Reino Unido está listo para la , la primera en 70 años, con la celebración de los últimos ensayos en la Abadía de Westminster y la infinidad de banderas colgadas en calles, bares y restaurantes.

Carlos III y la reina consorte, Camila, ya realizaron los ensayos en la abadía para el evento. También lo hizo el príncipe Guillermo, heredero de la corona británica.

Cientos de turistas han llegado alas calles de Londres para el evento del nuevo rey. En medio de fuertes medidas de seguridad, centenares de curiosos están ya instalados con tiendas de campaña, carteles y banderas frente a las barreras colocadas en las avenidas por donde transcurrirá el desfile real, que recorrerá la avenida The Mall y la zona de Whitehall, donde están los principales ministerios.

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Invitados extranjeros, turistas e indiferencia

Los invitados extranjeros, desde el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva a los reyes Felipe VI y Letizia de España, pasando por la primera dama estadounidense Jill Biden, llegaron a Londres, donde el monarca dio el viernes por la tarde una recepción en su honor.

Bares, restaurantes y tiendas han colgado banderines y se han engalanado las principales calles de Londres también con banderas, mientras que en la céntrica calle de Oxford Street se han colocado dos coronas gigantes, encima de cojines rojos, sobre las marquesinas de dos paradas de autobuses.

Sin embargo, no para todos es un evento que emocione. "Para nosotros, sencillamente, no es algo importante". Millie, de 18 años, pasará el sábado viendo películas en casa, y al igual que ella, muchos jóvenes británicos se muestran indiferentes a la coronación del rey Carlos.

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Con información de EFE y AFP

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