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San José. - Costa Rica y Panamá desarticularon hoy una de las más poderosas redes de tráfico de migrantes irregulares cubanos, haitianos, africanos y asiáticos de Centroamérica a México y Estados Unidos, con el despliegue de 57 allanamientos y con el ataque a una cadena que cobró de 7 mil a 20 mil dólares por el contrabando de seres humanos del sur al norte de América .
El operativo coordinado por autoridades de ambos países pero que se ejecutó por separado , dejó 38 personas detenidas en Costa Rica luego de 36 allanamientos en sectores limítrofes del norte y del sur, y 10 en Panamá tras 21 operativos similares en la capital y en Chiriquí, provincia (estado) del occidente y fronteriza con suelo costarricense, según los informes oficiales de las dos naciones después de que corrigieron y actualizaron los comunicados preliminares.
En un reporte que envió a EL UNIVERSAL, la Dirección General de Migración y Extranjería de Costa Rica informó que se lanzó “un operativo de desarticulación de una organización criminal dedicada al tráfico ilícito de migrantes” que mantenía operaciones en distintas zonas del país, desde la sur (fronteriza con Panamá) hasta la norte (limítrofe con Nicaragua), para traficar personas provenientes de África, Asia, Cuba y Haití, entre otras.
“La organización cobraba sumas de dinero (de) entre siete mil hasta veinte mil dólares, dependiendo del país de origen, o el perfil de la persona extranjera objeto de tráfico. La investigación determina que el grupo traficaba a personas provenientes de países como Bangladesh, Sri Lanka, Angola, Camerún, Nepal, Congo Brazzaville y República Democrática de Congo, así como de Angola, India, incluso de Cuba”, agregó.
El operativo fue ejecutado por la Policía Profesional de Migración de Costa Rica (PPM) y la Fiscalía Adjunta Contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes de la Fiscalía General de este país hoy a las 05:00 horas locales (06:00 en el centro de México), precisó.
Del lado panameño, y en forma simultánea, la Fiscalía Primera Superior Contra el Crimen Organizado de Panamá y la Policía Nacional de ese país realizaron 21 allanamientos en la capital y en Chiriquí y capturaron a 10 personas “de una estructura criminal ramificada de la organización criminal acentuada” en suelo costarricense, detalló.
El ataque al aparato delincuencial se logró con apoyo de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) del Departamento de Seguridad Interior de EU, confirmó. “Mediante el intercambio de información y acciones operativas con las autoridades panameñas y el apoyo de la Agencia ICE-HSI (por sus siglas en inglés) del gobierno de EU, se desarrolla esta operación conjuntamente entre autoridades panameñas y costarricenses, para desarticular esta estructura criminal transnacional”, admitió.
Por su posición geográfica en el sur de Centroamérica y cerca de Colombia y otros países de América del Sur, Costa Rica y Panamá son piezas claves para el traslado de migrantes irregulares de varias partes del mundo a Nicaragua para que prosigan a Honduras, El Salvador y Guatemala en ruta a México y EU.
El subdirector de Migración de Costa Rica, Daguer Hernández, dijo a este diario en abril pasado que, tras someterse a controles fronterizos de seguridad y antecedentes penales, unos 4 mil 500 cubanos, haitianos, asiáticos y africanos ingresan al mes a territorio costarricense, procedentes de Panamá, y pasan a Nicaragua para seguir a Honduras, El Salvador y Guatemala rumbo a la frontera guatemalteca—mexicana para intentar avanzar a EU.
No obstante, siempre existió un flujo movilizado por los “coyotes” o traficantes de personas.
El movimiento se unió a una crisis migratoria regional que se agravó desde octubre de 2018, al surgir en suelo hondureño las caravanas de viajeros irregulares centroamericanos en desafío a las políticas del presidente de EU, Donald Trump, de rechazo a los migrantes en especial de Honduras, Guatemala y El Salvador.
Trump exigió parar la movilización de guatemaltecos, salvadoreños y hondureños a EU, en un escenario que se mezcló con el constante tránsito de cubanos, haitianos, africanos y asiáticos y de nicaragüenses y venezolanos que huyen de las crisis socioeconómicas, políticas y de inseguridad en sus países.
Los entretelones
De acuerdo con Migración de Costa Rica, la PPM inició la indagatoria en enero de 2018, al obtener información acerca de que en la zona norte costarricense operaba una red criminal dedicada a traficar personas extranjeras, liderada por cinco personas. En enero del año pasado fueron detenidos 10 miembros de la organización.
Migración explicó que en la investigación se detectó que dos mujeres, de apellidos Ruiz Umaña y Bejarano Morales, actuaron como lideresas del “coyotaje” en el grupo criminal en la zona sur de Costa Rica.
Las indagaciones determinaron que la cadena del norte fue dirigida por una mujer de apellidos López Martínez y conocida con el alias de “Mamá África”, y por dos hombres, identificados como Hernández Salgado, alias “Tamuga” y Murillo Salgado, funcionario del Ministerio de Salud de Costa Rica.
Los cinco “lideraban las acciones criminales”, para lograr que los migrantes irregulares no solo cruzaran el territorio costarricense “sino avanzar en su camino” hacia EU, describió el reporte.
“Ambas estructuras criminales (en el norte y en el sur), operaban de forma conjunta, teniendo una clara distribución de funciones, logrando el ingreso de las personas extranjeras al territorio nacional”, recalcó.
Al exponer el “modo de operar”, Migración aseguró que “las personas traficadas llegaban al continente (americano) vía aérea, utilizando como puerto de entrada alguno de los aeropuertos de Brasil, Ecuador, Colombia y Perú; ya en el interior, eran captados nuevamente por la organización para movilizarlos vía terrestre” por Panamá hasta Costa Rica.
“Una vez ingresaban al país de manera lícita o ilícita, eran trasladados hasta Liberia (principal ciudad costarricense del norte), utilizando en algunos casos servicios de transporte público, logrando así movilizar una mayor cantidad de personas de la frontera sur hasta la frontera norte”, indicó.
Al llegar al norte, los migrantes eran recibidos por personas al servicio de la red y que indicaran “Mamá África”, “Tamuga” y el funcionario de Salud, “para posteriormente trasladarlos en un vehículo de transporte público a casas de seguridad”, añadió.
Por mar. Según el recuento, tras ser ubicados en viviendas de seguridad, la mujer y los dos hombres jefes del norte “coordinaban sus salidas, y eran distribuidos según el pago que realizaran, a través de diferentes rutas” por mar desde puerto Soley o playa El Morro, sitios del noroccidente de Costa Rica sobre el litoral del Océano Pacífico, hacia Honduras.
Los migrantes ingresaban a suelo hondureño por el golfo de Fonseca, cuya soberanía es compartida por Honduras, Nicaragua y El Salvador. De allí proseguían vía terrestre hasta Guatemala, en movilizaciones coordinadas con miembros de a organización en esos países, señaló el reporte.
Los allanamientos hoy en Costa Rica fueron respaldados por efectivos de las distintas policías de antidroga, fronteras, vigilancia aérea, control fiscal y judicial, con la coordinación de la Fiscalía y del Juzgado Penal de Liberia.