Seúl.— Los dirigentes de las dos Coreas se comprometieron ayer a trabajar por la desnuclearización de la península y por una paz permanente, durante una cumbre histórica en la Zona Desmilitarizada, en la localidad de Panmunjom.
Tras un simbólico apretón de manos en la frontera con el presidente surcoreano, Moon Jae-in, el líder norcoreano, Kim Jong-un, afirmó que Corea estaba en “el inicio de una nueva historia”. Dijo haberse sentido “embargado por la emoción” de convertirse en el primer líder norcoreano en pisar territorio surcoreano desde la Guerra de Corea (1950-1953).
“Las dos Coreas hemos tardado mucho en encontrarnos y en estrechar las manos”, dijo Kim en un discurso durante la cumbre. “Hemos esperado mucho tiempo para que llegara este momento”, agregó.
“Corea del Sur y Corea del Norte confirman el objetivo común de obtener, a través de una desnuclearización total, una península coreana no nuclear”, dice la Declaración de Panmunjom publicada tras la reunión.
Tras firmar el texto, que proclama que “no habrá más guerra en la península de Corea”, Kim y Moon se dieron un abrazo poniendo fin a la jornada. Al acabar el día, los dos líderes asistieron a un banquete celebrado en Peace House, situado al lado sur de la frontera donde mantuvieron sus reuniones. En la cena, Kim y Moon estuvieron acompañados de sus respectivas esposas, Ri Sol-ju y Kim Jung-sook, y también contaron con la compañía de artistas del Norte y del Sur y de delegaciones de alto nivel.
Tras la comida, presenciaron agarrados de la mano un espectáculo de luz y sonido que puso punto final de manera festiva a la jornada.
Luego, Kim volvió a cruzar la frontera y regresó a Corea del Norte. En imágenes transmitidas por televisión se lo vio saludando con la mano desde su vehículo a sus anfitriones en la Zona Desmilitarizada.
Las dos Coreas expresaron en la declaración conjunta la intención de entablar conversaciones multilaterales, con Estados Unidos y eventualmente también con China, para poner fin oficialmente al conflicto bélico. A falta del tratado de paz, los dos vecinos siguen técnicamente en guerra.
A partir del 1 de mayo deben suspenderse todas las acciones hostiles, incluyendo las emisiones de propaganda con altavoces instalados en la frontera y la distribución de panfletos en la Zona Desmilitarizada.
Además, las dos Coreas expresaron su voluntad de cooperar activamente para construir un régimen de paz duradero. “Declaramos que no va a estallar ninguna guerra en la península de Corea”. También acordaron reanudar proyectos humanitarios conjuntos, por ejemplo, las reuniones entre familias divididas como consecuencia del conflicto bélico.
El presidente de Corea del Sur anunció que planea visitar en el próximo otoño Pyongyang, para una segunda cumbre con Kim y éste se mostró dispuesto a viajar a Seúl si recibía una invitación.
Durante la segunda ronda, ambos líderes plantaron conjuntamente un árbol en la frontera como símbolo de “paz y bienestar”. Se trataba de un pino de 1953, el año en que se firmó el armisticio. Utilizaron tierra y agua de montañas y ríos famosos de las dos Coreas.
EU siguió la cumbre con grandes expectativas, porque el presidente Donald Trump se reunirá con Kim a finales de mayo o principios de junio. Incluso, el magnate afirmó que hay dos o tres sitios posibles para el encuentro. Consideró que la presión de EU posibilitó el acuerdo entre ambos países. También indicó que Washing- ton no relajará su posición hasta que se alcance la desnuclearización. Además, celebró los resultados. “¡La guerra de Corea va a terminar!, Estados Unidos y todo su gran pueblo deberían estar muy orgullosos de lo que está ocurriendo ahora en Corea”, dijo. El magnate agradeció al mandatario chino, Xi Jinping, por facilitar el acercamiento entre las naciones.
El nuevo secretario de Estado de EU, Mike Pompeo, destacó: “No hay dudas de que sin la campaña de máxima presión del presidente Trump, no estaríamos aquí”. El funcionario dio las declaraciones en Bruselas, donde asistió a una reunión de la OTAN. El gobierno de México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, se congratuló de los “alentadores resultados” de la cumbre.
También el secretario general de la ONU, António Guterres, aplaudió la “verdaderamente histórica cumbre” entre las Coreas.