El Congreso de Estados Unidos tiene hasta la medianoche del viernes para encontrar una forma de financiar al gobierno o las agencias federales cerrarán, lo que significa que cientos de miles de empleados federales podrían ser enviados a casa, o permanecer en el trabajo sin paga, justo antes de las vacaciones.
Los republicanos abandonaron el miércoles un plan bipartidista para evitar un cierre del gobierno después de que el próximo mandatario Donald Trump y el multimillonario Elon Musk se manifestaron en contra. Trump le dijo al presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, que esencialmente renegociara el acuerdo días antes de la fecha límite cuando se agoten los fondos federales .
El jueves, los republicanos hicieron exactamente eso: elaboraron una propuesta renovada de financiamiento gubernamental que mantendría al gobierno en funcionamiento durante tres meses más y suspendería el techo de la deuda durante dos años, hasta el 30 de enero de 2027. Pero el proyecto de ley fracasó abrumadoramente en una votación de la Cámara de Representantes horas después, lo que dejó los próximos pasos inciertos.
Esto es lo que debe saber sobre un posible cierre gubernamental, qué agencias se verían afectadas y cuánto tiempo podría durar:
Un cierre gubernamental ocurre cuando el Congreso no aprueba una legislación que financie temporalmente o de manera más permanente al gobierno, y dicha medida no es firmada por el presidente.
Si el Congreso no aprueba una resolución continua o una medida de gasto más permanente antes del viernes, el gobierno federal cerrará.
Cuando el año fiscal terminó el 30 de septiembre, el Congreso aprobó un proyecto de ley de financiación temporal para mantener el gobierno en funcionamiento.
Esa medida expira el viernes.
Cada agencia federal determina su propio plan sobre cómo manejar un cierre, pero básicamente todas las operaciones gubernamentales consideradas no esenciales dejan de realizarse y cientos de miles de empleados federales ven interrumpido su trabajo.
A veces, los trabajadores son suspendidos, lo que significa que conservan sus empleos pero no trabajan temporalmente hasta que el gobierno vuelva a abrir. Otros trabajadores federales pueden permanecer en el trabajo pero sin sueldo, con la expectativa de que se les pague el monto total una vez que el gobierno vuelva a abrir.
Las reglas básicas sobre quién trabaja y quién no datan de principios de los años 1980 y no han sido modificadas significativamente desde entonces. Según un memorando que sentó precedente y que redactó el entonces jefe de presupuesto del presidente Ronald Reagan, David Stockman, los empleados federales están exentos de licencias sin goce de sueldo si sus trabajos están relacionados con la seguridad nacional o si realizan actividades esenciales que “protegen la vida y la propiedad”.
Las agencias gubernamentales esenciales, como el FBI, la Patrulla Fronteriza y la Guardia Costera, permanecerán abiertas. Los agentes de la Administración de Seguridad del Transporte seguirán trabajando en los puestos de control de los aeropuertos. El Servicio Postal de Estados Unidos tampoco se verá afectado porque es una agencia independiente.
Pero los parques y monumentos nacionales cerrarían y, aunque las tropas permanecerían en sus puestos, muchos empleados civiles de agencias como el Departamento de Defensa serían enviados a casa. Los sistemas judiciales también se verían afectados, ya que los procesos civiles se suspenderían, mientras que los procesos penales continuarían.
La recaudación automática de impuestos seguiría funcionando, pero el Servicio de Impuestos Internos dejaría de auditar las declaraciones de impuestos.
No. Los beneficiarios de la Seguridad Social y de Medicare seguirían recibiendo sus beneficios, que son parte del gasto obligatorio que no está sujeto a medidas de asignación de fondos anuales. Los médicos y hospitales también seguirían recibiendo sus reembolsos de Medicare y Medicaid.
Pero es posible que no se procesen las nuevas solicitudes. Durante el cierre gubernamental de 1996, miles de solicitantes de Medicare fueron rechazados diariamente
Cuando el Congreso está en la recta final para aprobar medidas para financiar al gobierno federal, el término “CR” surge a menudo. ¿Qué significa?
“CR” significa “resolución continua” y es un proyecto de ley de gasto temporal que permite al gobierno federal permanecer abierto y funcionando antes de que el Congreso y el presidente hayan aprobado una asignación más permanente.
Una “CR limpia” es esencialmente un proyecto de ley que extiende las asignaciones existentes, en los mismos niveles que el año fiscal anterior.
Se trata de una medida masiva y de amplio alcance que los legisladores generalmente tuvieron poco tiempo para digerir —o comprender— antes de votarla.
Hay muchas medidas de gasto reunidas en una sola, y a veces eso es lo que sucede si las doce medidas de financiación separadas no han logrado atravesar el proceso de gasto del Congreso a tiempo para ser aprobadas para financiar al gobierno federal.
Pero los republicanos optaron esta vez por no adoptar una ley ómnibus, con la esperanza de renegociar todo el gasto federal el próximo año, cuando Trump esté en la Casa Blanca y ellos controlen ambas cámaras del Congreso.
Quizás sí, quizás no.
En el Capitolio suele haber una lucha por conseguir un paquete de financiación de última hora que permita mantener abierto el gobierno justo antes de una fecha límite, al menos temporalmente. Pero ha habido cierres, el más reciente hace seis años, cuando Trump exigió financiación para un muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México. Ese cierre fue el más prolongado de la historia de Estados Unidos.
Jimmy Carter sufrió un cierre gubernamental cada año durante su mandato como presidente. Y hubo seis cierres durante el tiempo de Reagan en la Casa Blanca.
mcc