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Las elecciones presidenciales en Estados Unidos del 3 de noviembre tienen como marco la pandemia de coronavirus, una ola de protestas raciales y, en general, una división que parece cada vez más profunda entre los estadounidenses.
La crisis sanitaria ha exhibido la “falta completa de liderazgo” que hay desde la Casa Blanca y el país y la economía “ya no resisten más de lo mismo”, señala en entrevista con EL UNIVERSAL Michele Manatt, estratega demócrata, exasesora para América Latina y el Caribe en el Departamento de Estado de Estados Unidos.
Por ello, ve un escenario donde en noviembre se produzca un cambio de mando en la Casa Blanca, con el esperado triunfo del candidato demócrata Joe Biden y, en el caso específico de México, ello daría paso al “restablecimiento y fortalecimiento” de relaciones bilaterales. Un “reinicio”, como lo denomina Manatt.
Pandemia, protestas raciales, una división profunda del país. ¿Cómo influirá eso en la noche del 3 de noviembre?
—Tenemos muchas expectativas de lo que va a pasar. Estados Unidos está en una época de turbulencia. Todo el 2020 ha sido así.
A finales de marzo, cuando empeoró la situación de la pandemia, fueron los gobernadores de los estados los que tomaron la decisión de cerrar. En abril y mayo era evidente la falta completa de liderazgo, de manejo y de coordinación por parte de los organismos del gobierno federal y de la Casa Blanca.
Gobernadores como el de Ohio, el republicano Mike DeWine, y del estado de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo, fueron los que se levantaron y actuaron para frenar la amenaza, en contraste total con la inacción del presidente Donald Trump y el vicepresidente Mike Pence.
Como consecuencia, tenemos un país con mucho sufrimiento y mucha ansiedad.
Luego vino la muerte del afroestadounidense George Floyd a manos de la policía en Minneapolis, que encendió la mecha de las protestas.
—Eso incendió una reacción fuerte en la sociedad… Vimos protestas en una y otra ciudad. El país está muy agitado, muy activado en el sentido social y político. En las recientes semanas vimos otra tragedia, la de Jacob Blake, quien quedó paralizado tras ser baleado por la policía en Kenosha, Wisconsin. Entonces, hay casi rabia en ciertos grupos de la población.
Todos estos meses, el candidato presidencial demócrata Joe Biden buscó la forma de reaccionar de una manera responsable pero a la vez con mucho respeto por lo que está pasando, porque él es muy consciente de las diferencias y la inequidad entre los afroamericanos, los latinos y el pueblo indígena en Estados Unidos en comparación con los demás es algo real, de peso, complicado y que tiene años de negligencia.
La campaña de Trump ha confirmado que van a usar el tema de fuerza, seguridad y orden como su lema de campaña. Eso es muy complicado y peligroso porque esto ha causado específicamente encuentros muy violentos entre la gente que sólo quiere protestar y alzar su voz en contra de la situación y las fuerzas del Estado, en forma de la policía y autoridades federales.
Esos son los factores que han definido el ambiente político. Hay intención de voto fuerte en todas las comunidades, sobre todo en la afroestadounidense en todo el país. Si hago una predicción, habrá una proporción de voto de mujeres, de mujeres afroamericanas, que nunca hemos visto antes. Es un voto proBiden-Harris y también es en contra de Trump.
Mi otro análisis es que Trump llegó a la casa Blanca con un margen muy estrecho en tres estados. Durante sus casi cuatro años en el poder, no ha hecho nada para expandir su base. Es un reality tv show star. Entiende cómo crear situaciones de drama y los medios le han dado bastante cobertura, pero sus audiencias no han subido.
Confían entonces en una victoria de Biden.
—En noviembre yo creo que vamos a ver una victoria importante de la fórmula Joe Biden-Kamala Harris.
¿Cómo impactaría eso la relación con México?
—Desde el momento en que sean declarados ganadores, vamos a empezar con los planes para restablecer y fortalecer la relación con México.
Estamos preparándonos para restablecer y reencontrar el respeto que tanto el gobierno como el pueblo de México merece. Eso lo veo muy probable.
Fue un poco preocupante la visita de AMLO a Washington en julio. Fue otro show para las cámaras, firmaron el T-MEC en el Jardín de las Rosas, pero no había mucho contenido de la visita.
No visitaron a ningún miembro del Congreso; no tuvieron contacto con la presidenta de la Cámara Baja Nancy Pelosi… Esa fue una decisión muy difícil de entender.
Pero vamos a lanzar un nuevo capítulo con México, basado en respeto, en hechos, en coincidencia de metas. Tenemos opción de un reset, un reinicio.
Por todos estos factores que menciona… ¿Esa visita no le costará caro al gobierno de México? ¿Puede haber algún tipo de consecuencia?
—Va a ser muy importante lo que diga, cómo reacciona el gobierno del presidente de México y su equipo en los primeros días después de que tengamos resultados. Él tiene la posibilidad de comunicar lo que quiere con el gobierno electo. Ojalá que haya una comunicación muy clara, sincera y rápida.
No creo que vayamos a tener consecuencias. Ya el T-MEC entró en vigor. [La visita] fue un momento. [Que haya consecuencias] no nos ayuda a fortalecer esta relación y las expectativas del uno con el otro que necesitamos… Está en manos del gobierno de México, pero yo no veo consecuencias. Ya eso pasó.
La relación entre los dos países es fundamental. Veo tanta oportunidad… Ojalá que haya nuevas voces para mejorar la relación. Vamos a tener que trabajar bastante para restablecer la comunicación y la confianza.
Es posible que el 3 de noviembre no haya resultados claros. ¿Qué escenarios están imaginando ustedes?
—Es muy muy posible que no haya resultados definitivos la noche del 3 de noviembre. Las autoridades electorales de cada estado tienen el cargo de manejar el proceso; ellos están preparándose para un escenario muy fuera de lo común…
Cada estado está en alerta. Hay mucho en riesgo.
Entendemos que hay posibilidad de que el presidente Trump, si no tiene el resultado que él quiere, eche duda el mismo día, o un día antes. Esto va a ser una prueba fundamental para la democracia de Estados Unidos. Cómo van a responder los líderes del Congreso: el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell; el líder de los demócratas en esa cámara, Chuck Schumer, la presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, y el líder republicano en esta cámara, Kevin McCarthy.
Trump lleva meses diciendo que el voto por correo se presta a fraude, pidiendo incluso a la gente votar dos veces. ¿Preocupa la base que lo está escuchando y que no reconozca los resultados?
—Es un escenario casi imposible de imaginar. No hemos visto que la gente no acepte los resultados oficiales. Necesitamos y vamos a oír la voz de muchos líderes de la sociedad civil preparándonos para esto. Inclusive líderes de la comunidad religiosa. Todos tienen que decir: ‘Señores, respetamos el proceso. Está en manos de profesionales. Tenemos que esperar. Vamos a tener resultados, transparencia y tenemos que confiar en los resultados’.
Las Fuerzas Armadas y el Jefe de Estado Mayor Mark Milley ya han dicho: ‘No nos metemos en ninguna forma en el proceso electoral’. Confío en la población… Ya hemos visto tanto sufrimiento en nuestro país que confío en que van a responder de una forma responsable.
¿Qué papel pueden jugar las minorías de cara a las elecciones?
—Si son ciudadanos, pueden votar. Es lo más sagrado y básico y necesario. Hay que abrir los ojos. La otra parte es informarse, de quién se está postulando para las elecciones.
¿Cómo cambiaría la situación para los dreamers, los indocumentados, con un eventual triunfo de Biden?
—El vicepresidente Biden ha dicho que los dreamers y su estatus es algo que quiere cambiar lo más pronto posible. Creo que en combinación con el liderazgo en el Senado, en la Cámara Baja, vamos a ver por fin una legislación para superar el punto donde están y darles la residencia permanente. Ellos son víctimas de la política de Trump y los republicanos.
Vamos a ver una época de trabajo en el Congreso que sea elegido de operación en pleno.
El tema de los migrantes es fundamental en la agenda de Joe Biden. Sin ninguna duda queremos hacerlo con legislación. Eso toma un poco más de tiempo. Tengo esperanza de que vamos a escuchar bastante de esto en las primeras semanas del nuevo gobierno a partir del 21 de enero. Separar gente que está pidiendo asilo de sus hijos menores; eso no va a continuar. No es un cambio que se haga en una semana, pero es una alta prioridad.
¿Y si gana Trump? ¿Ven un escenario así?
—La posibilidad existe. Pero yo no lo veo. Creo que mucha gente va a tomar unos pasos atrás y reevaluar el futuro, porque hemos visto tanto sufrimiento a manos de un grupo de gente que ha llegado y mantenido su posición a la Casa Blanca.Nuestro país y nuestra economía no pueden aguantar más. Hay un límite y hemos llegado al límite. No pensamos que él va a ganar, y esto indican las encuestas.