, exmandatario y candidato republicano a la Casa Blanca, ha esparcido la mentira, junto con otros integrantes de su partido, como el aspirante republicano a la vicepresidencia, JD Vance, de que los migrantes haitianos comen perros y gatos, incluso lo mencionó en el debate con, vicepresidenta y candidata demócrata. En el encuentro eso fue desmentido por los moderadores de ABC. El mensaje también lo han retomado sitios conservadores.

Las autoridades locales han salido a desmentir estos mensajes, que se han propagado como la pólvora en redes sociales, en especial en X, donde el propio, el multimillonario dueño de la plataforma, ha contribuido a diseminar esta noticia falsa.

La División de Policía de Springfield le dijo al periódico local Springfield News-Sun, en un artículo publicado el lunes, que las acusaciones “no eran algo que esté en nuestro radar en este momento”. En un comunicado añadió: "No ha habido informes creíbles o afirmaciones específicas de que personas dentro de la comunidad de inmigrantes hayan dañado, herido o abusado a mascotas”, entonces, ¿cómo surgió este rumor?

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El diario The Washington Post narró que "comenzó con una tragedia, cobró impulso en línea entre los neonazis" y luego llegó hasta el encuentro entre el republicano y la demócrata.

El lugar de la mentira se sitúa en , Ohio, donde, dice el Post, "cobró chispa hace poco más de un año, cuando Aiden Clark, de 11 años, murió en un accidente de autobús, atropellado por un inmigrante haitiano que conducía sin licencia. El incidente impulsó a algunos residentes de Springfield a expresar públicamente sus quejas contra la creciente población de inmigrantes haitianos en su comunidad".

Sin embargo, fue hasta el fin de semana, siempre de acuerdo con la reconstrucción del Post, que comenzó a tomar fuerza la mentira de que los migrantes se comían a las mascotas.

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El medio rastreó el origen y encontró que parece provenir de un grupo privado de llamado “Springfield Ohio Crime and Information”, según NewsGuard, una organización apolítica de verificación de datos lanzada en 2018 por el periodista Steven Brill y el ejecutivo de noticias Gordon Crovitz.

"Una captura de pantalla de una publicación del grupo circuló ampliamente, en la que una persona anónima afirmaba que el gato de la hija de un amigo había sido colgado 'de una rama, como se haría con un ciervo para matarlo, y lo estaban trinchando para comérselo', refiriéndose a una casa donde vivían inmigrantes haitianos. "Lo han estado haciendo en Snyder Park con los patos y los gansos, como me dijeron los guardabosques y la policía"", indicó el Post.

End Wokeness, una cuenta conservadora posteó en X, después: "Springfield es una pequeña ciudad de Ohio. Hace 4 años, tenían 60 mil habitantes. Bajo Harris y Biden, 20 mil inmigrantes haitianos fueron enviados a la ciudad. Ahora los patos y las mascotas están desapareciendo”.

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El Post también mencionó que "algunos usuarios de las redes sociales señalaron un video de una mujer negra arrestada por supuestamente matar y comerse un gato en un camino de entrada".

No obstante, retoma el Post, "ese incidente de agosto no fue filmado en Springfield sino en Canton, Ohio, y en él aparecía una mujer que “no tiene ninguna conexión conocida con Haití ni con ningún otro país extranjero”, según el periódico Canton Repository".

Además, siempre de acuerdo con el Post, "un representante del departamento de policía de Canton escribió en un correo electrónico que la mujer “es una ciudadana estadounidense que nació en Canton, Ohio".

Además, "la acusación de que los haitianos en Springfield estaban matando aves acuáticas fue difundida por el sitio web conservador Federalist", indicó el Post.

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Haití ha negado el mensaje: "No sólo expresamos nuestra solidaridad, sino que también mandamos una señal clara de rechazo. Rechazamos firmemente esas afirmaciones que atentan contra la dignidad de nuestros compatriotas y que podrían poner en peligro sus vidas", según un comunicado del (MHVE, en sus siglas en francés).

Kathleen Belew, historiadora de los movimientos supremacistas blancos de , escribió el martes en X que este tipo de campañas de demonización son una vieja táctica que debe tomarse en serio.

"Las afirmaciones desmentidas de que los refugiados se están comiendo a los gatos no son sólo tonterías. Son el comienzo de una ola de violencia. Quienes difunden esta retórica saben exactamente lo que están haciendo, o deberían saberlo. Pero la violencia sigue. Siempre", alertó.

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desa/mgm

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