En los últimos, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, empezó a promover el uso de mascarillas o cubrebocas como un gesto "patriótico", tras mostrarse reacio, en un páis que suma 4 millones de casos de Covid-19 .
Es un asunto que se ha discutido durante meses, tanto por expertos como por personas que se pasean por los parques de todo el mundo: ¿Las personas que no se sienten enfermas pueden propagar el coronavirus? Y si es el caso, ¿todos deberíamos portar mascarillas para frenarlo?
La confusión y los mensajes contradictorios sólo hacen que controlar la pandemia se vuelva mucho más difícil, señalaron expertos.
Según un estudio divulgado en junio por las universidades británicas de Cambridge y Greenwich, el uso extendido de mascarillas faciales en lugares públicos podría reducir el número de reproducción del coronavirus y evitar nuevos brotes de la enfermedad,
“Si hay mensajes confusos o no hay una convicción sobre por qué se debería hacer algo, como portar mascarillas, simplemente te ignorarán", ha dicho Ivo Vlaev, profesor de ciencias del comportamiento en la Universidad de Warwick.
De acuerdo con la investigación, si la población utilizara máscarillas se lograría mantener el número de contagios por debajo del 1.0 y se evitarían nuevas oleadas, combinando esa medida con los confinamientos.
Los expertos observaron que incluso las mascarillas hechas en casa pueden reducir de forma llamativa la tasa de transmisión si son llevadas por muchas personas en lugar de limitar su uso a aquellas que muestran síntomas de la Covid-19 .
Por ello, hicieron un llamado a que se divulguen campañas de información tanto en países ricos como en otros en vías de desarrollo con mensajes como: "mi mascarilla te protege, la tuya me protege".
"Nuestro análisis respalda la adopción inmediata y universal de mascarillas faciales por la ciudadanía", subraya el principal autor, Richard Stutt, de la universidad de Cambridge.
En Estados Unidos , ante el preocupante repunte de casos, el presidente Donald Trump ha cambiado el tono recientemente al advertir que la pandemia del coronavirus "empeorará" en el país e insistió a la ciudadanía en el uso de las mascarillas, algo a lo que se había resistido.
"Obtengan una mascarilla. Les guste o no la mascarilla, tienen un impacto. Y necesitamos (hacer) todo lo que podamos", afirmó el presidente el martes, quien además instó a los jóvenes a "ser seguros y ser inteligentes" y evitar bares llenos y grandes concentraciones.
Se trata de un giro radical del discurso del mandatario, que hasta hace unos días llamaba a la rápida reactivación económica y libraba una guerra cultural contra las mascarillas.
En junio, la OMS cambió su recomendación sobre el uso de mascarillas, pidiendo a la gente que las porten si no pueden mantener el distanciamiento social, si tienen más de 60 años o padecen afecciones médicas subyacentes.
Parte del razonamiento, explicaron funcionarios de la OMS, era para tener en cuenta la probabilidad de que podría haber transmisión entre personas que tenían la enfermedad pero aún no desarrollaban síntomas.
Pese a ello, cuando le preguntaron a Maria Van Kekhove, directora técnica de la OMS en el combate al Covid-19, sobre la frecuencia de este tipo de contagios, respondió: “Sigue siendo inusual que los individuos asintomáticos realmente contagien", aunque luego dijo que se refería a algunos estudios, no al panorama completo.
Sin embargo, muchos otros científicos quedaron sorprendidos por la descripción de la propagación por parte de personas asintomáticas como “inusual” y señalaron que existe mucha evidencia sobre personas que pueden propagar la enfermedad antes de desarrollar síntomas.
Uno de los grandes misterios del nuevo coronavirus es la velocidad con que se esparció por el mundo.
“Puede matarte y un 40% de las personas ni siquiera sabe que lo tiene”, señaló ayer el doctor Eric Topol, director del Scripps Research Translational Institute.
Los investigadores comprobaron que el virus puede ser transmitido silenciosamente por portadores asintomáticos o presintomáticos. Lo que todavía no se sabe es qué papel desempeñan los portadores asintomáticos en la propagación del virus.
Lo más desconcertante de todo es que haya personas que portan un virus mortal sin siquiera darse cuenta. Los científicos calculan que cuatro de cada diez personas infectadas jamás muestran síntomas.
Durante meses, la OMS sostuvo que la mayoría de la propagación del COVID-19 proviene de personas con síntomas como fiebre o tos, y que el contagio de personas que no se sienten mal no era considerada como un impulsor importante de la enfermedad.
También en junio, en un evento de redes sociales organizado para tratar de aclarar la confusión, el director de emergencias de la OMS, el médico Michael Ryan, dijo que “los individuos tanto sintomáticos como asintomáticos forman parte del ciclo de transmisión”, pero que no estaba claro cuánto contribuyó cada uno a la propagación de la enfermedad.
Portar una mascarilla quizás no evite el contagio, debido a que los ojos siguen expuestos, pero los expertos de salud creen que podría evitar que el individuo propague la enfermedad involuntariamente al actuar como una barrera física.
El COVID-19 se propaga a través de microgotas respiratorias, por lo que usar una mascarilla evitará que esas gotas lleguen a otras personas.
Las gotículas y el contacto con manos y superficies son las principales vías de contagio de la COVID-19, pero están "emergiendo pruebas" de una transmisión aérea, advirtió la Organización Mundial de la Salud.
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A mediados de marzo, un estudio publicado en el New England Journal of Medicine (NEJM) mostraba que el nuevo coronavirus podía sobrevivir en un laboratorio durante tres horas en forma de partículas de aire.
Se han publicado otros estudios en la misma línea, pero de momento no se ha probado que esas partículas de coronavirus puedan provocar infecciones en la vida real.
Esa hipótesis hace que sea "deseable el uso de una mascarilla adaptada, al pensar que personas infectadas pueden encontrarse cerca, y airear suficientemente los espacios cerrados", consideró el 15 de abril Matthew Meselson, profesor de la Universidad de Harvard.
"La mascarilla está en el centro de la estrategia de prevención", observó por su parte Franck Chauvin, presidente del Alto Consejo francés de Salud Pública (HCSP), pese a que hace unos meses solo se recomendara su uso para enfermos y personal sanitario.
También pidió a la ciudadanía que colabore en la prevención de nuevos brotes con el mantenimiento de las medidas de higiene y distanciamiento físico, y portando mascarilla en los casos donde sea recomendable.
Aunque varios estudios han dejado entrever que la gente puede propagar el virus antes de presentar síntomas, la OMS ha descartado gran parte de ellos porque dice que son anecdóticos o están basados en modelos.
Expertos de la Organización Mundial de la Salud señalaron que los rebrotes aislados en países como España una vez levantados los confinamientos eran esperables, pero subrayaron que sistemas sanitarios y población deben redoblar su vigilancia y esfuerzos para evitar que aumenten su gravedad.
"Era algo que cabía esperar cuando terminaran las medidas de confinamiento, porque esta enfermedad aprovecha cualquier oportunidad para transmitirse", expresó el director ejecutivo de la OMS para Emergencias Sanitarias, Mike Ryan.
Ante el alza de contagios en Bélgia, la primera ministra, Sophie Wilmès, anunció un incremento de las medidas de protección y la mascarilla obligatoria en "lugares concurridos" abiertos y cerrados.
El Reino Unido, con 45 mil muertes, es el país de Europa con más víctimas mortales por la pandemia. El uso de la mascarilla es obligatorio en las tiendas a partir de este viernes en Inglaterra.
En Miami-Dade, Florida , el alcalde dijo que la norma de llevar mascarilla en lugares públicos "está funcionando" y si esta tendencia se mantiene el número de contagios positivos estará por debajo del 10 % dentro de treinta días, descartando así una posible cuarentena.
Desde que entró en vigor en Miami la norma de las mascarillas se han impuesto un total de 115 multas que van desde los 50 dólares hasta los 500 y se han cerrado temporalmente un total de 15 negocios tras realizar 431 inspecciones.
Sin embargo, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, dijo ayer jueves que el uso de la mascarilla dentro de comercios minoristas de momento no será un requisito a nivel estatal.
En México, especialistas subrayaron que además de las medidas de higiene y sana distancia, el uso correcto del cubrebocas puede contribuir a reducir los casos positivos de Covid-19 , romper la cadena de contagio y detener posibles nuevas oleadas.
Irma Luisa Ceja Martínez, gerente Médico de Endocrinología y Nutrición de Grupo PiSA, explicó que aunque el SARS-CoV-2 es un virus nuevo que se sigue estudiando, la evidencia científica indica que los mecanismos más efectivos hasta ahora para evitar su transmisión son conservar la distancia, mínimo de dos metros, entre personas; el confinamiento en casa y el uso del cubrebocas de manera adecuada .
“Las medidas no son aisladas, sino integrales y el autocuidado es una responsabilidad individual”, afirmó Ceja Martínez.
En tanto, el infectólogo Alejandro Macías aseguró que el uso del cubrebocas sí es importante para la reactivación de la economía en México y puede contribuir a evitar los rebrotes en las entidades del país que iniciaron el desconfinamiento.
“El uso de cubrebocas sí es clave para la reactivación económica y está sustentado por evidencia creciente y sí debiera recomendarlo ampliamente el Presidente”, dijo.
Para los especialistas, la nueva normalidad debe obligar a la sociedad a adoptar un modelo integral de autocuidado, que se debe aplicar en los espacios de convivencia.
Es decir, a partir de un protocolo de seguridad con acciones específicas como es el uso de cubrebocas, el confinamiento, la sana distancia, el lavado constante de manos y evitar espacios cerrados, para reducir la incidencia del coronavirus y romper la cadena de contagio.
fml