461 infectados y 5 mil 350 difuntos al 22 de junio de 2021.

También lee: 

Con 655,3 millones de habitantes, América Latina y el Caribe evidenciaron una vacunación sin la celeridad requerida: 213 millones 311 mil 783 de dosis fueron administradas al 22 de este mes, según la Universidad.

Zozobra

La región exhibió lo que el epidemiólogo costarricense Rónald Evans, de la Unidad de Investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad Hispanoamericana, en Costa Rica, describió como “pandemia de cansancio y hastío” luego de 16 meses “de sufrimiento”. Al subrayar que “no podemos doblar las rodillas. No está contemplada la rendición. Esa opción no existe”, explicó Evans a este diario. Dijo que “América es el continente más golpeado en estos momentos. (…) De acuerdo con su población, tiene un porcentaje desmedidamente superior de muertes y casos que los otros continentes”.

“Brasil tiene 2.7% de la población mundial, pero 13% de defunciones han ocurrido en ese país. Aunque algunos países tienen buenas cifras de vacunación, no se reflejan en una disminución”, lo que obliga a indagar el origen de esa “paradoja”, indicó.

Al mencionar que en 2021 surgió la “presencia ominosa” de la variante Delta del padecimiento, que comenzó en India, pasó a Europa y se afianzó en EU, anticipó que “es cuestión de poco tiempo para que comience a hacer estragos en América Latina”.

También lee: 

El médico infectólogo colombiano Iván Darío Vélez, profesor de la Facultad de Medicina de la (estatal) Universidad de Antioquia, Colombia, dijo a este diario que su país “bajó la guardia por la indisciplina social. La situación en Colombia es muy preocupante por el relajamiento de la gente, que no quiere saber más del Covid-19”.

“En la severa cuarentena de 2020, Colombia ganó tiempo: entrenó a los médicos en manejo de unidades de cuidados intensivos, compró equipos, conoció más del virus y esperó las vacunas. La cuarentena tampoco garantiza inmunidad. Se ganó tiempo, pero seguimos siendo susceptibles a la infección”, aseveró.

Colombia reabrió la economía en 2021 y el gobierno dejó de exigir la prueba del coronavirus para ingresar al país. “Por un paro nacional que empezó en abril de este año, miles salieron a las calles sin distanciamiento social ni mascarillas”, describió.

Mientras en Colombia el debate sobre el drama humanitario es público, en Nicaragua es casi clandestino: al gobierno se le acusa de ignorar los reclamos de la población y las consultas periodísticas y de ocultar la realidad.

El gobierno de Nicaragua reportó mil 823 pacientes y 64 muertos al 22 de junio de 2020 y 7 mil 696 enfermos y 188 decesos al 22 de junio de 2021 y 167 mil 500 dosis. “Una cosa son números oficiales y otra es la verdad. El gobierno quiere proyectar una imagen de control, que está lejos de la verdad”, narró el médico neumólogo nicaragüense Jorge Miranda, del Hospital Vivian Pellas (privado), de Managua.

También lee: 

“Aquí están llenas las unidades de cuidados intensivos y los hospitales sobre todo públicos, pero el gobierno se niega a informar de eso”, señaló Miranda a este medio.

Para el resto del continente, el escenario marcó una angustia generalizada. El rotativo ABC Color, de Paraguay, reveló que “Salud se queda sin plata” en uno de los “peores momentos”.

El matutino El Comercio, de Ecuador, informó del “aumento de la indisciplina y más visitas a las playas”. “Un 50% más contagian variantes del Covid-19”, tituló el periódico La Prensa, de Honduras.

“La cobertura diaria de inoculación no es la óptima”, publicó el cotidiano La Razón, de Bolivia. “Expertos llaman a endurecer protocolos”, destacó El Mercurio de Chile. “Aumenta el número de vacunados que necesitan la otra dosis”, alertó el diario La Nación, de Argentina. El servicio digital de El Nacional, de Venezuela, reveló: “Se desconoce el paradero del 60% de las vacunas”.