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cHace casi 40 años, un extraño virus puso al mundo en alerta.
La comunidad científica y los medios de comunicación no lograban explicarse qué sucedía.
Los principales potencias globales crearon comisiones y centros de estudios para tratar de contener aquella misteriosa dolencia de la que nada se sabía.
El sida se volvió desde entonces una de las enfermedades más temidas y el referente más cercano de una pandemia para millones de personas en todo el mundo.
Fue, de hecho, la peor pandemia que vivió la humanidad a finales del siglo XX y que todavía sigue cobrando miles de vidas cada año.
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Casi cuatro décadas después, un nuevo virus, el SARS-CoV-2 ha puesto otra vez al mundo en la incertidumbre sobre qué pasos dar para enfrentarlo.
"Al principio de la epidemia de sida tampoco sabíamos cómo responder ni de qué se trataba", le dice a BBC Mundo el doctor César Núñez, director regional de Onusida para América Latina y el Caribe.
Pero mucho han cambiado las cosas -y el mundo- desde entonces.
"El VIH se reporta en 1981 pero la primera prueba diagnóstica no se tiene hasta 1983. Ahora la hemos tenido en muy poco tiempo", señala Núñez.
"Luego el primer medicamento para el VIH se da en 1987 y no era un medicamento tan efectivo, lo mismo está sucediendo con este (remdesivir) que se ha autorizado ahora en EE.UU. para situaciones de emergencia", señala.
En criterio del experto, una de las buenas noticias de la actual pandemia ha sido la "rápida respuesta desde la perspectiva científica, de la investigación, de la innovación, de la biología molecular".
Pero cree que hay aún algunas lecciones que todavía tocan por aprender de la otra gran pandemia que ha sufrido el mundo desde los 80.
Lecciones del sida
De acuerdo con Núñez, una de las enseñanzas que debemos tener en cuenta es que, probablemente, tendremos que aprender a vivir con el coronavirus como ya lo hemos hecho con el VIH.
"Muchas personas hablan de un regreso a la normalidad, pero yo creo que eso no significará que vamos a volver a un mundo sin el covid. Vamos a volver a un mundo con el covid al lado nuestro", indica.
"Lo único que ya vamos a saber cómo prevenirlo, como también pasó con el VIH", dice.
La pasada semana, el director de Emergencias Sanitaras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Mike Ryan, había alertado sobre la posibilidad de que el coronavirus siga forme parte de la vida humana a partir de ahora.
"Es importante poner este asunto encima de la mesa: el virus podría convertirse en otro virus endémico en nuestras comunidades y estos virus pueden no irse nunca", indicó Ryan.
De acuerdo con Núñez, pese al temor que esto puede generar a primera vista, hemos aprendido a vivir con otros virus en la historia.
"De ahí que para el coronavirus, como lo ha sido para el VIH, la prevención, las campañas de protección para que la gente entienda los riesgos y asuma medidas para evitarlos van a ser medidas muy necesarias" señala.
De acuerdo con datos de Onusida, cerca de 75 millones de personas se contagiaron de VIH en el mundo desde el inicio de la pandemia y unas 32 millones perdieron la vida como consecuencia de la enfermedad.
Desde que se reportaron los primeros casos de coronavirus en diciembre pasado en China, los contagios superan los 5 millones, mientras las muertes rondan las 330.000, según cifras de la Universidad Johns Hopkins.
Acceso al tratamiento
Núñez cree que otras de las lecciones que nos dejó la pandemia de sida es la coordinación de esfuerzos para que las personas enfermas tengan acceso a los medicamentos.
"A través de los años en Onusida hemos estado trabajando para las personas que viven con VIH tengan acceso a su tratamiento. Pero todavía un América Latina, 40% de las personas que necesitan tratamiento no tienen acceso a él", comenta.
Durante la actual pandemia, la agencia de la ONU ha pedido a los gobiernos de la región garantizar un mínimo de al menos tres meses de tratamientos antirretrovirales para los que viven con VIH, de forma que no tengan que salir de casa a conseguir sus medicamentos.
Qué debes saber sobre el coronavirus si vives con VIH
Para muchas personas que viven con VIH/sida, la nueva pandemia ha supuesto una preocupación extra, por los temores a los efectos que podría tener el coronavirus sobre una persona con un sistema inmunológico débil.
Sin embargo, de acuerdo con Núñez, siempre que las personas que viven con VIH tengan acceso a sus medicamentos, el virus no debería representar un peligro mayor.
"Desde una perspectiva de salud, una persona que vive con VIH y está tomando su medicamentos, no debería tener mayores riesgos que cualquier otra persona que no viva con VIH", señala.
Sin embargo, agrega que si además del VIH esa persona tuviera alguna de las enfermedades consideradas como agravantes para el coronavirus (diabetes, hipertensión o problemas cardiacos o respiratorios) deberían extremar las precauciones.
Núñez cree que otra de los aprendizajes que deja la experiencia con el VIH es el impacto negativo que pueden tener la discriminación y los estigmas sociales para la lucha contra una pandemia.
"Muchas personas que viven con VIH en comunidades que trabajamos tenían miedo de acercarse a centros de salud por temor de ser discriminados", recuerda.
"Esta misma situación la repetimos en el caso del covid, que hemos visto ejemplos de como enfermeras o personal de salud en muchos barrios no los querían recibir por temor a los contagios", considera.
De acuerdo con el experto, tras casi 40 años, la lucha contra el VIH ha demostrado que la inclusión, el respeto y la aceptación son también fórmulas eficaces de prevención.
Solidaridad compartida
Pero de acuerdo con el director de Onusida para América Latina, no solo son los ciudadanos los que deben tomar en cuenta los aprendizajes que dejó el VIH.
"Uno de los elementos que nos plantean las pandemias es el respeto a los derechos de las personas, cómo van a hacer los gobiernos para seguirlos garantizando", dice.
En ese sentido, considera que dar a las comunidades un papel activo en la toma decisiones es también fundamental para lograr cualquier política de salud.
La creación de un plan único de respuesta de carácter global al coronavirus también puede ser, en su criterio, otra de los aprendizajes que se pueden tomar de la lucha contra el sida, así como la colaboración entre países.
"Lo otro es el tema de la solidaridad compartida. Ahora mismo las fronteras están cerradas, pero es importante mantener la idea de la importancia de colaborar con tu vecino, de saber que entre todos, somos más y podemos hacer más", señala.
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