El pequeño Luis, el último de los tres hijos de los actuales príncipes de Gales, William y Kate, robó el protagonismo una vez más en la ceremonia de coronación de su abuelo, el rey Carlos III. La foto del gran bostezo del niño de cinco años mientras espera para entrar a la abadía de Westminster comienza a viralizarse en redes sociales.
El periódico británico The Guardian incluso publicó la imagen y escribió: “Me imagino que esta foto acabará dando la vuelta a las redes sociales y aparecerá en muchos souvenirs mañana, cuando el príncipe Luis dé su veredicto sobre la espera para entrar antes en la abadía”. El príncipe también hizo varios gestos a lo largo de la ceremonia.
Como estaba previsto, además el príncipe Luis fue autorizado a retirarse un rato antes de la ceremonia de la coronación por su corta edad.
Luis ya es conocido por sus divertidos gestos. Durante una aparición desde el balcón del Palacio de Buckingham durante el Jubileo de Platino en junio de 2022, las grandes celebraciones por los 70 años de reinado de Isabel II, el pequeño se tapó los oídos mientras sobrevolaban los aviones, hizo muecas al público y hasta parecía aburrido por momentos durante la ceremonia.
Unos días más tarde, Luis hizo pasar un momento incómodo a su madre, durante otro evento oficial del Jubileo de la reina Isabel II. El niño fue captado en medio de una actitud que muchos catalogaron como divertida, aunque a Kate Middleton pareció no agradarle tanto: le tapó la boca, le hizo gestos e incluso caminó de aquí para allá mientras todos intentaban calmarlo para que presenciara el evento sin olvidar los protocolos de los miembros de la realeza.
En redes sociales y medios de comunicación, circuló un video en el que se observa al niño de 4 años sacándole la lengua a la duquesa de Cambridge cuando ella intentaba contenerlo tranquilamente para evitar un escándalo. Al parecer esto enfureció al pequeño, que enseguida hizo una serie de muecas y se llevó el pulgar a la nariz mientras movía los dedos restantes.
Luis parecía no disfrutar de la celebración de la reina Isabel II por sus 70 años de reinado, ya que en un momento se aprecia que se para en su silla y arroja lo que parece ser un cojín. Es en ese instante es cuando Kate decide tomarse un descanso y pasar un tiempo con su hijo para intentar calmarlo, pues aunque es un miembro de la realeza, también es un niño.
Su actitud llamó la atención de muchos asistentes, dado que era evidente que el pequeño príncipe no quería estar allí. Incluso Mike Tindall, esposo de la prima del príncipe William, Zara Tindall, bromeó con él y le hizo saber que sus modales no eran los más adecuados en ese momento.
El jugador de rugby retirado le hizo señas con sus manos a Luis, dándole a entender que lo observaba: se llevó los dedos a los ojos y luego lo señaló, pero esto tampoco fue del interés del menor, quien continuó con sus gestos y arrebatos.
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