Las autoridades australianas anunciaron este jueves el confinamiento a partir de la medianoche y durante siete días, del estado de Victoria , la segunda jurisdicción más poblada del país, en respuesta a un brote de.

El jefe interino del Ejecutivo de Victoria, James Merlino, aclaró que la medida busca evitar una "tercera ola" de Covid-19 en este estado, con 6.6 millones de habitantes y que aglutina 68% del total de contagios y 90% de las muertes con Covid-19 desde el inicio de la pandemia .

En virtud del confinamiento, que concluirá la medianoche del 3 de junio, los habitantes de Victoria solo podrán salir para comprar productos esenciales, hacer ejercicios, brindar cuidados, hacer trabajos esenciales y vacunarse, mientras que los restaurantes solo podrán vender comida para llevar.

Asimismo, los residentes de Victoria están obligados a usar mascarillas faciales en interiores y exteriores, así como que tampoco podrán realizar reuniones en esos siete días en que se cerrarán las escuelas, con algunas excepciones, aunque las guarderías y parvularios seguirán operando con normalidad.

Desde la detección del último brote hasta este jueves se han registrado un total de 26 contagios -11 de ellos en las últimas 24 horas-, aunque se han identificado unos 10 mil contactos primarios y secundarios vinculados al brote, así como unos 150 lugares de exposición, principalmente en Melbourne , que tiene más de 5 millones de habitantes.

Entre 9 de julio y el 28 de octubre de 2020, Melbourne, capital de Victoria, vivió un duro confinamiento por la propagación de Covid-19 vinculada a una serie de errores en los protocolos en los centros de cuarentena para viajeros internacionales.

Australia vive desde hace meses una práctica normalidad que solo se interrumpe por confinamientos breves y localizados cuando se detectan nuevos brotes de Covid-19, que ha provocado el confinamiento de Melbourne hasta en cuatro ocasiones, incluyendo la decretada este jueves.

Hasta la fecha, el gobierno australiano, que ha gestionado bien la pandemia, ha administrado alrededor de 3,8 millones de dosis de las vacunas de Pfizer o AstraZeneca y prevé terminar de vacunar a sus 25 millones de habitantes para finales de año.

El país oceánico, que mantiene sus fronteras cerradas desde marzo de 2020 y solo tiene una burbuja aérea con Nueva Zelanda -desde el martes suspendida con Victoria-, ha registrado desde el inicio de la pandemia 30.048 contagios, con 910 fallecidos.

lsm

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