Beijing.— Las medidas del gobierno chino para contener el coronavirus, que ha llevado a confinar a la población de una provincia entera, está dejando cines vacíos y trenes sin pasajeros, que ponen bajo presión la debilitada economía china. Incluso, Jerome Powell, presidente del Sistema de la Reserva Federal, dijo que el brote de la enfermedad puede causar trastornos a nivel global.

China depende cada vez más de sus consumidores y el virus llegó en el peor momento, en plena celebración de las vacaciones del Año Nuevo, cuando cientos de millones de personas se desplazan por toda la nación. El año pasado el PIB creció a su ritmo más lento en tres décadas, afectado por una débil demanda y por la guerra comercial con EU.

A pesar de que los últimos tres meses apuntan a una recuperación, gracias también a la tregua comercial con Washington, el coronavirus tendrá “sin duda” un impacto, dijo Julian Evans-Pritchard, de Capital Economics, en particular en el transporte y el consumo. Wuhan representa 1.6% del PIB de China, según S&P.

Las vacaciones fueron extendidas tres días y el país sólo volverá a la plena actividad a partir del lunes. Algunas compañías pidieron a sus empleados que trabajen desde casa. La popular cadena de restaurantes Haidilao cerrará todos sus restaurantes en China al final de enero. El tráfico aéreo y ferroviario en el primer día del Año Nuevo cayó más de 40% respecto al año pasado, dijo el viceministro de transporte. Más de 2 mil trenes de alta velocidad están suspendos. El número de espectadores en los cines es sólo una décima parte del año pasado. El gigante estadounidense Apple reconoció problemas en su cadena de producción china y la japonesa Toyota anunció que prorrogará al 9 de febrero la suspensión de la producción en sus tres plantas en China.

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