Madrid.— La comunidad LGBTTTI+ vive a nivel mundial realidades antagónicas. Mientras en Australia y la mayor parte de Europa y América, lesbianas, gays, bisexuales y transexuales avanzan a distintos ritmos en el reconocimiento de sus derechos, en amplias regiones de África y Asia siguen padeciendo discriminación o violencia extrema, cuando no están expresamente penalizados por las leyes.
Actualmente hay 67 países en el mundo, de un total de 195, con disposiciones jurídicas que sancionan los actos sexuales entre personas adultas del mismo sexo. Entre los Estados con legislaciones más punitivas, la pena de muerte es uno de los posibles castigos en seis de ellos: Arabia Saudita, Brunéi, Irán, Mauritania, Nigeria y Yemen, señala en su informe de 2020 la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA).
Otros cinco Estados adicionales, Afganistán, Emiratos Árabes Unidos, Paquistán, Qatar y Somalia, podrían imponer la pena de muerte próximamente para los homosexuales activos.
Leer también: De José Antonio a Nacha, una trans en España
La organización internacional que defiende los derechos del colectivo LGBTTTI+ ha identificado 42 Estados con restricciones jurídicas a la libertad de expresión con relación a la diversidad sexual. Además, en 51 existen limitaciones en cuanto al registro y el funcionamiento de las organizaciones dedicadas a temas de diversidad sexual y de género.
En los países en los que el respeto a la diversidad sexual es aún deficitario, el colectivo LGBTTTI+ continúa sufriendo agresiones y discriminación en distintos ámbitos, como sucede en parte de América Latina, a pesar de los adelantos que algunas naciones de la región han hecho en materia de igualdad, entre ellos la aprobación de los matrimonios homosexuales.
“La situación a nivel internacional es muy preocupante para estas personas en prácticamente todos los continentes. Si hubiera que elegir puntos calientes, sin duda África, donde 30 Estados siguen penalizando la homosexualidad con cárcel y castigos físicos, y también la zona de Oriente Medio, donde hay países que incluso aplican la pena de muerte”, señala a EL UNIVERSAL Carlos Sanguino, responsable del trabajo sobre LGBTTTI+ de Amnistía Internacional (AI).
Leer también: Regresan las marchas del Orgullo a Europa
Hay países donde la homosexualidad no está penalizada, pero en los que las personas de esta comunidad sufren a diario discriminación y delitos de odio.
El discurso homófobo de ciertos gobernantes, políticos, religiosos y medios de comunicación, fomenta un clima de intolerancia y discriminación contra la diversidad sexual e incluso alienta la violencia, advierten las organizaciones humanitarias.
“En Europa hay cada vez más Estados con una retórica por parte de partidos y líderes políticos abiertamente en contra de las personas homosexuales; incluso hay países como Hungría y Polonia que están poniendo en marcha medidas abiertamente homófobas y contrarias a los derechos humanos”, agrega el portavoz de AI.
Aunque la prioridad para la comunidad LGBTTTI+ es la derogación de las leyes que castigan de diferentes formas la diversidad sexual, también se considera urgente seguir avanzando en la reivindicación de los derechos de gays y transexuales en aquellos países en los que su reconocimiento es incipiente y afianzar las conquistas en aquellos otros que cuentan con legislaciones más adelantadas. Por todo ello, la aceptación social y el apoyo del Estado a la diversidad sexual siguen siendo un objetivo distante en buena parte del planeta.
Desde los insultos hasta el acoso, pasando por la negación de puestos de trabajo o la atención médica adecuada, el abanico de tratos discriminatorios es tan amplio como pernicioso. Y puede llegar a ser letal, denuncian organizaciones de derechos humanos.
Leer también: Pese a detenciones, miles participan en marchas del Orgullo LGBT+ en Europa
El experto de AI reconoce que ha habido avances en los últimos 30 años, pero es necesario que la comunidad internacional visibilice aún más este problema y actúe con mayor contundencia a la hora de presionar a los países que son grandes agresores de las personas homosexuales, porque actualmente sale muy barato practicar leyes homófobas.
Entre los progresos recientes se encuentra el reconocimiento explícito de algunos derechos fundamentales de la población LGBTTTI+. El informe de ILGA destaca que un total de 28 Estados permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo y otros 34 ofrecen uniones civiles para las parejas homosexuales
Frente al estancamiento de muchos de los países que apuestan por castigar severamente la diversidad sexual, resaltan también los progresos de otros que se distinguían por su comportamiento retrógrado.
Leer también: Vaticano desata polémica por iniciativa italiana en favor de derechos LGBTI+
Es el caso de India, donde el Tribunal Supremo se declaró dispuesto a revisar las leyes represivas del país vinculadas con la homosexualidad. También Angola, Bután o Botswana la despenalizaron en 2019, mientras Sudán abolió la pena de muerte en 2020 para personas gays.
En definitiva, la radiografía de la comunidad LGBTTTI+ muestra que, sin desestimar los logros conseguidos en los últimos años, el reconocimiento de sus derechos en la mayor parte del globo sigue siendo insuficiente y muy desigual, cuando no inexistente.