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La escena resulta paradójica. Desde hace varias semanas el gobierno de Guatemala mantiene cerrada su frontera con México, como una medida para contener la pandemia de Covid-19.
Nadie puede entrar al país por sus garitas migratorias, oficialmente cerradas por la emergencia.
Pero a unos metros, diariamente cientos de personas cruzan el Río Suchiate, que sirve de frontera en el lugar, prácticamente sin ningún control sanitario dicen organizaciones civiles.
Muchas son migrantes provenientes de Honduras o El Salvador, así como de sitios tan lejanos como Asia y África.
Lo que sucede en la frontera sur mexicana se repite en el resto de Centroamérica, donde las cuarentenas en casi todos los países no han logrado contener el flujo migratorio, reconocen autoridades.
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Un ejemplo es Costa Rica, donde se confirmó el primer caso de Covid-19 en la región.
El gobierno estableció una operación especial en sus fronteras con Panamá y Nicaragua, en la que participan todas las policías de ese país.
La estrategia logró reducir la cantidad de migrantes irregulares que ingresan a su territorio, asegura Stephen Madden, Director de la Policía Profesional de Migración.
Pero no ha logrado contener por completo el flujo de personas, dice a BBC Mundo.
"El esfuerzo que se hace es sumamente alto, el resultado es muy evidente, los números respaldan las acciones pero no podríamos garantizar al 100% que ninguna persona ingrese, máxime que las fronteras de nuestros países son muy extensas y porosas".
En la semana del 22 al 28 de marzo más de mil personas que trataron de entrar irregularmente a Costa Rica fueron rechazadas, añade el funcionario.
Emergencia regional
Con excepción de Nicaragua, el resto de Centroamérica se encuentra en cuarentena por la pandemia de Covid-19.
Panamá estableció un toque de queda en todo su territorio. Sólo se permite abandonar las casas por dos horas para comprar alimentos y medicinas.
El ingreso de extranjeros está prohibido al igual que los vuelos internacionales. Los establecimientos comerciales están cerrados excepto los que ofrecen medicinas, combustible y alimentos.
Lo mismo sucede en Costa Rica, donde además se restringió la salida de extranjeros residentes.
Quienes no acaten la disposición no podrán volver al país hasta mediados de abril, y perderán además su estatus migratorio.
El Salvador también se encuentra en cuarentena total. Los vuelos están suspendidos y oficialmente las fronteras fueron cerradas
No se permite el ingreso a extranjeros y los salvadoreños que retornan deben permanecer aislados por dos semanas.
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En este país, por cierto, el primer caso comprobado de Covid-19 fue una persona que ingresó de manera irregular al territorio.
Fronteras cerradas
Honduras tampoco permite el tránsito de personas por sus fronteras, cerradas desde el pasado 16 de marzo por orden del presidente Juan Orlando Hernández.
En Guatemala también existe toque de queda, que fue ampliado hasta el 12 de abril. No se permite la circulación de personas por 12 horas, a partir de las 4 de la tarde.
El gobierno mantiene la prohibición de ingreso a los extranjeros, excepto diplomáticos y algunos casos de emergencia determinados por el Ministerio del Interior.
En este escenario las medidas de México y Nicaragua caminan a contracorriente de sus vecinos.
El gobierno del presidente Daniel Ortega mantiene abiertas sus fronteras, sin restricciones a los viajeros ni cuarentenas.
Las autoridades mexicanas sólo aplican algunas restricciones en su frontera con Estados Unidos.
Ese país suspendió el ingreso de visitantes considerados no esenciales, como turistas y residentes fronterizos que suelen trabajar o comprar en establecimientos estadounidenses.
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Pero en el sur del país se mantiene la vigilancia habitual, con agentes de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración.
Hasta ahora no se ha desplegado alguna operación particular por la pandemia,dice el INM a BBC Mundo.
Las revisiones sanitarias se aplican sólo en las estaciones migratorias, donde permanecen las personas detenidas por ingresar irregularmente al país.
Cuarentenas rotas
A pesar de las drásticas restricciones cientos de personas ingresan o cruzan de manera irregular por los territorios en emergencia, lo cual implica una violación a las cuarentenas reconocen autoridades y organizaciones civiles.
Por ejemplo el director de la Policía Profesional de Migración de Costa Rica dice que miles de personas han regresado a Nicaragua, pese a las sanciones que podrían enfrentar por hacerlo.
Al mismo tiempo el arribo de migrantes no cesa. De acuerdo con el gobierno de Panamá, en su frontera con Costa Rica hay al menos 3 mil personas de Haití, Cuba, Asia y África que intentan viajar hacia Estados Unidos.
Las autoridades de ambos países establecieron una operación para trasladar a los migrantes, de manera controlada, hacia el norte de Costa Rica.
Desde allí "buscarán las rutas para salir del país", según un comunicado de la Dirección de Migración costarricense.
Sin embargo, pese al operativo muchas personas intentan burlar el cerco policíaco para entrar a ese país.
"Buscan los puntos ciegos, los sitios no oficiales para la migración. Tratan de entrar de manera irregular", dice Stephen Madden.
Vulnerables a la pandemia
¿Hay algún riesgo sanitario por romper las cuarentenas en Centroamérica?
Depende de las condiciones en que se muevan los migrantes irregulares, responde Samuel Almeida, jefe de Misión Adjunto para México y Centroamérica de Médicos sin Fronteras (MSF).
"No conocemos su transporte, si se aseguran las condiciones de prevención, con distanciamiento social, en un vehículo desinfectado y con acceso a lavado de manos es una cosa", dice a BBC Mundo. "Ahora si van en un autobús abarrotado, es otra condición".
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Hasta ahora no se han comprobado contagios por la migración irregular en los territorios en cuarentena que cruzan.
Pero las condiciones en que se mueven los migrantes les hacen vulnerables a la pandemia de Covid-19, afirma Almeida.
"Estas personas huyen de situaciones difíciles en sus países de origen, eso afecta su sistema inmunológico, los hace más vulnerables a contraer el virus y a tener complicaciones".
"Viven en condiciones insalubres, no tienen acceso a agua potable ni a alimentos, viven de donaciones. Son las condiciones que los hacen más vulnerables a una epidemia".
Además, la organización ha denunciado que los refugiados, migrantes y solicitantes de asilo "no tienen el mismo acceso al sistema de salud nacional que las otras personas" de los países de la región.
Es, insiste Almeida, un riesgo adicional a las de por sí difíciles condiciones de los migrantes.