Fue descrito como un "choque entre dos mundos": dos visiones de la vida, la libertad y la humanidad en plena crisis del coronavirus se cruzaron en las calles de Colorado, en Estados Unidos.
Cientos de personas protestaban allí este fin de semana contra las órdenes del estado de permanecer en casa que buscan limitar las interacciones sociales para evitar la transmisión del virus, como sucede en casi todo el mundo.
Manifestantes desde sus autos y con pancartas reclamaban lo que consideran como sus derechos individuales: moverse y vivir sin restricciones.
Fue entonces cuando un hombre y una mujer vestidos con uniformes de médicos se pararon en medio de la carretera y los confrontaron en silencio.
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Las fotos de la pareja captaron los titulares y fueron ampliamente compartidas en redes sociales.
Ahora, el reportero gráfico detrás de las imágenes le cuenta a la BBC lo que sucedió ese día.
Durante el fin de semana, manifestantes salieron a las calles de Arizona, Washington, Montana y Colorado para protestar contra las órdenes de permanecer en casa.
El fotoperiodista independiente Alyson McClaran planeaba capturar la protesta de Denver, donde cientos de personas habían descendido al edificio del Capitolio estatal para exigir una reapertura económica.
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Los manifestantes en sus carros tocaron la bocina y atascaron las calles y aproximadamente 200 personas se reunieron en el jardín frente al Capitolio con carteles y banderas estadounidenses.
"Había mucha gente allí sin máscaras, sin distanciamiento social. Así que decidí irme y capturar otra parte de la ciudad", recuerda McClaran.
Mientras caminaba por el vecindario de Capitol Hill, McClaran vio a dos personas vestidas con ropa de médicos paradas en medio de la calle, evitando que los autos se movieran.
"Literalmente salí corriendo hacia ellos porque sabía que esto era algo importante. Casi me desmayo porque sabía que esto era muy grande", dice.
"Empecé a disparar con mi cámara tratando de obtener la mayor cantidad de documentación posible".
McClaran recuerda que las dos personas "se mantuvieron firmes", incluso mientras algunos manifestantes les gritaban y lanzaban comentarios racistas.
"Honestamente fue desgarrador verlo. Parecía que chocaban dos mundos".
Los manifestantes aseguran que las medidas estrictas que restringen el movimiento y el funcionamiento de muchos negocios son una reacción exagerada al covid-19 y perjudican innecesariamente a los ciudadanos.
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Christian Yingling, un exoficial al mando de una milicia ciudadana llamada Pennsylvania Light Foot, calificó la protesta como "un riesgo necesario".
"Voy a hacer lo que tenga que hacer para alimentar a mi familia. Si eso significa que tengo que arriesgar mi salud, entonces que así sea... E incluso si tengo que arriesgar potencialmente la salud de los demás", señaló.
"Los pagos de mi hipoteca están atrasados, el pago de mi camión está atrasado y si pierdo cualquiera de los dos, estoy muerto".
Pero a medida que los casos confirmados en Estados Unidos superan los 816 mil y el número de muertos se acerca a 44 mil, los expertos en salud pública y muchos líderes estatales han pedido continuar el distanciamiento social para minimizar la propagación del virus.
La semana pasada, la Casa Blanca brindó orientación en tres pasos para la reapertura progresiva, que queda en manos de los gobernadores de cada estado.
Al menos tres estados ahora están avanzando hacia ella, sin tener en cuenta algunas de las recomendaciones que dio inicialmente el gobierno.
En Carolina del Sur, las grandes tiendas por departamento y otros negocios minoristas como floristerías y tiendas de muebles, anteriormente considerados no esenciales, reabrirán el martes.
Los dueños de las tiendas tendrán la tarea de mantener el distanciamiento social en el interior, dijo el gobernador, Henry McMaster, quien también levantó las restricciones en las playas.
El gobernador de Georgia, Brian Kemp, indicó esta semana que empresas como gimnasios, salones de tatuajes y peluquerías podrían reabrir en su estado el viernes y las salas de cine y restaurantes el lunes mientras se sigan las pautas de distanciamiento social.
Al frente de la ciudad más grande de Georgia, la alcaldesa de Atlanta, Keisha Bottoms, mostró desacuerdo por la medida
"Cuando miro los datos y hablo con nuestros funcionarios de salud pública, no veo que se base (la reapertura) en algo lógico", dijo.