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El primer ministro nacionalista de Hungría, Viktor Orban, ganó un cuarto mandato de forma aplastante en las elecciones generales del país, según muestran los resultados con el conteo casi completo.
Fidesz, el partido de derechas que lidera Orban, obtuvo el 53.1% de los votos con el 98% escrutado.
La alianza opositora encabezada porPeter Marki-Zay se quedó muy atrás,con un 35%.
En su discurso de victoria, Orban criticó a los "burócratas de Bruselas", sede institucional de la Unión Europea, y al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, llamándolos "opositores".
"Nunca tuvimos tantos opositores", dijo Orban según cita la agencia AFP. "Los burócratas de Bruselas... Los principales medios de comunicación internacionales y el presidente ucraniano".
Zelensky ha criticado repetidamente la prohibición de Orban sobre la transferencia de armas a Ucrania, con la que comparte frontera. Sin embargo, Orban, que tiene estrechos vínculos con Moscú, condenó la invasión rusa y acogió a medio millón de refugiados desde que comenzó la guerra en febrero.
El mandatario húngaro agregó que su "gran victoria" se podía ver "desde la Luna, pero ciertamente también desde Bruselas".
Cuarto mandato
Cuando la comisión electoral de Hungría haga la confirme oficialmente, la victoria será la cuarta consecutiva del partido Fidesz desde 2010.
La Oficina Nacional de Elecciones dijo que Fidesz tendría 135 escaños, es decir, una mayoría de dos tercios, y la alianza opositora unos 56 escaños, nuevamente, según los datos preliminares.
Orban, de 58 años, ha tenidouna relación tensa con la UE, que considera que Fidesz ha socavado las instituciones democráticas de Hungría.
En sus 12 años en el poder, Orban reescribió la constitución, llenó los tribunales superiores con sus designados y cambió el sistema electoral a su favor.
Durante la campaña, el eslogan de la oposición fue "Orban o Europa".
El candidato opositor, Peter Marki-Zay, argumentó queHungría debería unirse a Polonia, el Reino Unido y otros países en el suministro de armas a Ucrania.Y si se le solicitara, y solo dentro del marco de la OTAN, incluso debería considerar el envío de tropas.
La oposición se quejó de que Fidesz había aislado a Hungría de la corriente principal europea y de la democracia consensuada, la justicia y la decencia.
Más de 200 observadores internacionales monitorearon las elecciones en Hungría, junto con miles de voluntarios de todo el espectro político.
La participación alcanzó el 68,69 %, casi igualando el número récord de votantes en las últimas elecciones nacionales de 2018.
Marki-Zay, el líder de la oposición conservadora, admitió la derrota el domingo por la noche.
"No ocultaré mi tristeza y mi decepción", dijo a sus seguidores, acusando a Fidesz de realizar una campaña de "odio y mentiras".
Afirmó que la oposición había hecho "todo lo humanamente posible", pero que la campaña había sido "una lucha desigual", aludiendo a que los políticos anti-Fidesz aparecían muy poco en los medios estatales. La mayoría de los medios estatales y privados en Hungría han sido tomados por los aliados de Orban durante sus últimos 12 años en el gobierno.
Una espina impredecible en el costado de la UE y la OTAN
Análisis de Katya Adler Europe editor
Casi se podía escuchar el ruido sordo colectivo de los corazones de la Unión Europea hundiéndose anoche.
Demócrata antiliberal con estilo propio, el líder de Hungría se ha enfrentado repetidamente con Bruselas por cuestiones de Estado de derecho como la libertad de prensa y la migración.
También han peleado por Moscú. Orban es famoso por sus cálidas relaciones con Vladimir Putin. Firmó las sanciones occidentales, pero se niega a suministrar armas a Ucrania. Es el único líder de la UE que critica abiertamente al presidente Zelensky.
Es por eso que hubo tanta atención internacional sobre las elecciones de Hungría.
Hungría compra mucha energía de Moscú.Pero también lo hacen muchos otros países de la UE.
Es más la similitud que los críticos ven entre los dos hombres, Putin y Orbán. Ambos, dicen, son desdeñosos con Bruselas, la oposición política, los medios cuestionadores o con la comunidad LGBTQ+.
Por supuesto que Orban no es Putin. Aunque una valla publicitaria electoral en las carreteras húngaras, patrocinada por los partidos de la oposición, así lo sugería.
Numerosos políticos populistas, nacionalistas o de derecha con una inclinación por la política de hombres (o mujeres) fuertes han admirado a Putin a lo largo de los años, o han tratado de emular algunos de sus rasgos. Piensa en Matteo Salvini de Italia, Marine Le Pen de Francia, Donald Trump de Estados Unidos.
Pero Orban es el líder de un país miembro de la UE y la OTAN, en un momento en que ambos están profundamente en desacuerdo con Moscú por la invasión de Ucrania.
"Me preocupa nuestro amigo en Budapest", me dijo en un susurro el ministro de Asuntos Exteriores de una potencia clave de la UE justo antes de la invasión rusa.
De hecho, Hungría se sumó a las sanciones occidentales, que llegaron de manera inesperadamente rápida, a través de Bruselas.
Pero al mismo tiempo, los opositores en casa se quejaron de que los medios estatales húngaros estaban produciendo noticias similares a la propaganda, "al estilo de Rusia" sobre la guerra en Ucrania.
Hungría seestá aislando cada vez más en la UE y la OTAN, pero Orban sabe que ninguna de las dos instituciones está dispuesta a aislarla. Quieren una demostración de unidad occidental para exhibirla ante Rusia.
Su nuevo mandato significa que seguirá siendo una espina clavada e impredecible en sus costados.
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