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Una joven judía logró salvar su vida cuando Francia estaba ocupada por los nazis, gracias a la bondad y valentía de un médico de un pequeño centro de esquí en los Alpes. Pero, como descubrió Rosie Whitehouse, esta, es una historia que los locales no parecen querer recordar.
Cuando la primera nevada comenzó a caer en diciembre de 1943, Huguette Müller y su hermana Marion abandonaron silenciosamente la ciudad francesa de Lyon y viajaron a los Alpes, a uno de los centros de esquí más altos de Europa.
La ciudad ya no era segura: Klaus Barbie, el líder de las SS que se hizo conocido como el Carnicero de Lyon, había comenzado a intensificar su búsqueda de judíos.
Las dos jóvenes depositaron sus esperanzas de supervivencia en Val d'Isère, un pueblo francés a pocos kilómetros de la frontera italiana.
Huguette ya había tenido que huir de Niza, una ciudad que había sido un refugio para los judíos mientras permanecía bajo el control italiano.
Pero en septiembre de 1943, cuando Italia abandonó la guerra, los nazis comenzaron a barrer la zona de la Riviera y realizaron miles de arrestos.
Uno de estos fue el de la madre de Huguette y Marion, Edith, a quien atraparon cuando intentaba conseguir papeles falsos para ella y Huguette.
La deportaron a fines de octubre y la mataron en una cámara de gas al llegar a Auschwitz, algo que las hermanas solo descubrirían al final de la guerra.
Con 15 años, Huguette había llegado a Lyon, para vivir con Marion, que en ese entonces tenía 23 años.
Y, ahora, ambas tenían que mudarse.
Lugar peligroso
En el invierno de 1943, sin embargo, las montañas eran un lugar peligroso para esconderse. Los soldados alemanes recientemente reubicados desde el frente ruso se asentaron en el Hotel des Glaciers de Val d'Isère.
Saqueaban hoteles y restaurantes y quemaban chalets si encontraban a alguien que había sido reclutado para trabajar en una fábrica alemana pero no se había presentado.
Los lugareños todavía se refieren a la ocupación como la terreur (el terror).
Las SS también estaban buscando extraños sospechosos.
El por qué las hermanas fueron a Val d'Isère es algo que todavía inquieta a Huguette, que ahora tiene 92 años.
Una posibilidad es hubieran ido por recomendación del entonces futuro marido de Marion, Pierre Haymann, miembro de la resistencia francesa.
Las hermanas se vieron en peligro poco antes de la Navidad, cuando Huguette se resbaló y se rompió una pierna.
El médico del pueblo dijo que la fractura era tan seria, que la joven necesitaba ser trasladada al hospital en Bourg St Maurice, en el valle.
Ante el temor de que le hicieran preguntas y las descubriesen, Marion entró en pánico y le pegó un puñetazo al médico en la cara.
Una única foto
En una mañana nublada de San Francisco, Huguette respira hondo y continúa contando la historia de cómo sobrevivió al Holocausto, gracias al cuidado del médico.
"Creo que estuve allí durante seis meses. No lo recuerdo bien, lo único que sabía es que era seguro", dice.
Huguette y Marion nunca hablaron sobre su tiempo en los Alpes. Marion hacía un gesto despectivo cuando le preguntaban sobre ello.
Solo una fotografía queda de aquella época. Marión murió en 2010, y, en calidad de nuera, me tocó a mí vaciar su casa.
En una vieja maleta, junto con sus papeles de la época de la guerra, encontré una foto de ella parada junto a un chalet de montaña en la nieve.
Es solo ahora, 76 años después, que Huguette decidió que quiere que su historia sea contada.
Mejor coja que muerta
Las dos hermanas nacieron en Berlín, en los años 20, y huyeron de Alemania a Francia junto con sus padres en 1933, apenas Hitler llegó al poder.
Mientras que Marion tenía papeles falsos, Huguette no. Sus padres habían tomado la precaución de bautizarla, por eso no su carta de identidad no llevaba la J de Judía, pero sí decía que había nacido en Berlín.
Esto hubiera sido suficiente como para arrestarla y enviarla a su muerte a su llegada al hospital en Bourg St Maurice.
Huguette dice que el médico le explicó que sin la atención médica adecuada, acabaría con una pierna más corta que la otra.
"Yo le respondí que era mejor renguear que estar muerta", dice. Para su sorpresa, él le ofreció cuidarla por seis meses en su propia casa.
Por qué un completo desconocido estaba dispuesto a arriesgar su vida por una adolescente que había conocido hace unos pocos minutos es un misterio.
Si lo hubiesen descubierto, él y su familia podrían haber sido encarcelados o los podrían haber matado.
Para Huguette también es un misterio.
Secreto
"Cuando regresé a Val d'Isère en la década de 1970 para buscarlo y agradecerle, fue demasiado tarde", dice.
"Su viuda abrió la puerta y me dijo que estaba muerto. Eso fue todo. Y ahora no puedo recordar su nombre completo".
Una búsqueda rápida en Google refresca su memoria y revela su nombre en segundos.
La rotonda principal en Val d'Isère se llama Dr Pétri. El doctor, confirma Huguette era el Dr. Frédéric Pétri, que vivía en un gran chalet con su madre y su hermana.
"Fue muy amable", dice. "Me llevaba al jardín cuando hacía buen tiempo".
Un sitio web de genealogía revela que Pétri se convirtió en alcalde de Val d'Isère, y que recibió en su pueblo a miembros de la realeza y celebridades, entre ellas a la princesa Anne, hija de la reina de Reino Unido y a la emperatriz de Irán.
Pero nunca le mencionó a nadie que había escondido y cuidado a una niña judía durante la guerra.
Su hija, Christel, no se mostró sorprendida con esta revelación: "A él lo motivaba la pasión, no la de enyesar piernas rotas, sino la de cuidar a la gente", dice.
"Él fue extremadamente generoso toda su vida y durante toda su vida hizo todo lo que pudo por los demás".
Aversión a los alemanes
Hoy, Val d'Isère se extiende por cerca de 5 Km a lo largo de una angosta planicie en medio de la montaña, pero en los años 40, era un pequeño lugar con menos de 150 residentes.
"La casa de mi padre estaba en la calle principal", dice. "Esconder a una niña judía fue algo muy peligroso".
A Christel le sorprende que las hermanas hayan escogido un lugar tan pequeño para esconderse.
La respuesta, cree, está en por qué su padre vino a Val d'Isère, en primer lugar.
En 1938, apasionado por los deportes de invierno, el joven médico decidió unirse a sus amigos, entre ellos algunos campeones mundiales de esquí que habían fundado el centro unos años antes.
Al igual que muchos de los jóvenes que manejaban los hoteles y las escuelas de esquí, él había nacido en Alsacia, una región del este de Francia que antes de la I Guerra Mundial había sido ocupada por los alemanes.
Christel cree que esto infundió en él una aversión a Alemania que solo se vio reforzada por los dos años que pasó en un campo de prisioneros de guerra cerca de Stuttgart, desde 1940 hasta 1942.
Cuando los alemanes llegaron a los Alpes en septiembre de 1943, los hombres y mujeres jóvenes de Val d'Isère se opusieron a ellos, usando las mejores armas que tenían : sus esquíes.
Adeptos a cruzar los pasos de montaña, establecieron una red de resistencia. Uno de los miembros del grupo era Germain Mattis, un instructor de esquí local que fue arrestado por los alemanes en junio de 1944 y murió en un campo de concentración a la edad de 27 años.
Esta bien pudo haber sido la razón por la cual Marion eligió Val d'Isère como escondite.
Su futuro marido no solo era miembro de la resistencia, sino que su familia también era de Alsacia. Puede que él haya tenido conexiones en el pueblo.
Confiando en el doctor, Marion dejó a su hermana para que se recuperase en Val d'Isère, y se fue a reunir con su futuro marido en Toulouse.
La fractura tomaría seis meses en sanarse, por eso no fue sino hasta junio de 1944 que regresó.
Al regresar, embarazada, logró por poco que los soldados de la SS no la violaran y mataran en el camino.
Sin respuesta
Con la esperanza de aprender algo más sobre las actividades de la resistencia en Val d'Isère, envié varios correos y dejé comentarios en la página de Facebook del centro de esquí.
Solo recibí una respuesta, de un miembro de una famosa dinastía de peluqueros -Roby Joffo- cuyo tío, Joseph Joffo, escribió una de las memorias más conocidas del Holocausto en Francia, "A Bag of Marbles".
El padre de Roby, Henri, y su tío Maurice (los hermanos mayores de Joseph Joffo también trataban de no llamar la atención en Val d'Isère durante el inverno de 1943-44, aunque se sentían lo suficientemente seguros como para trabajar en una peluquería en la calle principal, frente al chalet de Pétris.
Las familias Pétri y Joffo han permanecido unidas desde entonces.
Roby está convencido de que había otros judíos escondidos en el valle. Hace varias llamadas a Val d'Isère, pero nadie parece saber nada al respecto.
El holocausto en Francia
Cerca de 75.000 judíos fueron deportados de Francia a campos de concentración y de muerte entre 1940 y 1944.
Sólo en 1995 el entonces presidente francés Jacques Chirac reconoció la responsabilidad de Francia. "Estas horas oscuras manchan nuestra historia para siempre y son un insulto a nuestro pasado y nuestras tradiciones ", dijo. "Sí, la locura criminal de los ocupantes fue secundada por los franceses, por el Estado francés".
Solo dos funcionarios franceses fueron condenados por crímenes contra la humanidad.
Uno fue Paul Touvier, un jefe de inteligencia local que sirvió bajo el jefe de la Gestapo de Lyon, Klaus Barbie Fue condenado en 1994 por haber ordenado la ejecución de siete judíos 50 años antes.
El otro fue Maurice Papon, encarcelado en 1998 por su papel en la deportación de 1.690 judíos de Burdeos. (Papon había pasado a servir como jefe de policía de París y como ministro del gobierno).
Barbie, el alemán, fue extraditado de Bolivia a Francia en 1983 y condenado por 41 cargos de crímenes contra la humanidad en julio de 1987.¡
El misterioso silencio no sorprende a Christel. Ella cuenta que nadie habló sobre lo que sucedió durante la guerra, y como resultado, incluso las familias que aún viven en Val d'Isère no tienen idea de que miembros de la resistencia francesa operaban en su ciudad.
La guerra dividió a las comunidades, explica Jane Metter, quien investiga este período en la Universidad Queen Mary de Londres.
Para los que colaboraron y los que resistieron, "la única forma de seguir viviendo con sus vecinos después de la guerra fue olvidar lo que había sucedido".
Para Frédéric Pétri, haber escondido a Huguette fue"una cosa 100% peligrosa de hacer", dice, y un acto que no necesariamente habría sido aplaudido después de la liberación, ya que esta región era una "sociedad extremadamente católica, conservadora y derechista".
Los archivos en Annecy, no lejos de Val d'Isère, están llenos de cartas escritas a las autoridades durante la guerra, a menudo de forma anónima, denunciando a las personas por actos de resistencia.
Dos meses después de la partida de las hermanas, Val d'Isère fue liberado. Pero la resistencia local continuó la lucha, apoyando a los partisanos en Italia, que todavía estaba ocupada por los alemanes.
Una vez más, Petri arriesgaría su vida por un completo desconocido.
Una tarde de invierno en noviembre de 1944, partió para rescatar a un grupo de soldados británicos que habían sido llevados a través de los pasos de montaña por los partisanos.
Atrapados en un ventisquero sin ropa adecuada, se estaban muriendo de frío.
Cuando Pétri finalmente los encontró, solo uno de los soldados, Alfred Southon, estaba vivo.
Apenas respiraba, pero Pétri se negó a entregarlo por muerto. Lo llevó de regreso a su chalet y, con la ayuda de su madre, lo cuidó hasta que estuvo lo suficientemente bien como para irse.
Esta fue también una decisión potencialmente impopular ya que muchas personas resentían lo que consideraron como el abandono británico de Francia en Dunkerque y los bombardeos en las ciudades francesas.
Así como Pétri no había dicho nada sobre Huguette, tampoco mencionó esta aventura a su familia, hasta que Southon se convirtió en una celebridad en Reino Unido cuando su historia fue contada por un documental de radio de la BBC de 1953.
Reconocimiento
Marion se casó con Pierre Haymann después de la guerra y se establecieron en París con Huguette y sus dos hijos pequeños, Francois y Sylvie.
El matrimonio no duró y Marion comenzó lo que ella llamó su "segunda vida" en Londres con su esposo Joe Judah y su hijo Tim.
En 1947 Huguette fue a San Francisco para reunirse con su padre, que había sobrevivido a la guerra viviendo de forma encubierta en París.
Allí se enamoró de James Carleton y tuvo un hijo, Norman. Desde entonces vive allí.
Un juego de café plateado que una vez perteneció a su madre se encuentra en un lugar de honor en el aparador de su elegante hogar.
Huguette ahora quiere que se reconozca la valentía y la bondad de Pétri, por lo que acepto escribirle a Yad Vashem, el centro para recordar a las víctimas del Holocausto en Jerusalén, para preguntarle si considerará reconocer a Pétri como uno de los Justos entre las Naciones, una lista de personas no judías que arriesgaron su vida para ayudar a los judíos durante el Holocausto.
El centro me informó que la decisión puede tomar años.
También trato de concertar una entrevista con el alcalde de Val d'Isère, Marc Bauer, para pedirle que comente sobre la solicitud de Yad Vashem.
Cuando no llego a ninguna parte con mis mails, llamo al ayuntamiento, donde un miembro del personal me dice que no será posible, ya que este es un "asunto delicado".
La historia de la II Guerra Mundial todavía persigue a Francia.
La decisión de Huguette de revisitar el período más oscuro de su vida le ha dado a Val d'Isère la oportunidad de abordar su pasado, pero parece que este no es un camino que el pueblo esté preparado para tomar.
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