Como una de las líderes más influyentes del mundo, Angela Merkel ha contribuido a determinar el curso de la política europea y global.
Pero durantes sus 16 años como canciller alemana, también ha tenido un impacto considerable en su país, transformando las vidas de millones de habitantes para mejor y peor.
Entre ellos, los estudiantes que celebraron el fin de sus días escolares este verano.
En un baile de graduación en Berlín, adolescentes emocionados con elegantes chaquetas y vestidos bailan al son de un bajo.
La generación 2021 ha alcanzado la mayoría de edad en la Alemania de Merkel. Nunca han conocido a otro líder alemán.
"No tenemos una democracia perfecta, pero creo que tenemos una buena democracia", dice Ole Schroeder.
"Alemania es buena con el sistema de inmigración. Todos tienen la oportunidad de vivir aquí y conseguir sus sueños", añade Alisa Gukasov.
Pero a los jóvenes les preocupa el futuro.
La mayor preocupación de Lina Ziethen es el cambio climático.
"Tenemos que alzar la voz y pedir que se pare de conducir automóviles, que se deje de volar por vacaciones porque necesitamos reducir emisiones. Pero debimos haberlo hecho hace 50 años, no solo ahora".
El medio ambiente está en la mente de muchos alemanes, especialmente después de las mortales inundaciones de este verano en el oeste del país.
Bajo el gobierno de Merkel, Alemania ha reducido emisiones e invertido en renovables.
Sin embargo, se sabe que los objetivos actuales no son lo suficientemente estrictos. Alemania sigue quemando carbón, en parte porque Merkel abandonó la energía nuclear tras el desastre de Fukushima en Japón hace 10 años.
Si transitas por los bosques de cuentos de hadas de este país, podrás ver el daño ocasionado por el cambio climático.
El Borkenkäfer, un escarabajo que perfora los árboles y los destruye, está proliferando en condiciones más cálidas y secas.
Las defensas naturales de los árboles también están debilitadas.
Hans Schattenberg, quien gestiona los bosques en la región oriental de Harz, dice que lo único que él y su personal pueden hacer es talar hectáreas de bosques para intentar reducir la propagación.
"Jamás pensamos que los bosques podían reaccionar tan rápido al cambio climático. Lo que más nos chocó fue que no solo las coníferas fueron gravemente afectadas, sino también viejos robles y hayas", dice Schattenberg.
Las viejas certezas están cambiando en Alemania.
Bajo Merkel, Alemania ha prosperado, aunque sus predecesores también deben recibir parte del crédito de la riqueza de hoy.
A los críticos les preocupa que, mientras los competidores evolucionan con avances tecnológicos y digitales, este gigante económico tiene dificultades para sostenerse.
Los alemanes votarán en las elecciones parlamentarias el domingo 26 de septiembre.
El partido conservador de Merkel, CDU, ha liderado las coaliciones durante cuatro mandatos, pero encuestas recientes sugieren que el socialdemócrata Olaf Scholz podría tener una ligera ventaja.
Mientras las botellas de vidrio traquetean a lo largo de la línea de producción, Anke Ketterer examina la exportación más querida de Alemania.
Su familia elabora cerveza desde 1877. Es una de las llamadas Mittelstand (empresas familiares), responsables de gran parte del éxito económico de este país.
Estos años han sido buenos y Angela Merkel ha hecho un buen trabajo, dice Ketterer.
"No tenemos mucho de qué quejarnos", añade su marido Phillip, quien adoptó su apellido al casarse e involucrarse en el negocio familiar.
En su opinión, Mittelstand podría tener más apoyo y ser menos burocrático.
"Lo estamos haciendo bien en Alemania. Por supuesto, el peligro está en conformarse demasiado, estancarse y quedarse atrás".
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Es probable que la gran influencia de Merkel pueda apreciarse en la sociedad alemana.
Su negativa a cerrar las puertas a miles de solicitantes de asilo en el país en 2015 fue un momento vital en su cancillería.
Durante mucho tiempo, Alemania ha dependido de migrantes para llenar vacantes de trabajo, mantener la economía en marcha y rejuvenecer a una población envejecida.
Más de un cuarto de los habitantes de Alemania tienen hoy un pasado migrante.
Entre ellos Negin, quien llegó desde Irán siendo un adolescente en busca de asilo. Nos cuenta que casi se ahoga al cruzar el Mediterráneo en una embarcación pequeña y abarrotada.
Hoy es aprendiz en una clínica dental de Berlín, habla alemán con fluidez y planea convertirse en dentista.
En plena crisis de migrantes, Merkel dijo a Alemania la famosa frase "Wir schaffen das" (podemos hacerlo). Seis años más tarde, muchos coincidirán en que tenía razón. Hace mucho que no existe la sensación de crisis.
Pero una minoría de alemanes siguen furiosos. Inciden en los crímenes y ataques de terror cometidos por migrantes.
Un partido ultraderechista antimigración, AfD, tiene presencia en el parlamento nacional, alimentado por un resentimiento persistente que es particularmente fuerte en el antiguo Este comunista.
Cuando cayó la Cortina de Hierro, a la gente del Este se le prometió progreso y futuro.
Pero 30 años después, esta parte cuenta con menos oportunidades, salarios y pensiones más bajas que en el resto del país. Es difícil convencer a la gente joven para que se quede.
En su típico schrebergarten (huerto) alemán, Hannelore y sus amigos dicen que pensaban que Merkel haría más por el antiguo Este. Después de todo, la propia canciller creció de este lado de la Cortina de Hierro.
Desilusionados con los partidos políticos establecidos desde hace mucho tiempo en Alemania, ahora votan por AfD.
"Desde 2015, cuando los inmigrantes llegaron sin control, ha ido cuesta abajo para Alemania", dice Hannelore.
Las desigualdades persisten en Alemania.
Los críticos de Merkel, por ejemplo, creen que pudo haber hecho más para ajustar la brecha salarial de género, una de las peores de Europa, o motivar a más mujeres en posiciones de liderazgo en política y negocios.
"Lo intentó", dice Daniela Schwarzer, de la Open Society Foundation.
Como muchos dentro de esta organización internacional, Schwarzer cree que, simplemente por ocupar el mayor puesto de Alemania, Merkel ha sido un poderoso modelo a seguir para las mujeres jóvenes.
"Cuando escuchas sobre su gestión en la cancillería, había mujeres en puestos clave y eligió mujeres como sus consejeras cercanas".
Merkel sigue siendo una figura popular en este país.
"A la larga, la gente verá que estos 16 años, en resumen, fueron bastante exitosos, no solo económicamente, sino también en la configuración del país para prepararlo para un futuro que no será fácil", dice el profesor Magnus Brechtken, del Instituto de Historia Contemporánea de Múnich.
Su legado es haber representado el pensamiento "racional, pragmático y orientado a la solución", en un mundo que él ve más modelado por personas que han adoptado un enfoque nacionalista, irracional, narcisista o populista.
A simple vista, el mundo de la política alemana puede parecer bastante aburrido. Se trata de compromiso, consenso y continuidad.
En ese sentido, Merkel le ha dado a su país lo que se espera de un líder: una voz tranquila en un mundo turbulento y cambiante.
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