Festivales, discotecas y salas de música han sido el blanco de ataques en varias ocasiones en el pasado. Tras el tiroteo de Las Vegas, en el que murieron por lo menos 58 personas el domingo, sigue una lista de los ataques más mortíferos en clubes y conciertos de los últimos 15 años.

El 22 de mayo de 2017 , un ataque suicida con bomba dejó 22 muertos y 116 heridos en el Manchester Arena , un estadio de Reino Unido con capacidad para 21 mil personas, después de un concierto de la cantante estadounidense Ariana Grande.

El atentado fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

​Conciertos y discotecas, blancos frecuentes de ataques
​Conciertos y discotecas, blancos frecuentes de ataques

El 31 de diciembre de 2016 en Estambul un hombre armado con un fusil disparó a la muchedumbre en la discoteca Reina, donde entre 700 y 800 personas celebraban la llegada del nuevo año, con saldo de 39 muertos y 65 heridos.

El atentado fue reivindicado por el EI.

El 12 de junio de 2016, un hombre armado abrió fuego en la discoteca gay Pulse de Orlando, Estados Unidos, causando 49 muertos y más de 50 heridos.

El atentado fue reivindicado por el EI.

El 13 de noviembre de 2015 un comando yihadista de tres hombres con cinturones cargados de explosivos entró en la sala de conciertos Bataclan, en París , en pleno concierto del grupo estadounidense Eagles of Death Metal y mataron a 90 personas.

El mismo día se perpetraron otros varios ataques en la ciudad causando una cifra total de 130 muertos y 350 heridos.

Los ataques fueron reivindicados por el EI.

El 5 de julio de 2003, un doble atentado suicida en la entrada de un concierto de rock en el aeródromo de Tushino, Moscú, provocó 15 muertos y 50 heridos.

El atentado no fue reivindicado pero las autoridades rusas se lo atribuyeron a los rebeldes independentistas chechenos.

Entre el 23 y el 26 de octubre de 2002, 912 personas fueron retenidas como rehenes en el teatro moscovita de Doubrovka por rebeldes que reclamaban la retirada de las tropas rusas de Chechenia. El incidente se saldó con la muerte de 130 personas, la mayoría asfixiadas por el gas utilizado por los militares.

El 12 de octubre de 2002 un kamikaze hizo explotar un coche bomba delante de la discoteca Sari Club, en Bali, Indonesia. 20 segundos antes, otro kamikaze había hecho explotar su chaqueta llena de explosivos en un restaurante cercano, el Paddy's Bar. Ambos atentados causaron 202 muertos y más de 300 heridos.

El ataque fue atribuido a la Jemaah Islamiyah, una red vinculada a Al Qaeda.

lsm

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