San José. – Tras 59 años y un mes de fundado con la proclama de “Ni un paso atrás, liberación o muerte” para alzarse en armas en 1964 y 58 años y casi siete meses de su primer operativo bélico en 1965, el Ejército de Liberación Nacional (ELN)— última guerrilla comunista activa colombiana y latinoamericana— iniciará hoy un cese del fuego de 180 días que podría ser vital para la paz total de Colombia y marcar el final de las insurgencias izquierdistas en América.
Delegaciones del gobierno del presidente de Colombia, el izquierdista Gustavo Petro, y del ELN afinaron ayer los detalles para proseguir con un cronograma sobre el alto a las hostilidades militares bilaterales que suscribieron el 9 de junio anterior en una ronda de negociaciones en Cuba.
Las dos partes definieron en Cuba las fases del cese del fuego: del 9 de junio al 5 de julio fue la de “alistamiento” y del 6 de julio al 2 de agosto la de “desescalamiento”, por lo que hoy empezarán los 180 días de tregua en firme que vencerán el 29 de enero de 2024 y opción de prórroga.
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El ELN ordenó ayer a sus combatientes cesar actividades militares ofensivas contra las fuerzas estatales de seguridad. El proceso será verificado por una misión de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
La ruta será clave para la paz total en Colombia. “Histórico. Es la primera ocasión en la que el ELN accede a un cese del fuego bilateral con el gobierno. Y es prolongado. Es una muy buena noticia para las regiones sometidas a la violencia del ELN”, destacó el economista colombiano Jorge Restrepo, director del (no estatal) Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos, de Bogotá.
“Si el ELN no logra controlar a sus fuerzas guerrilleras, eso representaría una pérdida de espacio político para esta negociación que le significaría al ELN ser visto como grupo criminal. En términos políticos es muy difícil para un gobierno de izquierda, como el de Petro, negociar con una guerrilla, pero también es muy difícil hacerle la guerra”, dijo Restrepo a EL UNIVERSAL.
“El ELN lee, de forma correcta, que esta es la última oportunidad y, por eso, accedió a alcanzar una paz negociada y a este cese del fuego. Si (los comandantes del ELN) no logran controlar a los frentes que constituyen el ELN, le van a dar la posibilidad al gobierno de Petro de lanzar una campaña militar en su contra”, advirtió.
“Si el ELN desaprovecha esta oportunidad, si no hay una negociación ordenada, bien estructurada y conveniente del gobierno, sin dudas que en seis meses veremos una situación en la que este gobierno de izquierda podrá llevar una ofensiva militar contra ese grupo”, anticipó.
Al recordar que, en la visita del Papa Francisco a Colombia en septiembre de 2017, el ELN “accedió a cesar operaciones ofensivas” en medio del diálogo con el presidente Juan Manuel Santos (2010—2018), planteó que “no fue un cese del fuego bilateral como este, ligado a una agenda de negociación”.
“Es importante señalar ese carácter histórico (del cese). Vale la pena verlo como demostración de un gesto de paz contundente del ELN”, recalcó.
El desafío
La paz incompleta llegó a los colombianos en noviembre de 2016, cuando la otra guerrilla comunista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que también se sublevó en 1964, suscribió un acuerdo de pacificación con el gobierno colombiano que entró a regir en diciembre de ese año y por el que se disolvió en 2017 para pasar a ser partido político.
Para la paz completa, el pacto del gobierno de Petro y del ELN fijó a mayo de 2025 como límite para rubricar las tres primeros partes —participación (política), democracia y transformaciones socioeconómicas— de las seis de un acuerdo final. El objetivo oficial es suscribir la paz con el ELN a finales de 2025.
En un hecho sin precedentes en la historia de las frustradas gestiones entre los gobiernos de turno y el ELN, una comitiva de esa insurgencia arribó el lunes anterior a Bogotá para reunirse ayer con la delegación gubernamental e instalar un Comité Nacional de Participación, que expandirá sus trabajos para incorporar a la sociedad civil colombiana en la ruta a la paz. Las negociaciones siempre se realizaron en el exterior.
Los emisarios del ELN “acabamos de hacer una gira por varios frentes”, relató el jefe negociador del ELN, el comandante guerrillero colombiano Israel Ramírez Pineda, alias “Pablo Beltrán” y miembro del Comando Central (COCE) de esa fuerza rebelde
En la gira se estuvo “explicando los protocolos, resolviendo preguntas y alistando a todo el mundo” para que hoy comience el cese el fuego bilateral “con el cumplimiento” de lo firmado en La Habana, declaró Ramírez anteayer a Caracol Radio, de Bogotá.
El arreglo en Cuba se concretó en conversaciones del 2 de mayo al 9 de junio de este año y fue precedido por pláticas bilaterales en México (febrero y marzo de 2023) y Venezuela (noviembre de 2022), tras reanudarse en octubre del año anterior luego de diálogos y rupturas entre 2017 y 2022.
El historial
El ELN, que negó estar involucrado en narcotráfico y rechazó un calificativo que Estados Unidos le otorgó en 2001 de ser fuerza terrorista global, logró en febrero anterior un éxito cuando Petro le concedió rango “jurídico legal” de “organización política armada rebelde. La Unión Europea (UE) lo catalogó en 2004 como terrorista.
El ELN fue señalado desde 2018 por la Policía Nacional de Colombia como proveedora de cocaína para el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), una de las principales mafias mexicanas del narcotráfico internacional. Colombia es el mayor productor mundial de cocaína.
Nacido el 4 de julio de 1964 como “movimiento nacionalista influenciado” por el triunfo en 1959 de la revolución comunista en Cuba, el ELN se enfocó en secuestros, extorsión y en atacar a la infraestructura petrolera colombiana, mencionó Insight Crime, foro no estatal de Colombia que indaga al crimen organizado transnacional, en un análisis de octubre de 2022.
Con su bautizo de fuego el 7 de enero de 1965, el ELN “evitó el tráfico de drogas por décadas”, pero “desde los últimos años está profundamente involucrado en el narcotráfico internacional”, aseguró. Es “una de las amenazas más importantes en América Latina”, alertó.
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