Partidarios y opositores del gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela han expresado estos días un deseo común: el de vivir en paz, en libertad y con una mejor situación económica.
Lo que sucede es que el camino hacia ese objetivo es muy diferente para unos y otros.
Desde que el 23 de enero el opositor Juan Guaidó se juramentó como "presidente encargado" -algo que Maduro tacha de intento de golpe de Estado-, el país vive una situación inédita en la que es temerario y complicado prever qué va a pasar.
"La gente está expectante, esperando a ver qué es lo próximo", explica desde Caracas el corresponsal de BBC Mundo Guillermo D. Olmo.
Olmo se desplazó este viernes a la plaza Bolívar de Chacao, en la capital venezolana, donde Guaidó ofreció su primer discurso público tras la juramentación del pasado miércoles.
Allí, señala el corresponsal, se condensaron la esperanza y la incertidumbre que parecen haberse adueñado de Venezuela en los últimos días.
"Estamos viendo la luz al final del túnel", le dijo Rubén Antonio Romero, un hombre de 62 años llegado de una de las barriadas populares, las mismas en las que el gobierno ha tenido tradicionalmente sus mayores apoyos.
"Ya son 20 años y en mis 62 años que tengo nunca viví lo que estamos viviendo en este país. Esta gente devastó el país", añadió Romero.
"Tenemos una esperanza puesta en Juan Guaidó y de verdad digo que estoy sumamente contento. Yo no vivo aquí, vivo en Petare, en un barrio marginal, pero vine a acompañarlo".
Romero tiene confianza en que la economía mejore, algo que comparten muchos de los presentes en la plaza caraqueña.
"Lo interesante de aquí es que hay una gran esperanza, hay una gran ciudadanía que se está movilizando", comentó Gustavo Misles.
"Es interesante porque yo tengo ya 73 años, he luchado desde los 15 años en el trabajo social y por primera vez veo que hay una gran esperanza", subrayó.
"Soy profesor universitario y el dinero no me alcanza, o como o compro remedio", lamentó.
En cuanto al ambiente en Caracas, el corresponsal de BBC Mundo apunta que se vive "con la normalidad de esta ciudad, que es una normalidad anormal".
"En general no se aprecia una movilización masiva. Lo que hay son reuniones esporádicas de gente en diferentes lugares, pero no hay marchas ni grandes concentraciones como la del día 23".
Se han reportado algunos incidentes por las noches en las barriadas más populares, donde se han producido enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y residentes que salen a la calle.
"En algunas zonas algunas personas aprovechan la situación para robar", relata Olmo, quien no observa que haya más tensión o mayores incidentes de los que ya ocurrían antes de la autoproclamación de Guaidó.
Algunos residentes de barrios satélites de Caracas compartieron con la agencia AFP su descontento por la actuación de Guaidó y sus consecuencias.
"Este hombre [Guaidó] para mi criterio es loco. Es supuestamente presidente de la Asamblea Nacional ¿y también es presidente interino? ¿Se cree Supermán o cómo es eso?", planteó un hombre de mediana edad ante las cámaras.
Para otra vecina, los incidentes de las noches son actos de vandalismo de los que responsabiliza a la oposición.
"Así no se construye un país ni se derroca un gobierno", protestó.
"Esto es delincuencia, esto es maldad, esto no se hace porque los perjudicados somos nosotros mismos".
Para el presidente Nicolás Maduro, no es que sus seguidores estén desapareciendo, sino que los medios no les dan voz.
"Vemos medios que invisibilizan a la inmensa mayoría de venezolanos que salen a trabajar y quieren paz. Las fuerzas bolivarianas chavistas son invisibles… ¡invisiblemente victoriosos!", recalcó el mandatario este viernes en rueda de prensa.
Pese a las declaraciones de Maduro y algunos de sus ministros, en las que han tildado de golpe de Estado lo sucedido el pasado miércoles, el gobierno no ha respondido contundentemente al desafío, indica nuestro corresponsal.
"Al contrario que en otras ocasiones, no ha habido una represión masiva de los manifestantes, Guaidó se pasea por Caracas, aparece y nadie lo ha detenido hasta ahora", dice Olmo.
Esta diferencia con lo sucedido en el pasado sirve de abono para la esperanza de quienes acudieron a escuchar a Guaidó en la plaza Bolívar de Chacao.
"Siento que es lo que nos hacía falta para poder salir del régimen, solamente espero que se pueda lograr algo con todo esto", expresó Alexandra Castillo, una joven de 23 años.
"Quiero darle todo mi apoyo al nuevo presidente interino que tenemos en el país y que la comunidad internacional vea que los venezolanos estamos apoyándolo", continuó.
Con todo esto, ¿se puede saber hacia dónde avanzará el país en el corto y medio plazo?
"Esa es una pregunta ahora imposible de contestar", responde Olmo. "Venezuela es hoy un país en vilo".
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