Washington/Bruselas/San José.- El regreso a clases, como todo en la pandemia de Covid-19, ha dependido de cada país y, en algunos casos, incluso de cada estado. Aunque existen recomendaciones de los expertos médicos, cada quien lo ha hecho como ha podido. En Estados Unidos, como en Europa, prevalece el pensamiento de que mantener cerradas escuelas por mucho tiempo es mala idea, mientras que América Latina ha sido la región donde más tiempo han permanecido cerradas las instituciones educativas.
La promesa del presidente estadounidense Joe Biden es que, antes de que se llegue a los 100 primeros días de su mandato, la mayoría de colegios tendrán clases presenciales a pleno rendimiento. A día de hoy todavía no se ha cumplido ese deseo: en datos del propio gobierno, 46% de los colegios funcionan cinco días a la semana, si bien 76% tienen algún tipo de lección presencial.
“Una gran cantidad de evidencia sugiere que las escuelas pueden brindar instrucción en persona con un nivel de riesgo muy bajo cuando los protocolos de seguridad se implementan con éxito”, asegura Brandon Guthrie, profesor de salud global y epidemiología de la Universidad de Washington.
La administración Biden está haciendo mucho hincapié en la seguridad que hay en las aulas y el poco grado de contagio que pueden existir, pero para evitar las máximas dudas ha puesto a los maestros dentro de los grupos prioritarios de vacunación —de hecho, los docentes son elegibles y tienen prioridad para vacunación en todo el país—, y se revisan las recomendaciones de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) regularmente.
En la última revisión, de hace menos de un mes, se redujo la distancia en la que deberían ponerse los escritorios de los alumnos (con un metro sería suficiente, y no los dos que antes eran habituales) así como se descartan las sugerencias sobre barreras físicas entre personas siempre que se creen grupos herméticos sin contacto con otros para tener control sobre posibles contagios; también se detalla la importancia de una buena ventilación, el uso obligatorio de mascarillas como elemento más importante para evitar la propagación, y la guía sobre qué hacer si hay un brote de contagios.
Las de los CDC son solo recomendaciones, y cada estado (y en muchos casos cada distrito escolar) toma sus decisiones sobre cómo y cuándo se reabren las escuelas. Algunos gobernadores están actuando por decreto para sobreponerse a la desconfianza tanto de padres como de profesores en que se pueda mantener la seguridad en las aulas, determinando órdenes para el regreso a la enseñanza presencial más pronto que tarde -siempre con el cumplimiento de las recomendaciones de los expertos sanitarios.
Los sindicatos de maestros están tratando de evitar el regreso a unas clases que todavía no creen que son seguras; para ayudar a inyectar confianza, el plan de rescate aprobado por el Congreso hace unas semanas incluía una partida millonaria exclusiva para mejorar las infraestructuras escolares, especialmente para temas de ventilación.
En la Unión Europea (UE), aunque cada socio del bloque ha seguido su propia estrategia, existe el consenso general de que las clases presenciales son prioridad.
“Las repercusiones negativas en la educación, el desarrollo físico y la salud mental causadas en los niños por los cierres de escuelas, así como el impacto económico en la sociedad en general, probablemente supera los beneficios”, sostiene el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC).
De allí que los gobiernos europeos siempre destaquen la reapertura de los centros escolares entre sus primeras acciones para salir de los confinamientos.
En Países Bajos, luego de un segundo confinamiento de diez semanas, los escolares de secundaria y bachillerato volvieron físicamente a la escuela el 1 de marzo.
Con rutas de circulación trazadas y descansos al aire libre, las escuelas comenzaron nuevamente a impartir clases físicas. Debido a que los estudiantes deben mantener una distancia de 1.5 metros, el tamaño del edificio, la cantidad de aulas grandes, el espacio en los pasillos y auditorios,determinó la frecuencia con la que los estudiantes pueden asistir a la escuela en persona. Muchas instituciones están combinando un día de clases en aula y otro en formato virtual, es decir, el nivel de asistencia presencial es del 50%.
Las escuelas con espacios limitados establecieron cooperación con cines, centros de exposiciones y hoteles, para ofrecer clases presenciales. Tal fue el caso de la Nieuwste School en Tilburg, que ha hecho uso de un cine dotado con siete salas.
Las escuelas primarias volvieron en su totalidad a clases desde el 8 de febrero, aunque con medidas sanitarias preventivas. Los niños con resfriado se quedan en casa y se hacen la prueba de coronavirus; las horas de inicio y finalización de clases, así como los descansos son escalonados para evitar la concentración de personas.
No es obligatorio mantener la distancia de 1.5 metros entre estudiantes, pero sí entre éstos y el personal escolar; se aconseja trabajar en clase y gimnasia con grupos fijos de hasta 5 alumnos por todo el curso escolar y en el recreo solo conviven los alumnos del mismo grupo.
Respecto a la mascarilla, se aconseja, más no es obligatorio, que el personal docente de quinto y sexto use tapabocas o protector facial; y se insta a las escuelas a que los estudiantes de esos grados usen la mascarilla en los pasillos.
Los únicos empleados que no han vuelto a la actividad escolar son aquellos clasificados en riesgo, es decir, mayores de 70 años o con alguna enfermedad crónica. Tampoco han vuelto al trabajo aquellos que viven con alguien que encaja en el grupo de riesgo.
Los sistemas de ventilación son fundamentales para reducir la transmisión de infecciones respiratorias. El gobierno holandés destinó 340 millones de euros para ayudar a las escuelas a cumplir con los estándares.
A partir de nivel licenciatura la educación sigue siendo a distancia, con excepción de los estudiantes que realizan exámenes finales o siguen una formación práctica. Las bibliotecas de las universidades solo abren a estudiantes vulnerables, es decir, sin acceso a sistema de cómputo o limitantes para estudiar en casa.
En Reino Unido, luego de nueve semanas de docencia online, el 8 de marzo los colegios de Inglaterra reabrieron. Uno de los distintivos del modelo inglés es la aplicación de test masivos. Durante las dos primeras semanas de clases los estudiantes fueron examinados en tres ocasiones. Después, a cada uno se le proporcionan dos pruebas por semanas para utilizarlas en casa. Las muestras arrojan resultados en 30 minutos. Aunque las pruebas son voluntarias y solo con la aprobación de los padres.
En Escocia todos los niños de primaria volvieron a clases presenciales el 15 de marzo, y tras la pausa de Semana Santa tocará a los niveles de secundaria. El personal que trabaja en las escuelas recibe dos por semana test para realizar en casa. Las medidas constituyen los primeros pasos de la desescalada progresiva del confinamiento que culminará el 21 de junio en el Reino Unido.
En América Latina y El Caribe, el miedo al contagio del coronavirus marcó el regreso parcial a las lecciones presenciales en primaria y secundaria, en un proceso paralelo a la lentitud regional de la vacunación.
Uruguay, que se convirtió en 2020 en uno de los líderes en la zona en la contención de la pandemia, decidió a inicios de este mes extender por tiempo indefinido la suspensión del curso lectivo presencial por un inusitado incremento de los casos, al pasar de un acumulado de 847 enfermos y 23 muertos al 13 de junio a 141 mil 380 pacientes y mil 414 decesos para ayer, según datos oficiales.
“No están dadas las condiciones” para el retorno al sistema presencial, admitió el gobierno uruguayo el pasado miércoles, aunque garantizó la conectividad de internet para que la educación pueda ser impartida por la vía virtual. Las clases presenciales fueron suspendidas desde el 23 de marzo anterior.
Panamá continuó con lecciones virtuales. La Asociación de Profesores de la República de Panamá (Asoprof) pidió debatir la conveniencia y la factibilidad de reanudar las presenciales.
Con mascarillas, horarios escalonados e inversión millonaria en EU y la UE, la educación de los jóvenes es prioridad; AL va rezagada. La Asociación condicionó el proceso a que los educadores y el personal administrativo de primaria y secundaria sean vacunados con las dos dosis de la vacuna y a que exista un eficiente servicio de agua potable y de limpieza, con todos los artículos necesarios de bioseguridad y desinfección y con rigurosos protocolos, y advirtió que hay fallas en la educación virtual.
Costa Rica reanudó el curso el 8 de febrero, pero sujeto a múltiples factores de horario, infraestructura y población estudiantil. “La salud se privilegia sobre la educación”, aclaró la Dirección de Prensa del Ministerio de Educación Pública de Costa Rica a consulta de EL UNIVERSAL.
Costa Rica definió un método “bimodal” con educación presencial y a distancia, pero diferenciado por factores y con respeto a la libertad de la familia de decidir si envía o no al estudiante al sistema presencial y con el compromiso de asegurar que, si opta por el mecanismo a distancia, el alumno tendrá los recursos para la conexión.
“No es lo mismo un centro educativo de 50 alumnos que uno de 2 mil. Cada centro define sus reglas, aunque siempre con las rigurosas reglas de protección sanitaria, agua potable, piletas, limpieza y otros requisitos”, precisó la Dirección.
El Salvador registró un alto ausentismo al reanudar las lecciones presenciales el pasado 6 de abril. “El temor al Covid-19 fue la principal causa de que muchos padres no enviaran a sus hijos a clases”, informó el diario La Prensa Gráfica, de El Salvador.
Argentina reinició el ciclo lectivo a mediados de febrero, pero con clases presenciales progresivas y sujetas a normas de bioseguridad.
Chile, que el viernes pasado se consolidó como el país latinoamericano con el más alto porcentaje —24,3%— de población vacunada, reactivó con altibajos las lecciones a partir de marzo, ya que sufre un rebrote de la epidemia.
Venezuela mantuvo el cierre total de las escuelas y colegios y solo hay curso virtual.
Con severas dificultades de conectividad, Colombia sigue sin reanudar la educación pública presencial y continúa en la virtual. El sistema privado las reinició con limitaciones.