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La reina Isabel II reveló varios secretos en un documental de la BBC, entre ellos que tuvo problemas al dar un discurso mientras sufría con el peso de la corona y que las joyas de la monarquía se escondieron de los nazis en una caja de galletas.
La coronación “supongo que es realmente el comienzo de la vida de uno como soberana”, dijo Isabel II —quien nunca concede entrevistas— en el documental de la BBC con motivo del 65 aniversario de sullegada al trono, el 2 de junio de 1953, del cual algunos extractos se divulgaron ayer.
Cuando uno lleva esa corona de 1.28 kilos, cargada de piedras preciosas, “no puedes mirar abajo para leer el discurso, hay que subir el discurso, porque si lo hicieras te romperías el cuello”, explicó la monarca, quien usaba la corona una vez al año, en la lectura de su discurso en el Parlamento, pero prescindió de ella la última vez que se dirigió a los diputados y los Lores.
“Las coronas tienen desventajas, pero aparte de eso son cosas muy importantes”, bromeó la reina. La corona, llamada Imperial de Estado, fue realizada para la coronación de su padre en 1937 y cuenta con 2 mil 868 diamantes, 17 zafiros, 11 esmeraldas y cientos de perlas, así como un gran rubí. “Afortunadamente, mi padre [Jorge VI] y yo tenemos una forma de cabeza parecida, y una vez te la pones se ajusta”, añadió.
En el documental también se desvelaron los detalles de la operación para ocultar las joyas de la corona en caso de que los nazis invadieran el país en la Segunda Guerra Mundial.
Las joyas se llevaron al castillo de Windsor y se guardaron en una caja de galletas enterrada en una cámara construida bajo tierra, que se cubría diario para que los aviones alemanes no la vieran.