Dalton, Georgia.— El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, y el electo, Joe Biden, convergieron ayer en el estado de Georgia para apoyar a sus candidatos en vísperas de una crucial elección al Senado, que tendrá impacto decisivo en el gobierno del mandatario demócrata y que autoridades electorales estatales acusaron a Trump de socavar.
Georgia no ha elegido a un demócrata al Senado desde hace 20 años. Pero si Raphael Warnock, un pastor afroestadounidense de 51 años, y Jon Ossoff, un productor audiovisual de 33, logran la hazaña, permitirán que la Cámara Alta quede 50-50, una paridad que en la práctica dará ventaja a los demócratas, porque el voto de desempate será el de la vicepresidenta Kamala Harris.
Consciente de la importancia de la votación de hoy, Biden viajó a Atlanta, la capital de Georgia, y dijo que “el poder está en tus manos (...) Un solo estado puede cambiar el rumbo no sólo durante los próximos cuatro años, sino también para la próxima generación”.
Los simpatizantes de Trump, convencidos gracias al discurso sin fundamentos del mandatario de que “le robaron” la elección, se reunieron a su vez para escuchar al presidente saliente, quien viajó a Dalton, una zona rural y conseradora del noroeste de Georgia.
Gabriel Sterling, encargado de la implementación del sistema de votación de Georgia, refutó las acusaciones de fraude en el estado lanzadas por Trump. “El presidente (...) socava la fe de los habitantes de Georgia en el sistema electoral (...) Y eso es importante, porque tenemos unas elecciones importantes mañana”.