La zona de libre comercio de Panamá, el mercado bursátil de Brasil y la industria de cobre de Chile surgieron como las primeras víctimas visibles y directas del impacto económico por el temor a la propagación del coronavirus desde China a América Latina y el Caribe.
Sin que la enfermedad que emergió en diciembre anterior en una ciudad china todavía haya atacado masivamente a los países latinoamericanos y caribeñas, con un caso confirmado en Brasil, el flujo del intercambio comercial entre China y América Latina y el Caribe mermó y retrocedió en los dos primeros meses de 2020 por el Covid-19.
“La industria portuaria china está trabajando con escaso personal, por miedo al coronavirus”, dijo el empresario panameño Daniel Acosta, presidente de la Asociación de Usuarios de la Zona Libre de Colón (ZLC), ubicada en el litoral Caribe de Panamá y segundo principal puerto mundial de reexportación de mercancías luego de Hong Kong.
“Las aduanas y los muelles chinos están prácticamente paralizados y tampoco dan abasto para atender y descargar buques que llegan a China con mercancías y materias primas de América Latina y el Caribe y cargar y sacar a los que deben traer mercadería china a los mercados latinoamericanos y caribeños”, narró Acosta a EL UNIVERSAL.
Tras precisar que hasta 80% de las importaciones anuales de la ZLC provienen de China y están “afectadas” por las medidas para atacar la enfermedad, detalló que “casi todo el comercio en China se ha paralizado: los barcos ya no están trayendo carga desde allá”.
El intercambio comercial entre China y las naciones latinoamericanas y caribeñas aumentó de 17 mil millones de dólares en 2002 a 306 mil millones de dólares en 2018, con expectativas de llegar a los 500 mil millones de dólares en 20025, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Acosta alertó que, por las secuelas económicas de la enfermedad, “recibimos esta semana una noticia traumática: para poder enviar en barco nuestras exportaciones refrigeradas de frutas y de carnes a China sufriremos un incremento de 2 mil dólares a 2 mil 500 dólares por contenedor”.
El alza de tarifas perjudicará a todas las compañías que exporten a China desde cualquier país de América Latina y el Caribe, aclaró. “Todo se debe al miedo que hay globalmente por culpa del coronavirus. Panamá es centro logístico internacional y dependemos del comercio con China”, contó.
Secuelas
La onda expansiva del coronavirus golpeó el miércoles las finanzas de Brasil, al día siguiente de que ese país confirmó un primer caso de la enfermedad.
La Bolsa de Valores de Sao Paulo se derrumbó ese día cerca de 5% en su primera sesión semanal luego de un feriado por carnavales.
El Bovespa, índice bursátil líder en Brasil, cerró el miércoles con su mayor caída diaria desde 2017 en conexión con el virus.
Chile resintió que el precio internacional del cobre, su principal producto de exportación y del que es mayor productor mundial, bajó en la Bolsa de Metales de Londres (LME por sus siglas en inglés), porque los desconfiados inversionistas asumieron mayores riesgos por el coronavirus.
El precio de la tonelada de cobre pasó de 5 mil 800 dólares el 17 de febrero pasado, cuando logró su máximo hasta ahora en este mes en Londres, a 5 mil 613 dólares al cierre de ayer en Londres.
El riesgo de propagación del Covid-19 causó el 24 de enero anterior la mayor caída de los precios del cobre en LME en cinco años.
El real, la moneda brasileña, y el peso, la chilena, retrocedieron esta semana frente al dólar.
El efecto económico del coronavirus en América Latina y el Caribe “ya se empezó a sentir”, aseguró la Asociación de Exportadores de Guatemala.
“La disminución del consumo en las zonas en cuarentena” en China, el poco personal en puertos y aduanas y “las largas filas de contenedores en puertos chinos son los principales síntomas del daño” del coronavirus a las exportaciones de América Latina y el Caribe, en especial a las de países sudamericanos, adujo.